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Prado rastrea una enfermedad que trajeron los vikingos

Carmelo Parrado González es el titular de la farmacia de Prado. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

La pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 ha evidenciado la vulnerabilidad de la sociedad global y que la ciencia no es capaz de controlarlo todo. Pero también, sin duda, que sin investigación y la labor de los científicos estamos perdidos. Carmelo Parrado González es el titular de la farmacia situada en la parroquia lalinense de Prado y hoy se prepara, como buena parte de sus colegas de la provincia para participar en el cribado de detección del virus mediante test salivares. Pero con anterioridad, a iniciativa propia comenzó a desarrollar un estudio –luego prácticamente interrumpido por la pandemia– sobre la incidencia en la zona de la conocida como la enfermedad de los vikingos.

Parrado explica que se trata de una patología conocida como deficiencia de Alfa-1 Antitripsina (AAT); una afección en la que el cuerpo no es capaz de producir la suficiente cantidad de esta proteína que preserva del daño a pulmones e hígado. Y resalta los casos que desembocan en un transplante de estos dos órganos vitales. No obstante, una detección a tiempo y con la farmacología adecuada, la situación clínica del paciente nada tiene que ver con los casos que acaban complicándose. El avance de la patología se manifiesta, en casos, en una cirrosis hepática no alcohólica o en la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). ¿Qué le llevó a Parrado la realización de este estudio? El boticario explica que cuando adquirió la farmacia, en 2018, se percató que había mucha gente de ojos claros y tez rubia, perfil potencial de una enfermedad que el pueblo vikingo en sus incursiones hace más de dos milenios extendió a zonas como la Bretaña, Escocia, Dinamarca y otras áreas geográficas peninsulares. Con un test comenzó a trabajar y sus primeros estudios concluyeron con la detección de al menos cuatro casos en otros tantos lalinenses y dos vecinos de Silleda. Lo que se busca con esta labor científica, explica, es la búsqueda de un perfil genético que pueda alertar del potencial desarrollo de una enfermedad en la que la condición hereditaria es clave.

El farmacéutico indica que Galicia dispone de un centro específico para el estudio de esta dolencia, que está en el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Fue en 2017 cuando se creó una consulta monográfica de atención al Déficit de Alfa-1, único dispositivo asistencial específico existente en Galicia, en coordinación con Atención Primaria, una vía directa de derivación de los pacientes desde los médicos de familia de los centros de salud a esta consulta especializada. Su responsable, la neumóloga María Torres explicaba tiempo atrás a FARO que esta consulta se destinó a incrementar el conocimiento de esta enfermedad que está infradiagnosticada y optimizar el acceso de los pacientes diagnosticados a una consulta especializada en el que se aborde de forma integrada el proceso diagnóstico, el seguimiento clínico y el tratamiento específico de la enfermedad, así como el estudio familiar y consejo genético. Las personas adultas con deficiencia grave de AAT desarrollan un efisema, según los estudios, con frecuencia antes de los 40 años. Y, como en otras enfermedades, el tabaquismo conlleva un incremento del riesgo del daño pulmonar.

Los pacientes diagnosticados –Carmelo Parrado discute que estemos ante una de las llamadas enfermedades raras porque es objeto de estudios rigurosos y concluyentes desde hace tiempo– presentan unos niveles escasos en sangre de la citada proteína y su carencia puede desembocar en un transplante pulmonar o hepático. Entre las diversas aportaciones clínicas a esta enfermedad, Parrado apunta a científicos como el doctor Ignacio Blanco (Coordinador Científico del Registro Español de Pacientes con Déficit de Alfa 1 Antitripsina). En una de sus ponencias destacó la elevada incidencia de esta enfermedad en Galicia, en territorio donde tiene una presencia potencial muy relevante y solo superada por Noruega. La comunidad autónoma aglutina más del 60% de la incidencia de toda España.

Test en farmacias para detectar asintomáticos en COVID-19

Una treintena de farmacias de las dos comarcas se sumaron al programa de detección de coronavirus en personas asintomáticas. Aunque estaba previsto que los test arrancasen en el día de ayer, en principio el público podría hacerlo hoy por un retraso atribuido en cierta medida a la gran acogida que tuvo entre los profesionales farmacéuticos. Los tubos de muestra llegaron ayer a boticas como la de Cerdedo, pero en buena parte de las 31 de Deza y Tabeirós-Montes no lo harán hasta hoy. La previsión inicial no contemplaba tantas boticas participantes y la Consellería de Sanidade se ha visto forzada a preparar un volumen de tubos de recogida de muestra de saliva y de gradillas muy superior, cuestión clave para la demora en el inicio de la prestación. El programa de detección precoz del Sars-CoV-2 está dirigido a personas de entre 40 y 64 años que no hayan sido sometidas a una prueba PCR en los últimos 15 días, no sea un contacto de seguimiento de COVID-19, tampoco está pensada para personal o internos de residencias o individuos que hayan estado contagiados en los últimos tres meses. El usuario debe recoger 1 mililitro de saliva al levantarse, en ayunas, sin tomar agua y que no presente restos de mocos, y llevarlo a la farmacia donde le fue entregado lo antes posible. En Lalín son ocho las farmacias disponibles: David García Curros, José Ramón Carballude, Beatriz Ferreiro, Inés Madriñán, Oliva Punín y las de Donramiro, Prado y Vilatuxe. En Trasdeza son todas: las tres de Silleda y la de A Bandeira. En Vila de Cruces; la de Gres y las de Ana Rico y Alberto Vázquez; y en Rodeiro, Agolada y Dozón las únicas que hay en cada uno de estos municipios. En A Estrada colaboran nueve: Elena Raviña, Rafael Madriñán, Alfredo Fenollera, Dolores Rodríguez, Joaquín Outón, María Xesús Losada y las de O Foxo, Codeseda y Souto de Vea. En Forcarei son dos: la de Francisco Coello de la calle Progreso y la de Yolanda Vilar, en Soutelo de Montes. Por último, en el término municipal de Cerdedo-Cotobade participan los establecimientos de Carballedo, Tenorio, Quireza y la situada en la calle Ourense del núcleo de Cerdedo que regenta María Jesús Gamallo.

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