Una más que agradable sorpresa del cine galo que tiene la inmensa virtud de abordar con un gran sentido del humor una historia de alto voltaje dramático sin que pierda con ello la más mínima intensidad. Se trata de la tercera película del director y guionista Louis Julien Petit, tras 'Carol Mathieu' y 'Discoumt' que no se vieron en España, quien a través de las páginas del libro de Claire Lajeunie resume una lucha desigual y con conatos de violencia que se prolongó a lo largo de más de tres meses.

Fue fruto de la decisión gubernamental de cerrar un centro social para mujeres sin hogar que dejaba a estas, salvo que encontraran un solución factible para cada una de las 34 involucradas, prácticamente en la calle. El director era consciente de que corría el serio riesgo de devaluar el relato o convertirlo en una farsa, pero ha sabido mantener un equilibrio ejemplar de modo que la tragicomedia se manifiesta en su justa dimensión. Considerada por una parte del público del país vecino como la mejor comedia de 2018, hay que dejar plena constancia de que las cosas no han salido bien por casualidad, ni mucho menos Es fruto primero de haberse topado con el documental Mujeres invisibles y con el libro Sur la route des invisibles, ambos de la citada Lajeurnei, en los que sacaba a la luz sus experiencias con las mujeres sin techo, y en segundo lugar por haberse documentado a tope del problema.

Es más, no hay que ocultar el tratamiento narrativo de comedia social británica que dio a la película, siguiendo las pautas de títulos como Full Monthy o Mi hermosa lavandería, ni la ejemplar entrega de un reparto singular en el que de sus 150 figurantes solo 2 eran profesionales. Todos, ciertamente, se metieron de lleno en personajes que algunas conocían muy bien, ya que se valoró la experiencia de las candidatas en casas de acogida. Todo un manual de cómo reflejar las cosas como mejor deben hacerse y con el toque de brillantez necesario para que motiven de lleno al espectador. Y si, finalmente, se consigue la propina de una diversión que no empaña el sentido real de las imágenes, mejor que mejor.