Su paso por las pantallas españolas está siendo un considerable fracaso, pero lo cierto es que esta película italiana, basada en una historia real, ofrece motivos para satisfacer al espectador.

Es solo el tercer largometraje de ficción del director Matteo Rovere, el primero que se estrena en nuestro país, y se apoya en unos personajes que están delineados con firmeza y con tacto. Solo el alargamiento de las secuencias de carreras de coches, innecesarias en parte, daña en alguna medida la estabilidad dramática de la cinta. Sin dejar de lado que se hizo con seis David di Donatello, el equivalente a los Goya en Italia, casi todos de carácter técnico, pero también el de mejor actor para Stefano Accorsi.

Lo que Matteo Rovere nos enseña, por un lado, es la delicada situación económica de una familia, la de los De Martino, que sigue entregada por entero a los motores de los vehículos de competición y, por otro, la fuerza de voluntad de una joven Giulia, que pretende heredar el prestigio y la dedicación de su padre. Prueba de su pasión por el tema es que sin ser todavía mayor de edad e incluso sin disponer del carnet, ya conduce en algunas pruebas ocultando su realidad.

Lo peor, sin embargo, irrumpe con la muerte súbita del padre, que deja a Giulia, que debe cuidar también de un hermano pequeño, al borde de la ruina como consecuencia de una fracasada operación hipotecaria.

Las cosas, no obstante, podrían encauzarse si la llegada de Loris, el fracasado hermano mayor, un ex piloto de carreras que fue víctima de la adicción a las drogas y que se marchó de casa diez años antes, no estuviese acompañada del rencor y de un nulo cariño. Más aún cuando aparece con una pareja desahuciada. Es entonces cuando la película eleva su listón, entrando en los dominios de los personajes con un sentido de la responsabilidad considerable y sin medias tintas, hasta el punto de que Giulia, a pesar de su coraje y fuerza de voluntad, puede perder la custodia de su hermano. No es un título antológico ni nada que brille a gran altura, pero da muestras de su talla y nos ofrece noticias de una cinematografía italiana casi extinguida en los cine españoles.