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BMX

El esperanzador mañana de Saúl Vilar

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Saúl Vilar, ayer en el skatepark de O Castro. Ricardo Grobas

El vigués, que el pasado fin de semana ganó el Campeonato de España junior de Freestyle, trabaja con la ilusión de estar en los Juegos Olímpicos

Vigo se le queda pequeña a la bicicleta de Saúl Vilar, desde el domingo nuevo campeón de España junior de BMX freestyle. Con catorce años es imposible adivinar su futuro, pero se le intuye con facilidad. Lo dice la experiencia de quienes han crecido entre bicicletas y circuitos urbanos de esta disciplina deportiva que atrae como un imán a jóvenes y patrocinadores, encantados con la imagen que transmite esta clase de deportista de élite. A pocos se les adivina un mañana tan ilusionante como a Saúl. Una esponja que parece absorber en minutos lo que a otros les lleva semanas. Lo explica como nadie Alex Durán, responsable del Club Cromoly y la persona que ha acompañado su carrera desde que con apenas nueve años comenzó a acudir a competiciones de BMX: “Todos los profesionales que han compartido entrenamientos con él se quedan impresionados con su capacidad de aprendizaje. Le enseñan un truco y al cabo de unos minutos ya está replicándolo de forma perfecta. Es natural, viene de serie en él”.

Esta pasión por el BMX le viene en buena parte por vía sanguínea. Jose, su padre, fue uno de los pioneros de esta modalidad en Vigo aunque posteriormente se entregara al mundo del Mountain Bike. Cuando Saúl comenzó a asomarse a este deporte su padre, más desenganchado de la realidad del freestyle, acudió a Alex Durán en busca de ayuda. El resto ya casi fue solo. Sus primeras competiciones, la sensación de que estaban ante un chico diferente al resto, su progresión constante, los triunfos en el Marisquiño, el interés de las marcas...el Campeonato de España junior, si me apuras, era lo de menos: “Queríamos que lo ganase porque no había podido ser campeón de España junior porque la pandemia complicó mucho las cosas y medio se improvisó algún campeonato este año al que no fue. El próximo año ya estará en categoría élite y pensamos que fuese para ganar ese título”. En las instalaciones de Madrid Río, el vigués volvió a dar muestra de su habilidad, pero también de su carácter: “Es lo que más impresiona –explica Alex Durán–. En la primera manga cometió un fallo y hablamos de que fuese más tranquilo en la segunda para asegurar. Pero nada de eso. Apretó aún más e hizo las cosas perfectas para llevarse el título. Maneja muy bien la presión de la competición”.

Las cosas cambiarán el próximo año con el paso a la categoría élite, aunque su mentor tiene claro que pronto estará al nivel de competir con ellos: “Nuestra idea es que pueda estar en las finales con los doce mejores. Pero con tranquilidad”.

Saúl Vilar, ayer en el skatepark de O Castro. Ricardo Grobas

La evolución de Saúl Vilar y la posibilidad de que algún día sea capaz de representar a Vigo en unos Juegos Olímpicos va a depender en gran medida de que encuentre en la ciudad una instalación donde pueda seguir evolucionando y mejorando sus trucos. En el mundo del freestyle, cuando se trata de ensayar determinados trucos el error se paga con un golpe severo contra la madera o el cemento. Para eso están las instalaciones “amortiguadas” en las que se puede entrenar con riesgo más controlado trucos más extremos. En Vigo, pese a las promesas de los políticos, sigue sin haber ninguna: “Es imprescindible para seguir adelante” insiste Durán. En caso de encontrar esos medios quienes le acompañan le ven en condiciones de llegar a la siguiente cita de los Juegos Olímpicos: “Podría estar en París dentro de tres años. Hay tiempo para conseguirlo”. No es una obsesión, pero sí una ilusión: “La carrera olímpica en el mundo del freestyle te permite tener unas ayudas en forma de becas que a lo mejor no tienes de otra manera. Y eso es algo que hay que valorar”. Por ahora parece que ese es el camino por el que va a evolucionar Saúl Vilar, el de exprimir sus opciones de estar en los Juegos Olímpicos: “Hay otros tres o cuatro chavales en España que vienen apretando, pero él es el más joven de todos ellos. Simplemente hay que seguir entrenando bien y encontrar el sitio adecuado para que esa evolución no se detenga”.

Saúl Vilar, ayer en el skatepark de O Castro. Ricardo Grobas

Durán insiste en que lo principal es no desaprovechar esa facilidad tan natural para hacer con sencillez lo que a otros parece costarles un mundo: “Es que se adapta en un momento a cualquier cosa. Lo que a otros les lleva semanas a él le cuesta muy poco tiempo. Su base la tiene muy trabajada desde pequeño y eso es fundamental en el mundo del freestyle”, insiste Durán.

De todos modos, Vilar aún tiene otras posibilidades por las que evolucionar y hacerse un nombre en el BMX. Es uno de los pocos chicos de su edad que hacen “street”, una modalidad muy atractiva para las marcas y los patrocinadores –que incluso mueve más dinero que el freestyle– en la que se hacen saltos en superficies como barandillas. Saúl Vilar es capaz de moverse en este territorio a un nivel próximo al de los profesionales, lo que le abre un abanico de posibilidades muy importante de cara al futuro. Todo ello lo puede manejar aunque en su mente y en la de quienes le acompañan (Alex y Jose, su padre, principalmente) el plan pasa por explorar el camino que lleva a unos Juegos Olímpicos. Una forma de expandir aún más la huella del Marisquiño por el mundo.

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