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atletismo

Vaquero echa pie a tierra

La olímpica guardesa competirá en el Nacional Master de Almodóvar del Río, su primer cross desde 2007

Vaquero, segunda por la izquierda, en una edición del Cross Internacional de Zornotza.

“El cuerpo tiene memoria”, recita siempre Julia Vaquero, igual para el dolor que para la gloria. Y ese cuerpo repleto de cicatrices, muchas de ellas invisibles, le pide tierra; no para el reposo, sino para la carrera. La mejor atleta gallega de todos los tiempos prosigue su reconciliación con el deporte que la atormentó tanto como la ensalzó. Su próximo reto, tras dos experiencias sobre el tartán, será el retorno al cross. Se concretará el próximo 14 de marzo, en el Campeonato de España Master que se disputa en la localidad cordobesa de Almodóvar del Río. Julia Vaquero se ilusiona: “Siempre me he sentido identificada con el cross”.

La guardesa eterna se mantuvo alejada del atletismo durante muchos años. Volvió a trotar el pasado verano, como parte de un proceso de curación personal. Desde entonces no se ha detenido. Se ejercitó al principio a su libre albedrío, según le apeteciese. Ahora trabaja conforme le dicta el alicantino Fran Beneyto, que ejerce como su entrenador a distancia. Beneyto ha introducido la bicicleta en las rutinas de Julia, que ruedas desde a A Guarda hasta Baiona o Tui y se confiesa encantada. “Estamos descubriendo una nueva ciclista”, la motiva Beneyto. Julia detalla: “Entreno cinco veces a la semana pero a veces hago más de lo que me manda. La bicicleta no me machaca tanto”.

Beneyto le ha aportado además a Julia las zapatillas FBR, un diseño del propio Beneyto que suprime el talón para propiciar una mejor pisada. Lo que necesitaba Julia, un portento de la naturaleza a la que jamás inculcaron la técnica apropiada. “Al principio no sabía correr con las ‘zapatillas mágicas’. Me cargaba mucho. Ahora que sé, es una pasada cómo progresas. El beneficio es impresionante”, sostiene. Su musculatura se ha ido librando del óxido de la inactividad: “Me siento fina”.

Lo desarrollado con las FBR ya ha podido tasarlo con la zapatillas de clavos, sobre la pista. Ha visitado el Centro Galego de Tecnificación Deportiva en dos ocasiones; la última, para un 1.500 que compartió con atletas de entre 21 y 15 años. Solo Rocío Mesa, de 52, rondaba sus recién cumplidos 50. Julia firmó un tiempo de 5.40:92. No es que importe demasiado, atrás han quedado los tiempos de obsesionarse con el crono, pero advierte: “Salí muy rápido y el 1.500 nunca me ha gustado mucho”.

Esa distancia no solo se le queda corta. Julia quedó novena en el 10.000 de los Juegos Olímpicos de Atlanta. Su récord español de 5.000 (14.44:95, Oslo, 6 de julio de 1996) empieza a aproximarse al cuarto de siglo de vigencia. Sin embargo, lo suyo fue siempre correr sobre la tierra rugosa o el barro, sin calles que la aprisionasen ni un itinerario perfectamente elíptico.

El plan ideal había incluido participar en los Campeonatos Gallegos. Como la pandemia ha impedido su celebración, la reaparición de Julia se producirá en el Campeonato de España Master, en la categoría M50, cuya frontera acaba de traspasar. No disputaba una carrera de campo a través desde el 11 de marzo de 2007 en Cáceres. Explica: “El cross siempre me gustó más. Será por mi genética, con una pierna más larga que la otra, o por mi forma de correr. Yo creo que me influye haberme criado en un ambiente de campo. La pista me agobiaba. Siempre tuve en mi cabeza que volvería al cross”.

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