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Herederos del arte con aerosol gallego

Siete creadores de grafiti y murales hablan sobre la evolución y el auge de la pintura urbana, que convierte a grandes ciudades y pequeñas localidades en museos al aire libre

Herederos del arte con aerosol gallego

Algunos provienen de la cultura del grafiti nacida al amparo del hip hop, el rap, el brake dance el skate y otros deportes urbanos extremos. Comenzaron a realizar sus pintadas artísticas en la década de los 90 a escondidas, en la clandestinidad y con el riesgo de ser sancionados, pero esta actividad se convirtió en su medio de vida en cuanto empezó a ser valorada por la sociedad.

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Herederos del arte con aerosol gallego Marta G. Brea / Xoán Álvarez /Cedidas

Otros son muralistas con formación académica que se incorporaron más tarde al arte urbano, plasmando su talento en paredes, muros, fachadas y medianeras de diferentes localidades.

Hablamos en este reportaje con siete de estos artistas urbanos gallegos: los veteranos Powone y Yoe 33, pioneros del grafiti en Galicia en los años 90, la viguesa Sax, considerada la dama gallega del spray, la lucense de Sober Doa Doa, que lleva a cabo un proyecto artístico de reforestar Galicia con sus murales, Lula Goce, una de las artistas gallegas con mayor proyección internacional en la actualidad, el polifacético ilustrador y artista urbano Peri Helio, que combina sus trabajos en la calle con otros soportes, y el santiagués Yoseba MP, autor de una serie de retratos gigantes de “superabuelas” gallegas.

Powone

El vigués Powone (Antonio Barberá, 1977 ) es uno de los pioneros del grafiti en Galicia. Comenzó en 1991, a los 14 años, pintando a escondidas cuando aquí aún no había mucho conocimiento sobre el tema; y con el paso de los años, en cuanto le encargaron trabajos por los que tenía que emitir factura, se dio de alta en autónomos y su afición se convirtió en su medio de vida. Sus murales realizados por encargo decoran espacios urbanos de diferentes localidades gallegas, sobre todo de Vigo. Estampas del Berbés, del puente de Rande, las islas Cíes o de la calle Urzáiz con tranvías son algunas de las obras realistas que ha trasladado de fotos a paredes. Su obra de mayor formato más reciente es la figura de un skater que decora la medianera de un edificio de diez plantas en honor al festival Marisquiño en su ciudad.

Powone ante uno de sus grafiti. Marta G. Brea

Aunque reconoce que ahora ya no se le puede llamar grafitero, está orgulloso de decir que procede de esta práctica y en cuanto tiene ocasión se va con amigos a lugares abandonados a mezclar aerosoles a su bola y plasmar su arte en forma de personajes. Es en esas ocasiones cuando se siente más libre para dar rienda suelta a su creatividad y “montarse películas” como una reciente inspirada en “Star Wars” que decora unos muros en el barrio de Balaídos.

“Tengo mogollón de obra tirada en la calle, alguna se ha ido borrando o estaba en fábricas que han derruido y otra la he ido recuperando. El arte en la calle es efímero, los grafiteros lo saben, pero los muralistas sufren si se les toca su obra”

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Considera positivas las iniciativas de administraciones públicas de decorar espacios urbanos con murales, pero lamenta que no se tenga en cuenta a los grafiteros y se invadan espacios utilizados por ellos. “En Portugal se ponen en contacto con ellos antes de hacer una intervención en una zona y consiguen más porque el grafitero quiere que se le tenga en cuenta. Aquí a veces se va a la brava, se hacen las cosas mal”

Sax

Considerada la reina del espray gallego, Silvia Rodríguez Pena, cuyo nombre artístico es Sax (Vigo, 1980), empezó en el mundo del grafiti en 1998, cuando las mujeres que se dedicaban a esta práctica eran solo un puñado. “Mi mejor amiga era rapera y en su grupo de hip hop había los que bailaban break dance, los que rapeaban y los que hacían grafiti. Yo, que dibujaba desde niña, empecé a probar con algún espray haciendo lettering (mi firma con letras enrevesadas) hasta que un día decidí irme sola, con mi mochila llena de botes, y ponerme a pintar muros que veía estropeados. El grafiti estaba mal visto y mi madre se enfadaba. Me decía que por qué no hacía algo más normal como ir al cine con mis amigas”, recuerda.

Silvia Rodríguez Pena, Sax

Su obra está dispersa por diferentes ciudades y países: Nueva York, Alemania, Australia, Francia, Italia, Portugal, México y España. Y es que entre 2002 y 2008 no paró de viajar: primero a Barcelona, donde el muralismo estaba en pleno apogeo en 2003 (“al verme me preguntaban extrañados si había grafiti en Galicia”, dice) y luego a todo evento internacional donde la requerían. Integrante del grupo internacional de grafiteras “Stick up girlz” y heredera del estilo de grafiti del Bronx, Sax guarda especial recuerdo de su estancia en la “Gran Manzana”, donde pudo plasmar su arte en la calle y conocer a los míticos pioneros que veía en las películas de los 70. “Tuve la suerte de conocer a Lady Pink, una de las primeras grafiteras más conocidas, y de estar en casa de Seen bebiendo unas cervezas y enseñándome álbumes de fotos de cuando pintaba trenes en el Bronx en los 80”, comenta.

A sus cuarenta años y después de cinco trabajando como tatuadora en un estudio de Vigo (comenzó atendiendo encargos de diseños de sus dibujos hace una década y luego decidió formarse para plasmar sobre la piel humana lo que solía representar en muros), afirma que “el grafiti nunca se deja, aunque ya me he mentalizado que no puedo vivir de ello”. Echa de menos iniciativas como las que se hacían en la Casa da Xuventude de Vigo, que aprovechaba cualquier evento de bici o patín para montar talleres de grafiti, y espera que la juventud se vuelva a echar a las calles. “Antes había más gente que hacía deportes extremos, como BMX; ahora no hay prácticamente niños en los parques de skate”. Su obra mural más reciente se puede ver en las escaleras que comunican las calles viguesas de Camelias y Romil.

Doa Ocampo

En 2014 Doa Ocampo, natural de Sober y con formación en Bellas Artes en la Universidad de Vigo y fotografía en A Coruña, comenzó su proyecto “Reforestando” en la Ribeira Sacra con el objetivo de intervenir espacios abandonados o degradados pintando vegetación. Siete años después cuenta con más de treinta obras en España, Portugal, Italia, Francia, Tailandia, México, Marruecos y Kosovo.

Doa Ocampo

Ates de retratar un ser viviente vegetal, investiga su relación son el ser humano y el uso que le da. “Intento transmitir la conciencia hacia el mundo vegetal, seres que a veces nos son desconocidos y tenemos como decorado. Me interesa darle visibilidad a su parte de individuos vivientes concretos, así doy un toque de atención en nuestra relación con el reino vegetal. También pretendo reivindicar conciencia ecológica porque hago especies en peligro de extinción, vulnerables o algunas extintas en lugares donde eran autóctonas”, explica.

De todas sus obras, se siente espacialmente orgullosa de la rosa silvestre que plasmó en Feriza, un pueblo de Kosovo, sobre una pared de las pocas que quedaban de la guerra. La delicadeza de la flor silvestre en un edificio con el tono degradado aún visible ofrecen un bonito juego poético.

Lula Goce

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, la baionesa Lula Goce pintaba desde niña en los murales del colegio y luego siguió de adolescente decorando muros deteriorados. Considera que intervenir en la calle ha sido parte de su formación artística y destaca el carácter intervencionista del arte urbano: “el soporte es el espacio, el ambiente que lo rodea y las personas que lo habitan. Para mí una intervención urbana es una pieza única, porque cada soporte urbano es único, y está directamente relacionado con el entorno, el urbanismo y la sociología del lugar”.

Lula Goce

Lula Goce es autora de medio centenar de murales “oficiales”, repartidos por numerosos países de Europa, Estados Unidos, México y Azerbaijan (“Me encantaría ir a Asia”, confiesa). Se siente orgullosa de todos ellos, si bien tiene especial cariño a la primera pieza que realizó en Bélgica y a las dos que creó en Vigo, una cuyos modelos son su hijo y su sobrina, y la última, que representa a dos mujeres bajo el mar rodeadas de peces mitológicos, plantas marinas y anémonas, y que fue considerada la séptima mejor obra mundial de arte urbano por la plataforma Street Arts Cities en 2020. El mural protagonizado por la actriz Blanca Suárez plasmado en Nueva York y el de Isaac Díaz Pardo en Sada son otras de sus obras. Las últimas que ha pintado son “La chica de las flores”, en Murcia, y una campaña con otros artistas contra el tráfico infantil con la ONG Street At Mankind en las marquesinas de Nueva York. El próximo proyecto será una obra en Bruselas para la ONU.

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Lula Goce conquista el Bronx Faro de Vigo

“Vivo mis intervenciones como un compromiso hacia el lugar y la naturaleza; acercarnos más a la belleza y a la conciencia natural para mí es casi una misión”, expresa la artista, que siempre tiene en cuenta en su obra a las personas y su conexión consigo mismos y con la naturaleza, cuya presencia es casi nula en algunos barrios desfavorecidos donde se encuentra su obra.

Aunque reconoce que trabajar por encargo no siempre le confiere la libertad que desea, asegura que vive cada trabajo como un reto que intenta llevar a su terreno. Considera que el auge del arte urbano se debe a la “necesidad intrínseca al crecimiento exarcebado de las ciudades, al feísmo creado por la masificación urbanística sin planes que integren espacios naturales”. “Darle una escala humana a paredes y espacios desnudos y deteriorados permite dar una segunda lectura a lugares que no han llegado a tener una primera”, dice.

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Los murales de Lula Goce conquistan ya seis países Faro de Vigo

Peri Helio

Artista polifacético, ilustrador y muralista, Peri Helio (Vigo, 1983) trabaja con diferentes materiales, ya sea esmalte, acrílico, tinta, rotulador o pintura plástica, y en diferentes soportes (mural, cartón, madera, lienzo, papel, tela). Huye de las etiquetas porque le parecen vacías de contenido y prefiere no salir con su imagen en el reportaje ya que considera que lo importante es la obra. Licenciado en matemáticas y con formación académica en astronomía, su trayectoria artística  arrancó con el milenio en la calle, donde pasaba tiempo practicando skate. El respeto a la naturaleza y su comunión con ella aparecen plasmados en sus obras  marcadas por una simbología personal y con trasfondo crítico y reflexivo, fruto de su manera de entender el mundo. “Vuelco mucho de mí en mi trabajo, muy personal y sincero, y plasmo la crítica social que percibo”, explica. Su obra, la que aún existe ya que “el arte en la calle es efímero”, se puede ver en diferentes ciudades de España así como en Portugal y Alemania.

Peri Helio-Obra "Paradigma de la inconsciencia humana" en un edificio de Santander

Aunque considera que podemos estar ante un buen momento para el arte urbano por la cantidad de proyectos en marcha y la mayor aceptación social (“antes nos gastábamos el dinero en pintura y ahora nos pagan por pintar”), advierte de que “todo lo que se masifica y se vuelve tendencia o moda, se banaliza y corre el peligro de quedarse vacío de contenido”. Sostiene además que este auge se debe a que “los ayuntamientos se han dado cuenta de que es una forma barata de lavar la imagen de los escándalos urbanísticos” y lamenta que muchos artistas urbanos gallegos hayan tenido que irse fuera por falta de oportunidades en Galicia.

De sus obras más recientes, destaca un proyecto enmarcado en la última edición del certamen “Vigo, cidade de cor”, una colaboración con Carola Carrot mediante la cual aplicaron la técnica de decoración de paredes llamada esgrafiado a una fachada deteriorada de un edificio entre las calles viguesas de Ecuador y Taboada Leal. La obra “Contracidade” está realizada con cal y tiene un diseño geométrico característico de Peri Helio. El mural “Paradigma de la inconsciencia humana”, realizado en Santander dentro del festival Desvelarte 2018 es una de sus obras recientes más representativas. Su próxima cita con el público será en una exposición programada en la sala Versus de Pontevedra entre el 14 de marzo y 15 de abril.

YOe 33

Grafitero especializado en hacer cartoons (personajes) desde los 14 años, cuando corría el año 1994 en Lugo, su ciudad natal, Yoe 33 dirige desde 2010 la empresa Concepto Circo con su socio, Bure, especializado en lettering. De este modo ambos han hecho profesión de su pasión y se encargan de llevar a cabo grandes murales allá donde se les requiera.

“Sigo pintando con espray, además de con plástica, básicamente por tema logístico; me considero grafitero aunque hay gente que piensa que el grafiti remunerado pierde autenticidad”

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Yoe33 antes uno de sus personajes de uno de sus murales en A Coruña

Considera que el arte urbano mural está viviendo su mejor momento. “Ha saltado a cualquier tipo de ciudad y pueblo; ha roto barreras porque es un concepto entendible para todo el mundo”, comenta. Dice que el 85% de los trabajos que realiza son por encargo y no le supone ningún problema de libertad creativa porque suelen solicitar obra que él mismo haría por sí solo. Cuando no es así, “no me importa porque me sirve para ampliar registros, por ejemplo, nos encargaron pintar iglesias evangélicas y como solo podíamos hacer paisajes bíblicos (no permitían figuras humanas) me especialicé en hacer nubes”.

Los personajes que firma Yoe 33, formado en la escuela de arte Ramón Falcón de Lugo, presentan juegos de luces y volúmenes en formas de realidad deformada. Tras haber probado con técnicas y materiales diversos, es un ultradefensor del grafiti. “Es una técnica super rápida que te permite abarcar muchos metros en poco tiempo, hace poco pintamos cien metros cuadrados en dos días. Además, el hecho de que la pintura sean partículas pequeñas, como minipuntitos superpuestos, te permite que los colores se fundan increíblemente bien”, manifiesta Yoe 33.

YOseba MP

El coruñés de Cambre Joseba Muruzábal es el autor de una serie de murales gigantes que representan a las superabuelas gallegas, octogenarias del rural a las que el artista que firma como Yoseba MP presenta como heroínas. Fue en 2016, en el festival Desordes Creativas, cuando se decidió a llevar al exterior el primero de los cuadros de su serie “Fenómenas do rural” que venía realizando en su estudio. Ese arranque imprevisto supuso un éxito y ya son dieciséis las protagonistas que decoran calles de otras tantas localidades gallegas.

“Intento dejar testimonio de una realidad del rural gallego, la de mujeres mayores que por su trayectoria vital con 85 años tienen unas energías fuera de lo normal y hacen trabajos que requieren gran esfuerzo físico”

Joseba Muruzábal

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Joseba Muruzábal-El artista ante "La Poppins do Sar" en Santiago

“Esas energías vienen dadas por el minifundismo, ya que además de sus casas se ocupan de sus huertas. No conocen la jubilación como concepto aunque algunas están retiradas y siguen trabajando el campo. Es una realidad y a la vez una exageración, no es normal que se dé en otros sitios”, comenta.

El artista comienza su trabajo visitando a la protagonista de su obra. “Le hago una entrevista, paso una tarde o una mañana entera, le pregunto mucho sobre su vida y me fijo en cada objeto de la casa, porque la información que saque me ayuda a construir lo que voy a plasmar”. Luego las somete a una sesión de fotos, ya con la idea de la composición que va a realizar, colocándolas en posiciones que le permitan hacer montajes en Photoshop Así se gestaron obras como la ninja Claudina, la acróbata de Cambre, la Lady Falcón de As Pontes o Eugenia, la bateeira que invoca a un dragón en Vigo. Yoseba combina esta serie de murales con otros de personajes que ha plasmado en Hospitalet, Ordes y Salamanca.

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