El Gobierno pone fin a la amenaza del Salto de Sela 42 años después

Una resolución del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, declara extinguida la concesión a Gas Natural-Fenosa, sobre el derecho de aprovechamiento hidroeléctrico del tramo internacional del río Miño. También niega la posibilidad de cambio de titularidad de la concesión que había sido solicitado por la compañía.

Con esta resolución se acaba con una lucha iniciada a finales de 1978. En diciembre de aquel año, la Dirección General de Obras Hidráulicas firmaba la concesión a Fenosa para construir el gran embalse para producción eléctrica de 26,5 metros de desnivel en el tramo final del río Miño, que se conocería, desde entonces, como Salto de Sela y que tenía su cabecera en la parroquia de Vide As Neves.

El alcalde de As Neves Xosé Manuel Rodríguez, indicó ayer que se pone fin a una “lucha de décadas de cientos de vecinas y vecinos de Arbo, Creciente, Melgaço y As Neves”. Ellos, subraya el regidor nevense, “hicieron imposible que el último embalse proyectado por el franquismo en el Miño fuera una realidad”.

Trámites para la extinción

Los trámites para la extinción se iniciaron hace un año, con el fin de anular el aprovechamiento hidroeléctrico de las empresas Fenosa y EDP. La extinción era una reclamación histórica de la comarca, que ya había logrado frenar la construcción del embalse de Sela en su día. La declaración de impacto ambiental negativa publicada en el BOE a comienzos del año 2000 dio paso a la propuesta de la construcción de tres nuevos embalses, más pequeños pero de igual impacto, teniendo en cuenta la sinergia de efectos concatenados, cuestión que también fue denegada ampliamente.

El embalse perjudicaría a a la viticultura, al cambiar las condiciones climatológicas, y a especies como la lamprea.