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Testimonio en primera persona

Roberto Saviano: "No vivir por miedo a perder la vida es insoportable. No puedo seguir así"

Tras 15 años con "una vida de mierda" amenazado de muerte por la Mafia por su libro 'Gomorra', el periodista italiano desnuda sus sentimientos y su rabia en 'Todavía estoy vivo', autobiografía en cómic dibujada por el israelí Asaf Hanuka

Viñeta de ’Todavía estoy vivo’, de Roberto Saviano y Asaf Hanuka.

"No vivir por miedo a perder la vida es insoportable", confiesa Roberto Saviano desde la pantalla del ordenador. Tras él, unas librerías llenas de libros bien ordenados. Viste camisa azul y americana gris. Pero desnuda sus sentimientos, su rabia, su frustración. Y sigue sin morderse la lengua contra la Mafia, pese a que lleva 15 años amenazado de muerte por la Camorra, desde que sacó sus trapos sucios a la luz en ‘Gomorra’, en 2006, y los capos pusieron una diana a su cabeza. Más de 5.400 días protegido por guardaespaldas, que le acompañan hasta para ir a tirar la basura, con una "vida de mierda", viviendo encerrado en sucesivos pisos oscuros por temor a los francotiradores, viajando con nombres falsos, sin poder tener una pareja estable o crear una familia... "Tengo que salir de aquí, no puedo vivir así", clama con voz serena. 

Espera el periodista y escritor napolitano que a ello le ayude 'Todavía estoy vivo' (Reservoir Books), su recién publicada autobiografía en cómic, dibujada por el israelí Asaf Hanuka (1974), coautor del premiado documental animado ‘Vals con Bashir’. "Él aporta el realismo y el delirio que necesitaba para contar en imágenes el desastre que he vivido. Yo no habría podido hacerlo con un texto literario. El cómic me ha permitido mantener la distancia con mi propia historia". 

Roberto Saviano. José Luis Roca

"Tenía 26 años cuando pasó todo. Ahora tengo 42", continúa Saviano (Nápoles, 1979), que desde entonces ha vendido diez millones de ejemplares de ‘Gomorra’, llevado al cine por Matteo Garrone y también convertida en serie televisiva. "Y en todos estos años lo que me ha provocado un estrés continuo ha sido tener que justificarme por el hecho de estar vivo. Oír una pregunta terrible de personas ingenuas: ‘Si estás en el objetivo de la Mafia, ¿cómo es que aún estás vivo? ¿Por qué no has muerto?’. Quizá por la protección policial tan fuerte, por la atención mediática… Pero razonar así significa darles el poder a ellos, que estás vivo porque te lo han concedido. Pero no es así. Por ahora estoy vivo. Lo digo en el cómic. Porque podría no estarlo, podría estar suspendido entre la vida y la muerte. No estoy vivo y no estoy muerto". 

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Revela en el cómic recuerdos luminosos, como cuando de niño jugaba al Subbuteo con su hermano pequeño, el cariño de su madre o cómo su padre le montaba en la cesta de la bici y paseaban. "Esa escena Asaf supo unirla con cómo me sentía yo, dibujándome como un gorila en una jaula", ilustra. Pero también evoca cómo le amenazaron con explosionar un coche bomba a su paso, mandándole "un panettone" explosivo, con dispararle en un acto público o en el baño de una gasolinera. El éxito internacional de ‘Gomorra’ y el hecho de que la Mafia decidiera no hacer de él un mártir ayudaron a que no se materializaran.  

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En algún momento, admite ha sido "ingenuo": "Tuve la esperanza de que alguien me pudiera salvar, de que hubiera un gobierno, una mano, que me dijera ‘yo me ocupo de todo y poco a poco tendrás una vida normal’. Pero eso significaría caer en ese chantaje de tener una vida normal a cambio de guardar silencio. Ahora lo deseo, antes no". Quizá porque hubo momentos que le marcaron, como cuando de niño, en 1991, la Mafia mató al párroco don Peppe Diana por escribir un manifiesto donde decía "No me callaré".

"La opinión pública hoy no se preocupa mucho si matan a un periodista en Europa"

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Saviano tampoco ha callado nunca. No ha dejado de escribir y denunciar: ‘Lo contrario de la muerte’, ‘La belleza y el infierno’‘La banda de los niños’, ‘ZeroZeroZero’… En este último (también convertido en serie), "trataba del narcocapitalismo en México, que vive una anarcodictadura", explica. "Matan a tantos periodistas por el silencio de la sociedad occidental. Y porque no hay películas o documentales de impacto sobre estos periodistas asesinados, quizá porque no son norteamericanos. La opinión pública hoy no se preocupa mucho si matan a un periodista y los criminales lo saben", lamenta tras recordar a otros reporteros asesinados en Europa, donde "hay una guerra" que quiere explicar. "Nadie se escandaliza de que mataran a un periodista, Peter de Vries, en el centro de Ámsterdam, o en Eslovaquia a Ján Kuciak, o a Daphne Caruana en Malta... La opinión pública ve normal que vivas con protección y vigilancia. El año pasado condenaron a un capo por las amenazas que recibí. Pensé que habría mucha reacción internacional y que dirían ‘la palabra da miedo al crimen organizado’, pero solo hubo algunos articulillos sobre ello. La gente se ha acostumbrado. Europa se llena de mafias y quien lo revela sabe que se llenará de barro, de denuncias y tendrá una vida de mierda". 

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Ante tanta impunidad, siente también que "es imposible cambiar las cosas". "Las mafias me han ayudado a entender el capitalismo porque el capitalismo tiene una vocación mafiosa. Por ejemplo, con los papeles de Panamá había dinero de la reina Isabel pero también del padrino de la mafia mexicana Quintero. Demuestra la vocación criminal del sistema. Londres es hoy la capital mundial del blanqueo. Luego Andorra, Luxemburgo, Liechtenstein, Gibraltar, Mónaco, Chipre, Malta, Holanda..., que intentan atraer todo el dinero criminal posible. ¿Por qué los intelectuales no debaten sobre esto? ¿Y cómo es que un vendedor de fruta paga un 60% en impuestos y un millonario solo un 5%? Las mafias lo saben y defienden estar en la vanguardia económica muriendo y matando. Saben que se les traicionará y detendrá pero también que mientras estén al mando son los más poderosos". 

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Continúa hablando sobre el tráfico de drogas. "Durante el covid las organizaciones criminales han empezado a repartir al 300% la heroína porque en el confinamiento la gente que la quería estaba encerrada en casa. ¿Cómo no se debate sobre ello? Se dice de que los talibanes son islamistas y enemigos de las mujeres, pero también son narcotraficantes que se financian con la heroína. Antes venía de Laos, Tailandia o Vietnam, hoy las dos centrales son Afganistán y Birmania. ¿Por qué nadie habla de que el mercado de la droga se puede comparar al del petróleo? O sobre la droga legal antidolor: la epidemia de oxicodona ha causado 400.000 muertos. La droga es el negocio de las mafias. España es la puerta de la droga en Europa y no he oído aún un primer ministro denunciando o denunciado. No es verdad que la mafia sea solo un problema italiano”. Y se congratula Saviano, tras leer ‘Fariña’, investigación de Nacho Carretero sobre el narcotráfico en Galicia, de cómo ‘Gomorra’ ha servido para explicar este mundo. 

El acoso de los 'haters'

Refleja en esta autobiografía en viñetas cómo le acosan los ‘haters’ en las redes o fuera de ellas. Gente que le acusa de que solo le interesa el dinero, de ir de fiesta en fiesta o disfrutar de un ático en Nueva York. "Hay ‘haters’ organizados políticamente, otros que me odian por antipatía. Debo tener un sosías que va a las fiestas en mi lugar y que tiene un Ferrari. ¡Ojalá! -sonríe con amargura-. De niño quería una vida como la de Hemingway. Me habría encantado tener una vida de lujos. En cambio, vivo encerrado en casa, debo cambiar el apellido si viajo, me camuflo cuando salgo... Dejé de leerlos y de contestarlos y escucharlos porque dicen chorradas y usan la difamación para cubrirme de barro". 

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Saviano, que revela que está trabajando en una película de animación, cita a Frank Miller, Andrea Pazienza, Will Eisner, Art Spiegelman o Marjane Satrapi , amén de Hanuka y su hermano Tomer, como sus referentes del cómic. "Pero también me han formado Mickey Mouse, la ‘Ilíada’ o ‘El Príncipe’, de Maquiavelo", añade quien en el libro enseña su "herida", se pregunta cuándo podrá por fin permitirse llorar y quitarse la armadura con la que le dibuja Hanuka en una viñeta. "Siento mucha culpa porque no lo he conseguido aún. Me pregunto, ¿es por narcisismo, egocentrismo? ¿por qué seguir viviendo esta vida infeliz, por qué no renunciar? Luego entendí que porque me he apegado a la ‘vendetta’, pero no solo de la Camorra sino de los políticos: tengo denuncias por difamación de Matteo Salvini y Georgia Meloni, líderes de la derecha de Italia. Es la venganza de poder decir ‘cuanto más lo habéis intentado más me he resistido y sigo hablando". También porque, para él, "resistir significa seguir manteniéndome con vida, seguir adelante. Como decía en ‘Papillon’ el progagonista al escapar de la isla del Diablo: ‘¡Malditos bastardos, todavía estoy vivo!’". 

'Todavía estoy vivo'

Roberto Saviano y Asaf Hanuka  

Traducción:  Carlos Mayor

Editorial: Reservoir Books

 152 páginas. 19,90 euros

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