Luis Rolán, como le conocía todo el mundo - "hasta los chinos", bromeaba en una entrevista concedida a FARO DE VIGO en 2015-, era un hombre de mundo que pronto tuvo que empezar a buscarse la vida en una España donde emprendedores como él probaron formas de negocio distintas hasta dar con la que finalmente les sirvió de sustento. Nacido en 1937 en Negreiros, empezó a trabajar con 13 años y en 1956 compró un coche viejo con el que ejerció de taxista en A Bandeira, cuya parada inauguró junto a Catalino. Más tarde tuvo camiones e incluso se dedicó a un tema de pollos. En 1968 puso en marcha la empresa de chatarrería y repuestos usados del automóvil que ahora dirige su hijo mayor. Otra de sus pasiones eran los coches clásicos, tanto que su colección está considerada una de las mejores de Pontevedra.

Sus restos mortales serán enterrados hoy a las 13:00 horas en el cementerio de Negreiros. A la ceremonia acudirán tres familiares, como exigen las actuales circunstancias. Cuando se levante el estado de alarma, se celebrará el funeral.