Maktub [***]

Nacionalidad: Española. Producción: Sonrisas que Hacen Magia Producciones A.I.E.-Calcon S.L. 2011. Guión y dirección: Paco Arango. Fotografía: Crlos Suárez. Música: Nathan Wang. Intérpretes: Diego Peretti, Aitana Sánchez Gijón, Goya Toledo, Andoni Hernández San José, Rosa María Sardá, Amparo Baró, Mariví Bilbao, Jorge García, Enrique Villén, Laura Esquivel, Oriol Tarrason, Aaron Piper, Sara Jiménez. 115 minutos.

No se cumplen, en absoluto, los peores vaticinios, tratándose de una "opera prima" que aborda un tema tan delicado como el de los niños con cáncer y, muy al contrario, es una más que agradable sorpresa que aporta notorias dosis de sensibilidad a la cuestión y, lo que es más importante, lo hace desde una óptica a menudo de comedia y enriqueciéndola con otros aspectos también muy sugestivos. Que el director y guionista de esta cinta sea un novato, el que fuera cantante en los noventa Paco Arango, es un factor a resaltar y pone siempre de relieve la gran experiencia que adquirió, y que ha vertido en los fotogra mas, durante su etapa como responsable de la Fundación Aladina, que intenta aliviar los problemas de los pequeños con tan grave dolencia. Es más la película se basa en la propia experiencia de Andoni Hernández San José, el muchacho que incorpora, con una sorprendente naturalidad, a Antonio, el protagonista. A su alrededor se mueven numerosos personajes, configurando un relato coral, que están definidos con considerable precisión. Más que el consabido drama sobre un adolescente enfermo terminal, Maktub -palabra árabe que quiere decir "estaba escrito"-repara en las repercusiones que esta circunstancia opera en un adulto, Manolo, que atraviesa un momento muy delicado.

Las cosas laborales no le estimulan y, lo que es peor, las relaciones con su esposa están al borde de la ruptura, hasta el punto de que ella tiene un amante, y apenas dirige la palabra a unos hijos que pasan de él. En semejante encrucijada, el destino une a Manolo con Antonio. Se encuentran en el hospital y esa circunstancia no solo supone el comienzo de una entrañable amistad, también origina un proceso de toma de conciencia en Manolo que modificará radicalmente sus planteamientos familiares.