“Para que sucedan cosas, primero hay que soñar con ellas”, predicaba Berizzo. Nadie más totista que el Acanor Novás Valinox. El club rosaleiro ascendió a División de Honor Plata en 2018, bajo la batuta de Isma Martínez, a base de insistir. Se mantuvo en 2019 gracias a la fe de Hermida en un último lanzamiento. Creció con Quique Domínguez y flirteó con el ascenso con Álvaro Senovilla, en una gesta inconcebible. Milagros convertidos en realidad desde la base de creer que podían suceder. La fortuna les plantea una nueva prueba.

El Novás ha apostado esta temporada por la continunidad. Se han ido Aymerich, Dorado y Pintos; los han sustituido Santomé, Leiras y Rial. “Pensábamos en aprovechar el trabajo hecho. Tuvimos muchas experiencias de competir a un alto nivel. Estábamos convencidos de que podía ser una buena fórmula seguir con un proyecto. Los jugadores se sumaron a esa idea y pusieron muchas facilidades”, explica Senovilla

Pero esa estabilidad, en su concreción, se ha tambaleado durante la pretemporada por culpa de las lesiones. Hasta siete jugadores han llegado a coincidir de baja. La más dolorosa, esa rotura del tendón aquíleo de Martín Molina. El lateral argentino no jugará en todo el ejercicio. “Cuando planificas el inicio, siempre piensas que puede haber algún contratiempo pero nunca tantos. Nos han ralentizado la preparación. Hay que ser muy fríos a la hora de trabajar en la parte técnica. No es la idea inicial que teníamos para la primera jornada”.

El debut presenta la máxima dificultad: en casa del Cisne, que vuelve a Honor Plata tras su experiencia en Asobal: “Cualquier rival habría sido exigente pero se juntan unas connotaciones que lo hacen aún más. Será muy complicado sacar algo positivo en Pontevedra, pero podemos ser competitivos”.

Senovilla afronta el viento en contra desde el ímpetu que le proporciona la plantilla. “Es un equipo con una mentalidad que sobrepasa el optimismo. Son jugadores que creen mucho en sus posibilidades, en hacerlo bien”, asegura. Tampoco le angustia que la extraordinaria temporada pasada suponga una presión: “Cuando las cosas van bien todo el mundo quiere más. Somos conscientes de que podemos estar en la pelea pero también de que hay que trabajar mucho. Nos cuesta ganar. No lo conseguimos con holgura. Está bien que la gente se ilusione con nosotros. Nunca damos nuestro brazo a torcer. Superamos dificultades muy grandes el año pasado y seguimos adelante. Este año las hemos tenido desde el primer momento. Tocará luchar otra vez contra todas esas vicisitudes”.

Carta para pedir 1.000 licencias de jugador

La directiva del Atlético Novás, de probada inventiva, prosigue con esa campaña de captación de abonados con la que pretenden recuperar a los que no renovaron en tiempos de pandemia. El club, que llegó a bordear el millar de socios, necesita su apoyo tras un ejercicio deficitario. La última iniciativa de esa campaña es una carta al presidente de la Federación Española de Balonmano, Paco Blázquez, en la que le solicitan poder inscribir a cada aficionado como jugador para ser “o equipo máis grande do mundo”. Senovilla, que aterrizó en O Rosal en tiempos de pandemia, no ha podido disfrutar de un Calvario a reventar. En el primer partido en casa, el 2 de octubre contra el Soria, podrán entrar 280 según las especificaciones actuales. “Habrá que esperar una semana. Festejaremos que estén con nosotros. Desde el principio nos darán un punto más de intensidad”, augura el técnico sobre ese reencuentro con la hinchada, que espera que pueda acudir cada vez en mayor número al pabellón: “No sucede en todos los sitios, pero en el caso de nuestra afición sí es un jugador más en muchos aspectos. Se agradece que podamos estar muy cerca de ellos después de este periodo tan negro”.