Marina Meridional es la división naval de Grupo Argos, que el pasado mes de enero formalizó la compra de la unidad productiva de la extinguida Factorías Vulcano. A mediados de 2020 ejecutó una operación similar en Andalucía, tras la que asumió el derecho de explotación y ocupación provisional de los desaparecidos astilleros de Huelva. Y hoy repetirá estrategia en País Vasco, con el objetivo de quedarse con los principales activos de otra atarazana que sucumbió a la crisis: Construcciones Navales del Norte, comúnmente conocida como La Naval de Sestao. Pero la compañía del veterano José Alberto Barreras Barreras no lo hará sola, sino que va de la mano de una filial del gigante ACS, como confirmaron a FARO fuentes directas del grupo.
Este viernes es el día que termina el plazo para postularse formalmente como comprador de todos o parte de los 21 lotes en los que el administrador concursal ha troceado la empresa. No ha trascendido el importe de la eventual operación; Bildu llegó a solicitar una partida de 12 millones al Gobierno para comprar todos los lotes, a cambio de su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado de 2021.
El lote más apetitoso es un terreno de 300.000 metros cuadrados, que incluye las gradas, carros de varada, grúas y dos muelles de atraque que suman casi 500 metros de largo. Según las estimaciones de Marina Meridional, la nueva Naval de Sestao sería capaz de generar unos 500 puestos de trabajo directos. Si salen adelante sus planes, y también se queda con los mejores activos de La Naval, habrá sumado en solo un año una superficie de suelo industrial próxima a los 500.000 metros cuadrados. Es cuatro veces el espacio que ocupa Hijos de J. Barreras, el mayor astillero privado de España.
Dado que Argos pretende dar continuidad a la actividad industrial, el equipo de Juan Moreno -es el director general de Meridional- tendrá que lidiar con la Autoridad Portuaria de Bilbao. Según las últimas cuentas anuales de Construcciones Navales del Norte, su concesión administrativa vencía el 31 de diciembre. Pero ésta hubo de extinguirse cuando la empresa procedió a su disolución, lo que tendría que abrir un proceso competitivo.
