Ignacio Vilar lo tiene muy claro: hay que ir a buscar a buscar al público y meterlo en los cines. En una caravana típica de los años 70 –momento en el que se desarrolla su nueva película, "Vilamor"– el director y los tres actores protagonistas, Rubén Riós, Sabela Arán y Xoel Yáñez recorren centros educativos, asociaciones culturales, de mayores y de vecinos, además de las plazas más céntricas de cada localidad gallega para hablar, en primera persona, de su película.

"Para mí es un enriquecimiento personal; intento que mi cine llegue a todos los públicos y esta es mi manera de conseguirlo. Además, el contacto directo con chavales y con mayores me hace reflexionar sobre las historias que deseo contar", asegura el director ourensano, que ya ensayó esta particular estrategia de promoción en su anterior trabajo, "Pradolongo", aunque en "Vilamor" lo ha intensificado.

El equipo recorrió ayer con su llamativa caravana la Plaza de la Constitución de Vigo además de las calles Urzáiz y Príncipe, recordando al potencial público que la cinta se preestrena el jueves en los cines Gran Vía de Vigo y que desde el viernes se podrá ver, además de en estos cines, en los Norte y en Plaza Elíptica. "Para una película como la nuestra es muy importante esta gran distribución", apunta Vilar.

El IES A Guía, el Fogar de Maiores, el colegio Monterrei, el Colegio Marcote, la Facultad de Telecomunicaciones, la Asociación Down y la Asociación Aspanaex son solo algunos de los centros que hasta el jueves va a recorrer la caravana. En cada uno de ellos, Ignacio Vilar explica el proceso creativo del filme y los actores hablan de su experiencia en el rodaje, la historia de la película y las anécdotas que surgieron.

"Vilamor" –que se estrenó en Lugo hace dos semanas y cada semana se estrena en una nueva ciudad– recupera el espíritu del amor libre y las reuniones asamblearias. La historia está inspirada en la comuna real que se instaló en los anos 70 en las montañas de Lugo, y que aún continúa activa. Hasta allí viaja Breixo (Rubén Riós) un joven altruista que, encantado con el estilo de vida de los pobladores, decide formar parte de esta comunidad. Todo se complica cuando se enamora perdidamente de una muchacha llamada Sonia (Sabela Arán). Como Breixo no comparte las ideas de amor libre, el ateísmo radical y el consumo de sustancias, decide irse de allí para volver transcurridos treinta y tres años, convertido ya en un escritor famoso.