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Muerte a palos de un perro en Tomiño: sus dueños piden ayuda ciudadana en la investigación

Bambi, el perro que mataron a golpes, solo tenía un año de vida.

El maltrato animal sigue siendo un problema latente. Hay personas que literalmente odian a perros, gatos y cualquier ser vivo que no sea un humano. Y prueba de ello es lo que ha sucedido en los últimos días en el barrio de Barro, en Tomiño. Mila Carramiñana y su familia estaban el viernes en el tanatorio por la muerte de un ser querido. A su regreso a casa se dieron cuenta de que sus dos perros, un husky y un labrador, habían escapado. Inmediatamente salieron a buscarlos, y a su regreso el husky estaba junto al portal de casa. “Estaba muy nervioso”, recuerda Mila. A Bambi, el labrador, estuvieron buscándolo hasta las 22.00 horas (no pudieron hacerlo más tiempo debido al toque de queda).

Y al día siguiente apareció a 150 metros de la casa, en la finca de una vecina que se percató de su presencia y avisó inmediatamente a Mila. Aunque en un principio todo parecía normal, al animal se le veía una cojera evidente y los dueños empezaron a descubrir que tenía heridas de gravedad en prácticamente todas las partes del cuerpo: cortes en la pata, mordiscos, un coágulo en el ojo, marcas de una cuerda en el cuello, signos de ser golpeado con palos y “marcas de vara negra en el hombro”. Tras llevar a Bambi a una clínica veterinaria para que lo atendiesen y le pusiesen el tratamiento correspondiente, esa misma noche empezó a vomitar.

Del vómito a la sangre

“Pensamos que era por el antibiótico”, recuerdan. Pero a las pocas horas ese vómito se convirtió en sangre y decidieron llevarlo de nuevo a la clínica veterinaria, donde ya quedó ingresado y falleció a las pocas horas. El motivo es que los golpes le habían perforado el tórax y los pulmones estaban encharcados en sangre a causa de la paliza. “Lo reventaron por dentro”, lamenta la dueña de Bambi, que había nacido hace tan solo un año. Lo que al principio, cuando las heridas parecían superficiales, podía hacer prever que se pudo tratar de un atropello, se descartó inmediatamente al conocerse el calado y el tipo de daños que había sufrido Bambi y el hecho de que prácticamente todas las partes de su cuerpo presentaban algún tipo de daño, lo que inmediatamente llevó a la conclusión de que era un claro caso de maltrato.

La familia hace un llamamiento para que si alguien vio algo de lo sucedido o tiene alguna posible pista que avisen para poder acudir a la Policía o, en este caso, al Seprona de la Guardia Civil. Precisamente, todavía no ha puesto denuncia al considerar que sin pistas es muy difícil que encuentren al responsable de un acto tan brutal.

Bambi, en una foto reciente.

Bambi, en una foto reciente.

La raza de Bambi, un labrador, responde a un tipo de perro muy tranquilo, familiar y que no causa problemas a nadie. Por eso este acto tan cruel ha causado una gran conmoción en el municipio y ha generado una oleada de apoyo tanto a nivel vecinal como en las redes sociales, donde la protectora de animales Aloia, en Tui, hizo público el caso para condenarlo e intentar encontrar al agresor.

A nivel legal, hay que recordar que el Código Penal plantea penas de hasta dos años de prisión por maltrato a animales e inhabilitación especial de dos a cuatro años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y también para su tenencia. No obstante, tal y como recuerda el propio Código Penal español, si las lesiones provocadas a las mascotas provocan la muerte de estas, la pena de cárcel podría ser mayor, aunque no se especifica hasta cuánto tiempo el responsable podría estar entre rejas. En su caso se podría sumar la responsabilidad civil abonando una indemnización y haciendo frente a los posibles gastos veterinarios que los dueños de los animales fallecidos o maltratados hayan tenido que asumir para salvarlos.

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