La Xunta auxiliará al sector para que no se descuelgue del coche eléctrico

El Gobierno gallego y Ceaga estudian líneas para aumentar la competitividad y “ayudar a hacer la transición”

“Hay que actuar y actuar con rapidez”, apuntan desde la industria

Un camión frente a las instalaciones de Ceaga y Stellantis Vigo, en Balaídos

Un camión frente a las instalaciones de Ceaga y Stellantis Vigo, en Balaídos / Marta G. Brea

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

La industria de la automoción asentada en Galicia (o en el norte de Portugal) que depende en mayor o menor medida de Stellantis Vigo tiene vinculado su futuro a la fabricación de las furgonetas K9, hasta finales de década, y al Peugeot 2008, cuya renovación no se espera hasta 2027. Para entonces, la factoría tendrá que tener ya montada la nueva plataforma industrial del grupo, la STLA Small, que acogerá la siguiente generación. Sin embargo, mucho antes de ese año, la multinacional habrá repartido ya todos y cada uno de los componentes y piezas que utilizará tanto la plataforma de manera transversal (para varios modelos, también de otras plantas) como del futuro SUV 100% eléctrico. Unas asignaciones que ya están teniendo lugar y que ponen en entredicho el futuro de varios de los proveedores. Denso ya sabe, como adelantó ayer FARO, que no hará los climatizadores para el 2008, pero muchas otras conocerán el resultado de las pujas en las próximas semanas. Por este motivo, Xunta y Ceaga aceleran para lanzar apoyos de emergencia para este tejido industrial, con el objetivo de aumentar la competitividad y “ayudar a hacer la transición” al vehículo eléctrico.

Durante la asamblea general del Clúster de Automoción y Movilidad de Galicia (Ceaga), celebrada la semana pasada, el director de Stellantis Vigo, Ignacio Bueno, habló en nombre del sector para reclamar “todas las ayudas posibles” para ser competitivos, ya que las buenas cifras de 2023 son, a su juicio, “efímeras y engañosas”. En el acto estaba presente el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que recogió el guante lanzado por el futuro exdirector de Balaídos –en junio tomará las riendas de la planta José Luis Alonso Mosquera– y garantizó que se utilzirán fondos de la comunidad para prestar ayuda. “Vamos a priorizar a este sector, porque los necesitan ya”, llegó a decir.

Fuentes del sector confirman que ambas partes están en conversaciones para “diseñar una línea de ayudas” urgente para apoyar ya a las empresas. “Hay que actuar y actuar con rapidez”, recalcan. Lo mismo apuntan desde la administración gallega, que reconocen el “compromiso” adquirido por Rueda.

Aunque explican que todavía “es muy pronto” para saber cómo se articularán los apoyos y en qué cantidades, la Xunta señala que la idea es la de “ayudar a las empresas del sector a hacer la transición hacia la fabricación de componentes y vehículos eléctricos”. “Hay que identificar primero las necesidades, las posibles aportaciones, los compromisos… y articular la idea. Y en eso se va a trabajar”, añaden.

Desde el sector, por su parte, apuntan que esta iniciativa, que depende también de las inversiones y el trabajo propio de los proveedores, debe ir acompañada de acciones para promocionar la condición de competitividad del motor gallego. Es decir, demostrar las capacidades, saber hacer y buen precio ante las centrales de compras de los fabricantes, no solo de Stellantis.

Está por ver si, en este momento en el que la amenaza de los países low-cost es más alta que nunca y en la que se está produciendo un desembarco a gran escala de las marcas chinas, este tipo apoyos y acciones no llegan tarde. Al menos para algunos de los proveedores de Vigo y su área. “De nada servirá desarrollar nuestra productividad a futuro si la industria de componentes de Galicia corre el riesgo de perder contratos que se deciden en el momento presente”, apeló Bueno en el acto de Ceaga.

Tres salidas para un tejido industrial con miles de empleos en Vigo

El tejido industrial de la automoción gallego tiene una cabeza tractora, Stellantis Vigo, que ha hecho sus deberes. Ha logrado todas las ayudas posibles, de diferentes administraciones, y ha cumplido con las peticiones del grupo convirtiéndose en la factoría más eficiente de la multinacional, lo que ha hecho merecedora de la nueva plataforma industrial, la STLA Small. Aunque faltan por conocer los fondos del Perte VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado) de los que dispondrán, solo una sorpresa mayúscula frenaría la adjudicación definitiva. Por eso, durante la reciente asamblea general del Clúster de Automoción y Movilidad de Galicia (Ceaga) las peticiones fueron dirigidas a los proveedores. Principalmente, para salvar un momento crítico, del que dependen miles de empleos en el área de Vigo, y para el que solo hay tres opciones: aceptar perder dinero, afrontar una profunda reconversión o fiarlo todo a mejorar la competitividad y ser capaces de ganar dinero.

Las fuentes del sector consultadas reconocen que Stellantis “está apretando mucho” y “ahogando” a los proveedores. Con la amenaza low-cost encima de la mesa y la posibilidad de no renovar los contratos si no se produce una bajada del precio de los componentes. Por este motivo, las empresas debaten internamente si aceptan este planteamiento y pierden dinero en los nuevos contratos, o bien se niegan y se enfrentan a “una reconversión sin precedentes en el sector durante el año 2027”, en el que la STLA Small empezará a funcionar en Balaídos, Figueruelas (Zaragoza) y Pomigliano d’Arco (Italia), momento de la transición del vehículo térmico al eléctrico.

La otra opción que hay encima de la mesa, y de ahí el grito de ayuda durante la asamblea de Ceaga, es de la dar un salto, de forma muy rápida, en el plano de la competitividad, reduciendo cada euro que se pueda, como dijo el director de Stellantis Vigo, Ignacio Bueno. “Tenemos que revisar y cuestionar cada gasto frente al valor que añade, para poder reducirlo”, avisó en aquel acto.

Sin embargo, para eso la cadena de suministro también necesita apoyos, y los necesita ya. Solo así tendrán opciones de mejorar realmente de forma rápida, podrán ofrecer mejores propuestas a los fabricantes y podrán ser capaces de ganar dinero. El debate está servido.

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