En el siglo XIX ya existía el Muiño de Machón, también conocido como Muiño do Cura. No es un molino hidráulico al uso porque aprovechaba la fuerza de las mareas para moler. Está situado en el Espazo Natural del Río Catoira y englobado dentro del LIC Sistema Fluvial Ulla-Deza y Red Natura 2000. Hasta este ingenio tradicional llegan algunas de las sendas del concello de la Romería Vikinga, que recorren lugares llenos de encanto.
El río Catoira nace en el monte Xiabre y su curso se caracteriza por los hermosos parajes por los que discurre y por los numerosos molinos que existen a su paso. Prados, bosques de ribera, puentes y el agua como elemento esencial del camino, además de la abundante flora y fauna asociada, bajan hasta enlazar con el paseo fluvial.
El trayecto del Catoira fue el primer Camino Natural que se creó en la que fue cuna del arzobispo Diego Xelmírez. Tiene once kilómetros y remata en el muíño de mareas do Cura, donde se convierte en una ruta que continúa en dirección a las Torres do Oeste, vestigio del viejo Castellum Honesti reconocido desde hace más de medio siglo por su fiesta vikinga.
El Muiño de Machón es una estructura de grandes dimensiones que constaba de tres pisos y fallado en la parte de vivienda y de dos en la zona de molienda. Embalsaba el agua de la pleamar a través de una presa que abría sus compuertas para mover los rodicios con energía suficiente. Es un molino único porque, a la vez, aprovechaba la corriente del pequeño río Catoira que vertía en el mismo dique.
El concello tiene otra peculiaridad, y es que posee tipologías de los tres molinos que existen: de agua, de viento y de mareas. En Tras da Veiga se puede apreciar cómo eran los ingenios movidos por la fuerza del aire y disfrutar a la vez de las panorámicas que ofrece. Desde este entorno se divisa a un lado las Torres do Oeste, y la ría de Arousa con la isla de Cortegada al fondo, al otro.
Hay más ejemplos de viejos muiños en el municipio como los que asoman a la orilla del río San Cibrán, ruta que comienza en el área recreativa de Abalo, junto a la ermita del santo. Y sin duda son llamativos los que se encuentran en el Monte das Pedras Miúdas por su doble sistema de aspas que los hacen únicos, ya que aprovechan la fuerza del viento independientemente de la dirección que sople. Construidos en forma de pequeña torre cilíndrica, recogen el aire para poner en funcionamiento su mecanismo.
Duración: 2 h. 15 min.
Dificultad: Fácil/media
Ruta: Señalizada
Coordenadas: 42º40’03’’″/N 08°41’36’’O
Desnivel medio: 200 metros
Longitud: 9 kilómetros