Un año de prisión por matar a su perra en Baiona arrojándola contra el suelo y rematándola con una patada

En un primer momento acusó al trabajador de un hotel de haber sido el causante de la muerte de su can

Los hechos ocurrieron en Sabarís.

Los hechos ocurrieron en Sabarís. / Guardia Civil

Marta Fontán

Marta Fontán

Un vecino de Baiona de 50 años de edad aceptó este miércoles una pena de un año de cárcel por matar a su perra en Baiona, hechos ocurridos ante un hotel de la localidad ubicado en la zona de Sabarís.

La vista de conformidad se celebró en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo y la condena pactada por la Fiscalía y la defensa incluye también que el hombre no podrá tener animales durante tres años ni dedicarse a profesión u oficio relacionado con los mismos. La ejecución de la pena de prisión se le suspende condicionado a que no vuelva a delinquir en tres años. La sentencia ya es firme.

Los hechos ocurrieron la mañana del 9 de julio de 2023, cuando el acusado se encontraba con su perra y ésta escapó, entrando en la recepción de un hotel de Baiona, por lo que el hombre le comunicó a un empleado del establecimiento lo ocurrido, ante lo cual el trabajador cogió al animal y, tras colocarle la correa que le dio el dueño, se lo entregó a éste, que salió de allí. 

Hasta en tres ocasiones

Ya en el exterior del hotel el ya condenado, según relata la Fiscalía, empezó a levantar a la perra, sujeta por la correa, a considerable altura dejándola caer violentamente contra el suelo, maniobra que repitió hasta en tres ocasiones, de manera que el can en la tercera ocasión ya no se movía, si bien el acusado volvió a realizar la misma maniobra y, cuando la perra se golpeó contra el suelo por cuarta vez, le propinó una patada. Como consecuencia de todo ello, se describe en el escrito de acusación, el animal sufrió diversas contusiones y la fractura de los huesos frontal y parietal derecho, así como un hematoma subdural que le ocasionaron la muerte. 

Presentó una denuncia falsa

Al poco tiempo el hombre volvió a la recepción del hotel con el animal muerto en los brazos y, golpeando la puerta del establecimiento repetidamente, gritó que había matado a la perra a patadas, por lo que el empleado llamó a la policía, a quien el dueño del can indicó en un primer momento que el trabajador había matado al animal de una patada y después que un coche que iba a salir del lugar había pasado por encima del can atropellándolo.

Finalmente se fue de allí con la perra muerta, enterrándola en un jardín próximo a su domicilio, lugar en el que fue localizada por agentes de la Guardia Civil, que entregaron el cadáver al centro CAAN de la Diputación de Pontevedra para la realización de la necropsia.

El condenado, según informó en su día la Guardia Civil, es conocido por sus múltiples antecedentes tanto policiales como penales perpetrados en la zona.