Sin paños calientes, ni medias tintas… Carlos Tavares en estado puro. El patrón del cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo, Stellantis, lanzó ayer un duro correctivo a las políticas industriales de España, llegando a advertir incluso que está en riesgo el “éxito español” cosechado en este sector en los últimos treinta años por la lentitud en la toma de decisiones en comparación con los gobiernos de otros estados miembros. El CEO de Stellantis, que posee tres fábricas con más de 15.000 trabajadores directos repartidos entre Vigo, Zaragoza y Madrid, llegó a reconocer que desde el Ejecutivo ni siquiera se han puesto en contacto con ellos para explorar la posibilidad de abrir en España una planta de baterías de ion-litio para vehículos eléctricos, un proyecto que, sin embargo, está “muy abierto” a discutir.

Tavares hizo estas declaraciones en una entrevista telemática a cuatro medios de sendos países europeos (por parte de España, a El Mundo), en la que repasó la reciente crisis de los microchips, la irrupción del teletrabajo –que él considera mucho más eficiente que el trabajo presencial–, los resultados de la integración de Fiat Chrysler Automobiles un año después de la creación de Stellantis, y los cambios normativos que se avecinan, sobre todo la prohibición de vender vehículos térmicos a partir de 2035 en la Unión Europea. Sobre esto, Tavares asegura que había otras formas más rápidas y baratas de reducir las emisiones contaminantes que imponer el coche eléctrico. “Fue una decisión política, no de la industria”, remarcó.

El patrón de Stellantis mantiene su promesa de no cerrar plantas en la UE, pero eso requerirá seguir aplicando a rajatabla su receta del éxito desde que aterrizó en la antigua PSA en 2013: reducción de costes.

España

No está contento Tavares con la respuesta del Gobierno español a los retos y los cambios que afronta el sector. O al menos eso se interpreta de sus declaraciones. Tavares cargó contra la improvisación en materia energética: “Desde el punto de vista político, es posible decir que la lucha contra el calentamiento global es una prioridad y querer acabar con los vehículos de combustión. Pero el Gobierno no se puede contentar con eso en nuestro sector de actividad, porque hay que favorecer al mismo tiempo que surja otra industria y otras tecnologías…”, explicó el ejecutivo luso. “En las últimas décadas, España ha buscado y conseguido un fuerte desarrollo industrial, convirtiéndose en el segundo productor de automóviles de Europa, por detrás de Alemania, pero por delante de Italia y Francia. El Estado, las empresas y los sindicatos han conseguido trabajar juntos. La pregunta para España es: ¿Quiere perder este trabajo de los últimos 20 o 30 años? ¿O quiere construir sobre ello? Evidentemente, esto depende mucho de la velocidad y la dinámica que el Gobierno español quiera impulsar. Sin rapidez, corre el riesgo de perder el éxito español de los últimos 20 o 30 años porque las cosas van muy, muy deprisa”, argumentó.

Stellantis no cierra la puerta a una factoría de baterías pese a la lentitud del Ejecutivo

El aviso a las autoridades españolas es serio. Tavares fue más allá cuando le preguntaron por la posibilidad de implantar una fábrica de baterías en España: “Tal vez, pero podemos ver que España no es uno de los estados europeos que se han movido rápidamente. También podemos ver que la proporción de ventas de vehículos eléctricos en España es menor que en otros lugares. Quizás haya más aprensión entre la población. El plan de recuperación europeo está ayudando a España y Stellantis está muy abierto a discutirlo con el Gobierno español. Pero por el momento, el Ejecutivo no se ha puesto en contacto con nosotros ni mucho menos”, declaró. Por ahora, solo habrá factorías de este tipo en Francia, Alemania e Italia, aunque en este último país sigue la negociación con las autoridades locales.