La pesca de lamprea en la zona alta del tramo internacional del Miño (parte de Salvaterra, As Neves, Arbo y Crecente) está autorizada desde ayer. Los pescadores de biturón, la red cónica que usan en las pesqueiras, comenzaron ayer a armarlas y hoy se conocerán las primeras capturas.
A las incertezas de los últimos años, este año se suma el COVID y la posibilidad de que el inicio real de la temporada se retrase por el cierre de la hostelería.
Con todo, los pescadores exigen cambios normativos que permitan que las capturas puedan venderse en los mercados y al cliente final, tal y como ocurre en el Baixo Miño. Este sería uno de los principales inconvenientes a la pesca de lamprea que ven desde la Asociación O Trabadoiro, donde exigen también un distintivo que la identifique.
Según explica Ángel Fernández, presidente de la Asociación, la pesca en esta zona del Miño esta considerada pesca deportiva. “Nos identifican como si fuésemos pescadores de caña cuando en realidad tradicionalmente la lamprea que pesca en las pesqueiras se ha vendido; es una dificultad que tenemos y que esperamos se resuelva”.
Además los pescadores piden un cambio en el sistema de pesca del Baixo Miño “donde se utilizan redes de deriva”. Afirman que se trata de buscar un sistema equilibrado que permita que todo el río pueda pescar.
Sistema de trazabilidad
Por otra parte quieren que los ejemplares puedan identificarse y se conozca dónde fueron pescados a través de un sistema de trazabilidad como otros productos de pesca en el mundo.
Proteger las pesqueiras heredadas de sus ancestros es otro de los principales reclamos de los pescadores que reiteran a las administraciones a necesidades de que sean declaradas Bien de Interés Cultural.
Florencio Gago, secretario de la Asociación, recuerda que durante muchos años se ha reclamado la protección para estas pesquerías sin haberlo conseguido.
La popular y valorada Fiesta de la Lamprea de Arbo está prevista por el Concello para los próximos días 23, 24 y 25 de abril. Pero dependerá de cómo evolucione la pandemia de la COVID-19 ya que el Ayuntamiento valora retrasar sus actos principales a agosto, coincidiendo con la fiesta de la lamprea seca, como ya hizo el año pasado.
