Cuando el espectador observa la obra de Moisés Iglesias puede intuir el poso del tiempo. Se trata de relieves y esculturas con formas caprichosas creadas a partir de maderas nobles. Materiales recuperados de objetos cotidianos como muebles, barriles e incluso restos de pecios que arrastra el mar a las playas. “Mi propuesta es crear arte a partir de objetos antiguos, ya inservibles, para darles una segunda vida dotándolos de un nuevo significado”, explica este artista, natural de Cangas pero redondelano de adopción, donde reside desde hace 17 años.

Iglesias muestra desde el pasado 16 de abril su obra titulada “Re-composicións” en el Multiusos de A Xunqueira de Redondela, un conjunto de catorce relieves y cuatro esculturas. Creaciones en las que rescata del olvido objetos a los que el tiempo ha aportado madurez, calidad y carácter. Su trabajo alcanza la máxima expresión del espacio y los materiales arropados por texturas, colores, luces y sombras, creando una obra arriesgada, valiente, directa, sin miedo ni dudas, donde se percibe arte, oficio y buen hacer.

Nueva vida

El autor puntualiza que no le gusta que empleen el término “reciclaje” cuando se refieren a los materiales que utiliza o a su obra. “Se trata de partes de objetos recuperados que tuvieron un uso anterior, pero yo no lo definiría como reciclaje. Lo que hago es una intervención para darles una nueva vida transformados en obras de arte para que perduren en el tiempo y puedan ser contemplados por el espectador”, indica.

Para Iglesias, el arte abstracto no debe reflejar nada en concreto. “El observador debe ser quien interprete lo que está viendo, porque dos personas que contemplen la misma obra no tienen por qué experimentar lo mismo”, explica. Y con esta creencia, él talla sus obras.

Aunque en los tiempos actuales, con la pandemia de COVID se recomienda no tocar las cosas, su idea cuando crea un relieve o una escultura en madera, con distintas texturas y olores de los aceites empleados, es “que el espectador pueda disfrutarla con todos sus sentidos”. Por lo que siempre le gustó que, además de observar las piezas, la gente “pueda tocarlas y olerlas para que puedan sentirlas con todo detalle, incluso golpearlas con los nudillos para ver cómo suenan y qué sensaciones les transmiten”.

La muestra en el multiusos redondelano está previsto que remate el domingo, aunque podría alargarse algunos días más ante la buena aceptación lograda.