Julio Rey, a sus 26 años, cumple su octava temporada en la primera plantilla. Hizo su debut con 16 años el 5 de febrero de 2012, en la 22ª jornada de Preferente ante el Portonovo a domicilio. A la temporada siguiente, en su segundo año juvenil, ascendió con el equipo a Tercera actuando en un total de 21 partidos. Después se marchó dos años al Espanyol. A su regreso a Galicia fichó en el Deportivo, pero el club herculino rompió de forma polémica el vínculo el mismo día del anuncio. Julio Rey, muy afectado por lo sucedido, jugó esa temporada en el Ribadumia y al año siguiente (temporada 2016-2017) volvió a casa en el Arosa, donde ejerce como capitán los últimos años y consiguió un nuevo ascenso a Segunda RFEF. Ahora 200 partidos, algo de lo que advirtió al club el socio Jaime Bouzada, principal estadista de la entidad arlequinada.

– ¿Cómo recuerda su debut con el primer equipo?

– Más que el recuerdo de ese partido en Baltar con el Portonovo, recuerdo la primera vez que me dijeron que subía con el primer equipo, me dio la oportunidad Lino González y después llegaría Piscis y apostó por mí. Estoy muy agradecido a los entrenadores que he tenido y que tengo a día de hoy.

– ¿Qué supone para un canterano ser ahora el capitán y acumular tantos partidos?

– Yo cuando era pequeño venía a A Lomba a animar al equipo, estaba allí en la grada de Preferencia donde ahora está mi madre con los bombos. Venía, apoyaba al equipo y me lo pasaba bien. Formar parte de la base del Arosa, donde hice amigos que conservo a día de hoy, es un orgullo porque es una de las mejores de Galicia. Cumplir estos 200 partidos para mí significa mucho. La cantera del Arosa para mí es muy importante. Gracias a los entrenadores que tuve fui creciendo y tuve la oportunidad de ir a canteras como las del Celta y el Espanyol. Lo que tiene el Arosa es el factor humano, cuando me pasó el infortunio con el Deportivo, Manolo Abalo el presidente me tendió la mano, me ayudó y siempre le estaré agradecido, a él, a su mujer y al club.

Julio Rey recibiendo el cuadro de su efemérides como arlequinado. Noé Parga

– ¿Cómo recuerda el play-off y el ascenso a Tercera ante el Bertamiráns?

– Para mí el partido que jugué aquí en casa fue como estar en una nube. Siendo juvenil no esperaba jugar, pero por circunstancias se me brindó esa oportunidad y salí al campo sabiendo que había muchos ojos pendientes y mucho en juego. Con la inocencia de un niño jugué pensando que solo era un partido, pero que era nuestro partido. Me mentalicé y lo disfruté como un enano.

“Ser vilagarciano y pertenecer a este club es un orgullo”

– ¿Qué es para usted jugar en A Lomba a día de hoy?

– Cuanta más gente hay en el campo, cuanta más presión y cuanto más hay en juego, mejor rinde un futbolista. En mi caso jugar en A Lomba con tanto público me encanta.

– Canterano, vilagarciano y capitán...

– Para mí es orgullo. Recuerdo siendo pequeño ver a Fernando de capitán cuando yo era un niño. Después Camiño, Rivas, Sylla y ahora soy yo, representar a esta plantilla y a este equipo en esta categoría es un orgullo. El ascenso del año pasado fue uno de los mejores momentos de mi vida. Nunca vi el campo tan encima, tan con el equipo. Aún se me ponen los pelos de punta recordando el penalti que paró Cobo, lo que sufrimos en la semifinal. Después en la final con el Somozas en un día de lluvia conseguimos lo que llevábamos buscando tantos años. Fue un éxito. El club y la afición se lo merecían.

– ¿Espera llegar a los 300 partidos?

– Uno nunca se marca una cifra. Los partidos van viniendo y las temporadas van pasando. En el Arosa la exigencia es muy alta y para mí ser de Vilagarcía y pertenecer a este club tantos años seguidos es un orgullo y creo que me lo he merecido. Quiero decirle a la afición que siempre estaré agradecido por su apoyo.