Goleada del Alavés ante un Celta mutante

El Deportivo Alavés bordó un sábado de fiesta y goles ante un Celta inerte en Mendizorroza (3-0). Dos tantos tras el descanso, de Simeone y Guridi, y otro de Benavídez cerca del final noquearon a un conjunto celeste que prácticamente desde el inicio se sumió por completo. Guaita salvó los muebles en la primera mitad con varias intervenciones, pero en la segunda todo se desmoronó con graves errores defensivos. Los miles de aficionados que viajaron desde diferentes puntos de España, esperanzados tras la dinámica positiva de los suyos en LaLiga, ni siquiera pudieron disfrutar de un solo disparo a puerta.

Durante los compases inaugurales del choque, el conjunto babazorro colocó sobre la mesa su habitual carta de presentación: un juego directo, agresivo e incisivo arriba, sobre todo en las botas de un veterano Kike García con el que hoy soñará más de uno. Claudio Giráldez apostó por Douvikas, ante la sanción de Larsen, y por Manu Sánchez en detrimento de Swedberg, titular ante Las Palmas, rival noqueado por un Celta mutante: del todo a la nada. La entrada del defensa zurdo hizo adelantar un paso a Hugo Álvarez, que se volcó en la línea de ataque, sin éxito en el día de hoy. Los celestes consiguieron por un instante manejar el cuero al estilo del técnico porriñés, pero supuso un mero espejismo, a pesar de reflejar una mayor -e inservible- posesión a la postre. Con el paso de los minutos, los locales sacaron su garra ofensiva ante una grada enfervorizada en una jornada sabatina de celebración de San Prudencio, el patrón de Vitoria-Gasteiz. Por si fuera poco, Mendizorroza soplaba además las 100 velas.

En el minuto 30 avisó el propio Kike García con un potente disparo a la salida de un córner que se marchó lamiendo el poste largo. Segundos más tarde, fue Carlos Vicente, el ex del Racing de Ferrol, quien, tras una jugada de estrategia, probó a un Guaita que atajó el peligro con una notable intervención. Misma réplica tuvo en el 37 el omnipresente Kike García con un tiro a bocajarro que desbarató el guardameta valenciano. El primer disparo del Celta no llegó hasta el minuto 47, con la firma de un Douvikas hoy desaparecido.

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No fueron pocos los que se habrán persignado con el pitido del árbitro señalando el túnel de vestuarios. Habían visto un milagro en no ir por debajo en el electrónico. Pero la contención duró poco. En el 48, se materializó el primer gol alavesista: golpeo del balón en largo del cancerbero Sivera que, entre el sol y el mal desempeño de la zaga visitante, acabó en los pies de Kike García, quien la peleó desde la banda izquierda para cederlo finalmente a un Giuliano Simeone que la colocó a placer.

Sin tiempo para levantarse, llegó el segundo. Una mala entrega de Mingueza -tras nuevamente caer el esférico de un saque de meta contrario- ante la presión de un rival en el mismo lado siniestro acabó forzando un envío involuntario del catalán a un Guridi que no perdonó dentro del área. El Celta, lejos de reaccionar, vio cómo en el 74 de nuevo Guridi sacaba los dientes, aunque esta vez se topó con la madera. Aspas pudo maquillar el resultado en el 84 con un lanzamiento potente tras una asistencia de Allende, pero el cuero terminó direccionado por encima de la portería. La sentencia llegó en el 86 para el júbilo total de los capitalinos. Benavídez rubricó el tercero de cabeza -y prácticamente la permanencia- después de un libre directo, también procedente del sector izquierdo, ante una retaguardia carente de concentración en todo momento.

El Celta dormirá con 31 puntos, a seis del descenso -marcado por el Cádiz-, a falta de cinco jornadas, y a la espera de lo que hagan mañana los gaditanos frente al Mallorca, ambos necesitados en la zona de peligro. El próximo duelo de los celestes está marcado para el domingo a las 16.15 horas contra el Villarreal en Balaídos.