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En Pascua, deja que te hagan la rosca

Colas por la calle para acceder a la Confitería Arcay’s de Lalín. | // BERNABÉ/ANA AGRA

Flamante Domingo de Pascua. Un día precioso y la alegría de saber que ya queda un poco menos para que la vida normal, aunque muy tocada, pueda regresar. En 2020 las panaderías y pastelerías de las comarcas se las ingeniaron para facilitar a los padrinos y madrinas la labor de hacerle llegar roscas, huevos de Pascua y monas de chocolate a sus ahijados y ahijadas. Aunque muchos ya habían cumplido ayer con esta tradición, fueron numerosos los vecinos de Deza y Tabeirós-Terra de Montes que hicieron cola en distintos establecimientos para llevarse estos dulces a casa y arrancar sonrisas a medio camino entre la ilusión y la gula.

Un cliente se lleva tres roscas. | Ana Agra

La rosca es una apuesta segura. Aunque la tradición de regalar huevos de Pascua y figuras de chocolate continúa ganando adeptos, son muchos los que se aferran a esta forma con la que desde hace muchos años se expresa la unidad familiar –de ahí su forma de anillo– y el renacer en el Domingo de Pascua. Los más “generosos” combinaron las dos tradiciones para endulzar el día a sus ahijados, agasajándolos con una figura o huevo de chocolate y un roscón en el que no puede faltar la mano abierta con el azúcar y las frutas confitadas como decoración.

Huevo de Pascua en Dulces Encantados. | // BERNABÉ/ANA AGRA

Esta fiesta no entiende de edades, solo de voluntades. Así, entre quienes ayer hicieron cola en distintos establecimientos de la zona estuvieron quienes querían asegurar el regalo a sus pequeños ahijados o quienes se llevaban la Pascua para sus niños de más de 50. También hubo vecinos que aprovecharon la disculpa para asegurar un postre para este domingo especial de Resurrección.

Antonio Sanmartín da forma a una rosca. Víctor Espiño

Distintas fuentes aseguran que la forma circular de la rosca de Pascua simboliza la unión, el renacer eterno y la continuidad, tres bases en la Semana Santa. En los obradores de panaderías y pastelerías, esta tradición supone muchas horas de trabajo, con un delicado proceso de fermentación y un amasado que para muchos tiene su truco. De hecho, más de un valiente tuvo sus más y sus menos con roscas en las que había puesto todo su cariño en casa pero que terminaron convirtiéndose en roca.

El Domingo de Pascua no fue una excepción a una nueva máxima sembrada por el coronavirus: quien algo quiere, ha de hacer cola. Muchos se armaron de paciencia, desplegando por las calles largas esperas para llevarse la rosca o un huevo de Pascua a casa. El aforo limitado y la necesidad de garantizar la distancia de seguridad hizo que tanto en A Estrada como en Lalín hubiese que aguardar para poder regresar con el encargo hecho.

Roscas listas para hornear en Pastelería Mimela. Victor Espiño

Cada uno tiene su predilección a la hora de comprar estos postres, lo que hizo que solo alguno de los establecimientos sirvieran en torno a un millar de roscas y cientos de huevos. Entre las monas de chocolate no faltaron las clásicas casitas y castillos o las figuras de mayor tirón del momento. Dinosaurios, Star Wars, bolsos de chocolate o referencias a los youtubers con más éxito entre los sectores más jóvenes de la sociedad fueron algunas de las propuestas creativas modeladas con chocolate, que se combinaron con otras apuestas más tradicionales, como el clásico Mickey Mouse.

Dice el refrán que el que tiene padrino se bautiza. A mayores, quienes tienen la suerte de tener a estas personas especiales, viven en Pascua el día más dulce.

Una madrina entrega los huevos a sus ahijados Bernabé/Ana Agra

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