Aunque en el fútbol ningún rival es sencillo, el encuentro que disputa esta tarde el Ribadumia (San Campio 2, 17.00 horas) es clave para completar la escapada de los últimos puestos que está protagonizando el club aurinegro. El rival es el único equipo del grupo que está condenado a disputar la fase para evitar el descenso y cuenta tan solo con siete puntos gracias a un único triunfo y cuatro igualadas.

En principio todo parece de cara para los aurinegros, pero el técnico del Ribadumia, Luis Carro, no quiere ningún tipo de confianza, ya que el Pontellas ha mostrado un importante potencial competitivo en la mayor parte de sus encuentros, por ejemplo, el que disputó en A Lomba ante el Arosa, donde tuvo a los arlequinados contra las cuerdas durante muchos minutos, impidiéndoles desarrollar su juego.

El Choco, otro de los equipos que pelea por colarse en la fase de ascenso es el único equipo que ha salido derrotado de San Campio-2, lo que indica que no va a resultar un encuentro sencillo para el Ribadumia. Los azulgrana han caído derrotados en los tres últimos encuentros y no vencen desde el 20 de diciembre. El principal peligro de los de O Porriño es el delantero Nando, jugador que ha anotado ya cuatro tantos esta campaña . También destaca Yago González.

Los aurinegros consiguieron el triunfo en el encuentro d ela primera vuelta, pero fue una victoria agónica, ya que el tanto que otorgaría los tres puntos lo acabaría marcando Fran Fandiño en el tiempo de descuento.

En lo que respecta al Ribadumia, los aurinegros afrontan el encuentro con la tranquilidad que da el haber conseguido tres puntos muy importantes ante el Barco, tres puntos que les sitúan en la novena plaza de la clasificación, a tan solo tres puntos del sexto clasificado, el Estradense. Sin embargo, los caprichos del calendario han decidido que este sea el último encuentro “asequible” sobre el papel, ya que los tres partidos que restarán por disputarse serán ante los dos primeros clasificados (Arenteiro y Arosa) y ante uno de los equipos que pelea por meter la cabeza en la fase de ascenso (Rápido de Bouzas). El objetivo es colarse en el grupo de los que no pelean para descender, pero en caso de no conseguir evitarlo, el objetivo pasa por sumar el mayor número de puntos para afrontar en mejor posición la última fase.