De la danza a la joyería y a la distribución por Internet. Este es el tránsito que ha realizado Juana Roig Herrero, responsable de Mercadona Online, el negocio de comercio electrónico de la primera cadena de supermercados española, controlada por sus padres Juan Roig y Hortensia Herrero. La ejecutiva, nacida en Valencia en 1984, es la menor de las cuatro hijas del matrimonio y desde 2018 impulsa una actividad que crece en tiempos de pandemia y en la que su ultraexigente padre apenas tenía fe. Al menos al principio.

La responsable de Mercadona Online, casada con el empresario Álvaro Otero -dueño de Delibreads-, es hoy lo que es gracias a que se crió en un hogar, el de los Roig Herrero, donde sí o sí se habla de empresa y de arte los siete días de la semana. Desde el salón del domicilio familiar y en primera fila vio como sus padres se ganaron un sitio en la historia de la distribución en España y del mecenazgo cultural, convirtiéndose en la tercera mayor fortuna de España con un patrimonio superior a 4.000 millones de euros, según Forbes.

La niña Roig Herrero, fallera practicante como todos los miembros del clan, parecía inclinarse más por las artes escénicas que por los libros contables. Tímida y reservada, durante años estudió en el Conservatorio Profesional de Danza de Valencia. Finalmente se decantó por el mundo de la empresa y el ballet quedó como una afición que hoy todavía cultiva, igual que otras como el running en familia y las series de televisión.

Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por Esade, sus primeros pasos profesionales la alejaron del negocio de los supermercados. Su padre ya decía entonces que el capital de la empresa se hereda, pero no la gestión, que quedará en manos de los mejores. De este modo, Roig Herrero inició su carrera profesional en el sector textil y trabajó en Mango e Inditex, dueña de Zara. Su vinculación con la moda no acabó ahí y, pese al bajo perfil público que tiene grabado en su ADN familiar, llegó a desfilar como modelo de pasarela para la diseñadora Marta de Diego.

En Mango e Inditex conoció las bambalinas de la logística y después quiso aplicar lo aprendido allí, en la empresa de su familia. Roig Herrero entró entonces en Mercadona en el área de compras. En paralelo y de la mano de su padre se estrenó como inversora en empresas. Su principal aventura fue la creación de un negocio de joyería artesanal con el diseñador valenciano Vicente Gracia en 2014. Dos años después, Gracia recompró el paquete accionarial de Juana Roig, que desde entonces se volcó en exclusiva en Mercadona hasta asumir la responsabilidad del negocio online en 2018. Lo hacía con 32 años, una edad similar a la que tenía su padre cuando asumió la dirección de Mercadona.

Hoy, ajena tanto a las voces que dicen que está donde está por ser hija de papá como a las que la convierten en la favorita en la línea de sucesión, vive volcada en la venta online, un negocio que su progenitor antes definía como «una mierda». Mercadona Online gestiona la web de la empresa, sus aplicaciones móviles y la preparación y reparto de pedidos, centralizado en almacenes exclusivos para la venta online, llamados colmenas. Al trasladar la preparación y envío de los pedidos a la colmena, en lugar de gestionarlos uno a uno desde las tiendas, se eleva la productividad. La compañía tiene implantado este sistema en Valencia, Barcelona y Madrid. Allí trabajan 600 personas y se han realizado inversiones por 32 millones de euros.

El margen de Roig Herrero para dejar su impronta es grande, ya que la venta online solo supone el 1% de los ingresos de Mercadona. De momento, su padre ya cree en la distribución por Internet, un negocio con un futuro ahora «marginal pero con el tiempo imparable». Nada de mierda.