El estradense Álex Marque inicia hoy la que será su participación número 18 en la Volta a Portugal, la gran cita del año para el ciclismo luso. Ocho años han pasado ya desde su victoria en 2013, tiempo en el que el ciclista, ahora en las filas del Atum General-Tavira-Maria Nova Hotel ha seguido moviéndose entre mejores de la carrera. A sus 39 años, Marque sigue manteniendo la misma ilusión por “disfrutar” de la “Grandíssima”. Este año además lo hace con un aliciente especial, con su amigo Gustavo César Veloso como compañero, quien a sus 41 años cambió el W2-FC Porto por el Tavira con el objetivo de pelear por una Volta que ya ganó en 2014 y 2015.

Marque destacó ayer las opciones de un Veloso que llega en un buen momento de forma a la ronda lusa. “Gustavo fue el más fuerte el año pasado pero las circunstancias no le permitieron plasmarlo en la clasificación”, recordó al tiempo que destacó las condiciones de la carrera de este año, propicia para un escalador como es el de Vilagarcía. “Es la Volta más exigente de los últimos años porque todas las etapas son duras. O acaban en alto o tienen trampas armadas antes. No hay ni un respiro ni una etapa para llegar al sprint. Será una Volta bonita para verla sentado en el sillón”.

“Nosotros vamos a ir con ganas. El equipo está con moral y con ambición. Sabemos que tenemos a Gustavo, que dice que lo va a dejar pero que lo va a hacer peleando hasta el final. Eso es lo que queremos, pelear por la Volta”, añadió el estradense, quien asume su papel en el escenario que crea la llegada de su amigo. “Me van a resguardar pero en los momentos de apuro estaré ahí para echarle una mano”.

Marque explicó que las condiciones de esta Volta no le son especialmente propicias al no ser un escalador puro. “Los escaladores son los más beneficiados porque con estas cronos no se puede sacar el mismo partido que otros años porque son muy cortas. Hay seis kilómetros de prólogo, que es más para un buen rodador que para un especialista en contrarreloj, y luego está la crono final, pero son solo 20 kilómetros”.

Marque apuntó sin embargo que son otros equipos los que tienen que llevar el peso de la carrera. El estradense señaló especialmente al Porto, con muchos ciclistas con opciones de pelear por la victoria, y al Efapel. “Son grandes equipos pero aquí cada uno tiene que jugar sus cartas y nosotros tenemos las nuestras. Importa también el colectivo y las decisiones tácticas. Hay muchas cosas que decidirán el ganador”.

El ciclista estradense del Tavira no quiso hablar sobre su futuro más allá de una ronda lusa que le servirá para “tomar una decisión” sobre si habrá una edición 19 para él en la “Grandíssima”. De momento su única meta es “disfrutarla al máximo”.

La ronda lusa arranca hoy en Lisboa

La Volta a Portugal arranca hoy sin favorito claro, aunque con los ojos puestos en el W52-FC Porto, donde corre el actual campeón, el luso Amaro Antunes. Después de proclamarse vencedor de la edición especial que se celebró el año pasado debido al COVID, Antunes llevará el dorsal número 1 en la 82ª edición de la “Grandíssima”, que comienza con un prólogo de 5,4 kilómetros en Lisboa seguido de diez etapas. El portugués viste el maillot del equipo de Oporto, vencedor de la prueba de forma ininterrumpida desde hace ocho ediciones y que tiene entre sus filas también a João Rodrigues, campeón en 2019 y de la última Volta al Algarve, y Joni Brandão, llegado desde el Efapel y gran rival de los portistas en los años anteriores. Pero la principal novedad este año es el regreso del Movistar Team diecinueve años después de su última participación, aún bajo el nombre de iBanesto.com. La ronda lusa recorrerá un total de 1.568 kilómetros entre el 4 y el 15 de agosto. La tercera etapa finalizará en el mítico puerto de la Torre, de categoría especial, el punto más alto del Portugal continental y situado en la Serra de Estrela. El sábado 14, en la penúltima etapa, se coronará otro de los puertos más célebres por los que suele pasar la carrera lusa, Senhora da Graça (1ª), en Mondim de Basto. La décima y última etapa será una crono de 20,3 kilómetros en Viseu que terminará de decidir quién acaba vistiendo el maillot amarillo.