Acompaña al ser humano desde el inicio de sus tiempos y, en cambio, lejos de ser un material del pasado, se configura como un elemento necesario y esencial en el desarrollo futuro de la producción y el consumo global.

Así es: Las cifras señalan que Europa prevé un déficit anual 300 millones de metros cúbicos de madera en 2030 para cubrir sus necesidades, lo que ofrece una idea de la importancia que ya está cobrando y de la que tendrá en el día de mañana esta materia prima. 

“Las industrias madereras representan el 20 % de las empresas manufactureras de toda la UE, lo que supone 3,6 millones de puestos de trabajo y un volumen de negocios anual de 640 000 millones”

De hecho, la Unión Europea ya ha dado los primeros pasos encaminados a fortalecer y desarrollar una fuente de madera sostenible y responsable, que dé respuesta a estas necesidades de la sociedad garantizando el cuidado del medio ambiente. Se articula a través de la Estrategia de la UE en favor de los bosques y el sector forestal para el 2030 y es una de las iniciativas emblemáticas del Pacto Verde Europeo. 

En esta hoja de ruta, Europa busca conciliar la protección, restauración y resiliencia de las masas forestales, promoviendo prácticas de gestión forestal respetuosas y apoyando una bioeconomía sólida y sostenible.“Las industrias madereras representan el 20 % de las empresas manufactureras de toda la UE, lo que supone 3,6 millones de puestos de trabajo y un volumen de negocios anual de 640 000 millones”, indican en esta línea desde la administración europea. Cifras que seguirán, previsiblemente, en aumento, pero: ¿por qué? 

Protagonista en la transición hacia la bioeconomía

La madera es una materia prima renovable y reciclable, juega un papel clave en la función de sustitución de materiales con elevada huella de carbono, como es el caso de las bolsas de papel y las de plástico, y en la construcción, con elementos como los contralaminados y los bioasfaltos. Pero, además, la madera también es determinante para el futuro de los detergentes, las vainillas, espumas, pantallas flexibles y aplicaciones textiles. 

La comunidad gallega es la primera productora de madera del país y cuenta con importantes iniciativas de avance en estos nuevos mercados

Así y en el marco de un consumo responsable, esta materia prima está llamada a tener un papel cada vez más protagonista en la necesaria transición hacia la bioeconomía: sustituir materiales plásticos como el poliéster con fibras de celulosa supone un salto crucial en su sostenibilidad. La madera y los materiales y productos distintos de la madera resultan fundamentales en esta revolución en todo el continente hacia una economía climáticamente neutra. 

Galicia, en una posición privilegiada

En este contexto, Galicia parte de una posición privilegiada, dada la importancia del sector forestal en su economía, la tradición manufacturera de su industria maderera, y las expectativas de una producción cada vez más eficiente y sostenible en el ámbito de la bioeconomía. No en vano, la comunidad gallega es la primera productora de madera del país, y cuenta con importantes actores implicados en la cadena con iniciativas de avance en estos nuevos mercados. 

En el marco de la nueva bioeconomía y desde Galicia, Ence aporta a la sociedad productos de origen natural, renovables y reciclables, que permiten avanzar hacia un modelo de producción y consumo circular, sostenible y responsable

Es el caso de Ence, que desde su biofábrica de Pontevedra, suministra al mercado europeo productos de celulosa de la más alta calidad, que son transformados en multitud de productos con cada vez más aplicaciones. Desde el tradicional papel tisú, a innovadoras fórmulas en embalaje y cubrimiento, filtros, decoración o recipientes para alimentos, las fibras de la madera se hacen hueco en el mercado por su alto grado de sostenibilidad y por sus características únicas, que las convierten en un material muy apreciado en todo el mercado europeo. 

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De este modo, Ence trabaja para establecer alianzas con productores para suministrar al mercado nuevos productos sostenibles y seguros, de origen natural, y sustitutos, en muchos casos, de los plásticos. La celulosa de Ence, especialmente dentro de la línea “Ence Advanced”, presenta propiedades idóneas para este fin, gracias al trabajo de investigación, innovación y desarrollo conjunto. 

Es así como, dentro de la nueva bioeconomía y desde Galicia, Ence aporta a la sociedad productos de origen natural, renovables y reciclables, que permiten avanzar hacia un modelo de producción y consumo circular, sostenible y responsable, ofreciendo alternativas a los productos plásticos y manteniendo el cuidado del medio ambiente como una de sus prioridades estratégicas.