Hace un año y medio que los piragüistas Teresa Portela y Carlos Arévalo y el regatista Nico Rodríguez recibieron la llamada de la directora Ana Taboada para filmar un documental con el que quería dar voz y visibilidad a su trabajo para competir en los Juegos de Tokio. Ya sea su buen ojo o que La Cima (Cousas Films), nombre del largometraje que hoy se entrenará en A Coruña en los cines de Los Cantones (18.30 horas), les dio suerte, los tres deportistas gallegos no solo cumplieron el sueño de llegar, sino que regresaron con una medalla. La plata de Portela en su sexto intento. La plata también para Arévalo junto a sus compañeros del K4. Y el bronce de Rodríguez en la clase 470. “Yo poco hice, gritarle al televisor”, bromeaba la cineasta y productora, “lo hicieron ellos solitos”.

Y eso es lo que está reflejado en la cinta, tres historias de superación, cada una a su manera, de trabajo y esfuerzo, de constancia, de “cabezonería gallega”, como califica la canguesa ese espíritu suyo para no rendirse nunca. Un mensaje para compartir con el mundo. “No es un documental sobre deporte. Es un documental sobre perseguir los sueños”, define Taboada.

“No es un documental sobre deporte. Es un documental sobre perseguir los sueños”

Ella también ha cumplido el suyo, en parte gracias también, en un “año muy largo y complicado”, a los mensajes que le llegaban desde la pantalla de cada uno de ellos. “Pasito a pasito”, le soplaba Portela cada vez que se agobiaba. “Es tu sueño, lucha por ello”, escuchaba de Rodríguez. “Tú puedes”, le insuflaba Arévalo con su fuerza. Historias que inspiran en un momento delicado.

LA CIMA TEASER from Ana Taboada on Vimeo.

“La historia empezó hace un año y medio más o menos, cuando estábamos con un momento complicado con la pandemia. Yo veía que había una sensación general de negatividad. Entonces empecé a pensar cómo podíamos mandar un mensaje de optimismo”, explica Ana Taboada sobre cómo se gestó el documental. "Yo soy gallega, aunque llevo siete año viviendo fuera, y tenía claro que quería que fueran voces gallegas, porque creo que tenemos que hacer más ruido del que hacemos. Y decidimos que el deporte era el mejor idioma, el que todos entendemos”, continúa.

"Quería una historia de trabajo durísimo, porque el resto de los mortales somos así"

A partir de esas ideas, inició la búsqueda de los deportistas con el mensaje más indicado. “No quería que fuese una persona con muchísimo talento, un Usain Bolt o un Michael Phelps, que hay uno entre seis mil millones. Quería una historia de trabajo durísimo, porque el resto de los mortales somos así”, matiza. Acotando, lo tuvo claro. Los elegidos eran Teresa Portela, Carlos Arévalo y Nico Rodríguez, que se mostraron encantados con el proyecto, grabado en agosto del año pasado entre Santander, Asturias, Aldán y Redondela y que tras seis meses de postproducción se estrena –todavía no está vendido para su comercialización– con el espaldarazo de los tres grandes éxitos en Tokio.

Teresa Portela, Ana Taboada, Nico Rodríguez y Carlos Arévalo, en la presentación del documental. Víctor Echave

“Estoy deseando verlo”, aseguró Teresa Portela, “porque me conozco mi historia y también la de ellos, pero quiero ver las imágenes y que se vean todos estos años de trabajo”. La canguesa avanzó que iría a por los séptimos en París, a donde llegará con 42 años. Y mandó un mensaje: “Espero que muchas mujeres se hayan dado la oportunidad de luchar por nuevos objetivos y de luchar por grandes cosas independientemente de la edad o del momento en el que uno se encuentre”.

“Me quedo con el momento de cruzar la línea de llegada, esa liberación que sentí”, dijo por su parte Nico Rodríguez, “y también con el hecho de que he tenido la sensación de haber compartido esto con muchísima gente que se alegra por ti de corazón... Eso y que los niños me reconozcan de vez en cuando me hace mucha ilusión”. Para el vigués, la lección del deporte es la humildad: “Para tener una victoria antes hemos tenido muchas derrotas”.

Carlos Arévalo se centró en la dedicación y el compromiso que el deporte requiere. “Para mí lo más importante es el esfuerzo, el trabajo, la dedicación. Pones tu vida a disposición de la piragua, del equipo”, reconoció. Por eso ahora, cuando los focos se apaguen, tocarán volver a la realidad.