La directora xeral de Administración Local, Natalia Prieto, hizo ayer balance en A Estrada de las ayudas aportadas por los concellos a los locales de hostelería de su territorio a través de una nueva fórmula de gestión con la Xunta que permitió agilizar el acceso a estos fondos y, por ende, su llegada a uno de los sectores más sacudidos por los efectos económicos de la crisis sanitaria del coronavirus. De este modo, explicó que en el plazo de un mes se pudieron gestionar 2,5 millones de euros de ayudas de los ayuntamientos para más de 2.400 hosteleros, a raíz de los 64 convenios suscritos con entidades locales. A mayores, la administración gallega impulsó dos planes de rescate para los sectores más afectados por la pandemia. Entre ambos, en menos de seis meses se movilizaron 182 millones de fondos propios a autónomos, microempresas y negocios de hostelería. A esta última rama de actividad corresponde casi la mitad del presupuesto, alrededor de 90 millones de euros. En el caso concreto de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, los hosteleros recibieron 2,5 millones de euros de estos planes, que supusieron un desembolso global de 4,3 millones de euros –por parte de la Xunta– para contrarrestar los efectos de la crisis.

Para los hosteleros

La hostelería de las comarcas presentó 1.201 solicitudes de ayuda a la administración gallega por la pandemia. Desde Lalín se cursaron 476 (de manera que a los hosteleros lalinenses le correspondieron 959.105 euros); los de A Estrada canalizaron 309 peticiones (692.290 euros); en Silleda, 225 (447.120 euros); Vila de Cruces otras 60 solicitudes (133.375 euros); la hostelería de Cerdedo-Cotobade presentó 59 (117.635 euros); la de Forcarei, 27 (67.125); 19 la de Rodeiro (45.000); 17 la de Agolada (32.300) y 9 la de Dozón (20.300).

En global

En total, entre los dos planes de ayuda para paliar los efectos de la pandemia en los sectores más afectados, se cursaron desde estas dos comarcas 2.269 solicitudes de ayuda a la Xunta. Las 783 presentadas desde Lalín fueron atendidas con 1.509.540 euros; las 677 de A Estrada, con 1.373.475; las 385 de Silleda, con 708.055; las 146 de Vila de Cruces obtuvieron 288.200 euros y las 128 peticiones desde de Cerdedo-Cotobade otros 213.455. A Forcarei le correspondieron 110.725 (63 solicitudes); a Rodeiro, 79.200 (34); a Agolada, 67.320 (38) y a Dozón, 34.300 (15).

Los concellos interesados en repartir ayudas con sus propios fondos a la hostelería de su término municipal formalizaron el aludido convenio con la Xunta. Con él, el ejecutivo gallego podía adelantar a los hosteleros el dinero. Todos estos ayuntamientos decidieron fijar en 1.000 euros la aportación por establecimiento, sumándose a las del segundo plan de rescate de la Xunta. “De manera inmediata articulamos esta fórmula novedosa, inyectando a la hostelería liquidez sin burocracia, de forma rápida”, incidió Natalia Prieto. El dinero adelantado por la Xunta en nombre de los concellos puede ser devuelto de dos modos: a través de una transferencia o bien mediante una detracción del Fondo de Cooperación Local, fórmula que escogió A Estrada.

Los 101 del Concello de A Estrada

En el caso concreto del municipio estradense, el alcalde, José López Campos, explicó que la ayuda del Concello permitió arrimar el hombro a 101 hosteleros, de modo que el ayuntamiento aportó 101.000 euros para intentar ayudarles a hacer frente a las pérdidas que sufrieron al verse obligados a tener sus puertas cerradas para detener el avance del COVID.

Entre los 90 millones de euros de los planes de rescate de la Xunta y los 31,2 millones de las ayudas destinadas al sector turístico, el gobierno gallego invirtió este año más de 120 millones de euros en la reactivación del turismo gallego. En este desembolso se incluyen los 16 millones del último paquete de ayudas, con líneas dirigidas a apoyar el funcionamiento de las agencias de viajes o la adquisición de equipamiento poscovid.

“Éramos pesimistas, pero en agosto todo el mundo estaba contento”

A la reunión que integrantes del gobierno estradense –el alcalde y los ediles Amalia Goldar, Gonzalo Louzao y Lucía Seoane– con la directora xeral de Administración Local acudió también el presidente de Hostaleiros A Estrada, Manuel Bascuas. Aunque no ocultó que al sector no le gustan las nuevas restricciones, este profesional sí reconoció que el de 2021 fue un buen verano. “Éramos todos bastante pesimistas pero en agosto todo el mundo estaba contento”, dijo. Indicó este hostelero de A Estrada que las ayudas pudieron tramitarse con fluidez y asumió que las perspectivas actuales “no pintan mal”. En todo caso, señaló que en A Estrada prácticamente ningún hostelero se atendrá a las medidas para poder utilizar la barra –PCR, separación de 1,5 metros, cambio de mascarillas cada cuatro horas y si son dos consumidores tienen obligación y de ser convivientes–, pese a reconocer que hay locales “que son básicamente barra”.