Cuando en verano desciende notablemente el caudal del Miño, sus aguas dejan al descubierto los vestigios de Portomarín, pueblo anegado por la construcción del que fue el mayor embalse de Europa: Belesar. Él y otras 25 aldeas sucumbieron al empuje de la gran obra ingeniería civil del franquismo, la primera presa con bóveda de nuestro país.

En el verano de 2011, unas obras de Gas Natural Fenosa dejaron prácticamente sin agua el embalse. La estampa, insólita, llamó la atención de vecinos y curiosos de zonas próximas, que vieron emerger del río las siluetas desvencijadas de casas, iglesias, caminos... Fue entonces cuando David Vázquez acudió a grabar unas imágenes para la televisión local en la que trabaja. El impresionante paisaje que captó y la historia que éste encerraba germinó en él, embarcándose en la realización de un documental.

"David pensara nun primeiro momento en facer un corto e plasmar as imaxes desas aldeas, máis alá de Portomarín, que non se viran en 48 anos", relata Cristina López, productora y promotora del documental e integrante del colectivo "Coaaugaopescozo" integrado por David Vázquez (director y montador), Luis A. García (sonido) y Humberto Novoa (cámara). "Os catro puxémonos a traballar no tema e a historia foi medrando porque había moito material", explica. A la gran cantidad de horas de grabación que atesoraban tan solo le faltaba un esqueleto que las articulase. David se encontró casualmente con el guionista que su historia necesitaba: Afonso Eiré, quien llevaba tiempo escarbando en la historia de Belesar.

"Asolagados en Abideira, Porto, Castro Candaz, Pincelo, A Samugueira, San Paio, Mourulle, Ponte Fortes, Portomeñe, A Hermida, Ribó... para emprender una nueva vida montaña arriba. "Temos unha decena de testemuñas. Foi bastante complicado dar con persoas que viviran alí antes, especialmente que se prestasen a ser grabadas", comenta la promotora. Ese verano de 2011 realizaron las entrevistas a los antiguos vecinos de los pueblos bajo el agua. "Eses encontros cos protagonistas teñen moitísimo valor porque os levamos ata as súas aldeas", destaca Cristina. "Estaban moi emocionados e impactados por ver como estaba todo", recuerda; y añade: "algúns viviran trinta e pico anos nesas casas e levaban sen velas 48 anos. Recordaron o felices que foran alí e o impacto de ter que marchar".

El equipo, que autofinanció el proyecto y le fue dedicando sus ratos libres, rodó en 12 poblaciones, algunas de ellas con grandes dificultades de acceso, a las que hubo que llegar utilizando quads.

"Asolagados" quiso ser un altavoz para aquellas personas que no pudieron expresarse cuando los expulsaron de sus tierras y a esa voluntad se sumó el enorme valor histórico de las imágenes de los pueblos anegados y los testimonios de sus antiguos moradores. Durante el trabajo de campo recabaron fotografías antiguas conservadas por los vecinos y que se incluyeron en el metraje.

"Debémoslle moito a esta xente, eles son os protagonistas do noso documental. É a súa voz contándonos cómo viviron o marchar das súas casas. É a súa memoria", sentencia Cristina López.

El documental se estrenó el verano pasado en la Semana de Cine de Chantada, justo cuando se cumplieron 50 años de la construcción de Belesar. Tuvo una gran acogida, especialmente por parte de los vecinos que se prestaron para ser parte de "Asolagados". Uno de ellos no pudo contener las lágrimas y pasó la noche rememorando aquellos lejanos tiempos. Desde entonces, el documental se ha proyectado en Coruña, Lugo, Pontevedra, Santiago, Ourense, Vigo y Madrid con muy buena aceptación por parte del público, que además suele participar activamente en el coloquio que el equipo ofrece tras el pase.

Una obra puntera

El 10 de septiembre de 1963 se cumplió medio siglo de la inauguración del embalse de Belesar. Su arquitecto, el coruñés, Chano Yordi ideó uno de los mayores emblases de Europa y la primera con bóveda que se construyó en España, lo que supuso la gran obra de la ingeniería hidráulica del franquismo. Fue pionera en la técnica de construcción de grandes presas, con muro de bóveda doble curvatura, hormigón en masa y un salto principal de 137 metros.