Sobre la cumbre de piedra del Monte do Pilar emerge un castillo que evoca batallas, historias de amor, intrigas y leyendas. Este enclave de Póvoa de Lanhoso está considerado el mayor monolito granítico de Portugal y en la cima continúa la fortaleza inalterable al paso de los siglos. Declarado Monumento Nacional, en su interior hay un museo que cuenta su historia.
Relatan las crónicas que su edificación no se debe a la voluntad de un rey, como es habitual, sino a la del arzobispo de Braga en torno al año 1071 para la defensa de la sede episcopal. El castillo sería mejorado en el reinado de Afonso Henriques, pasando a tener torre del homenaje, principal testimonio del pasado y de su arquitectura medieval. Inaccesible por su localización, permitía aprovechar de forma perfecta el control visual de los valles de los ríos Ave y Cávado a través de un vasto horizonte.
En la torre del homenaje está instalado un núcleo museístico que ocupa dos plantas. En la primera se exponen objetos arqueológicos encontrados en el castro próximo al castillo, mientras que el segundo piso se utiliza como espacio audiovisual donde se proyectan vídeos y documentales que muestran la historia de la fortaleza y de las tierras de Lanhoso.
Junto a la edificación militar se encuentra otra religiosa, la iglesia de Nossa Senhora do Pilar, construcción barroca a la que se accede por una calzada sinuosa en la que se van alzando diversas capillas que conforman una Via Sacra de la Pasión, a imitación del Bom Jesus de Braga. Todo el trayecto está rodeado de un manto verde con especies vegetales de gran porte que forman un hermoso bosque.
El castro cercano fue descubierto a finales de los años treinta en la ladera del monte, en un lugar conocido como Lage Grande durante las obras de apertura de una carretera con destino al santuario y al castillo. El poblado fortificado estaba formado por cabañas de planta circular, típicas de la cultura castreña. En la actualidad varias están reconstruidas y puede verse cómo era la vida en la época.
Además de su emblemático castillo, las tierras de Lanhoso tienen mucho que conocer, como el puente romano de Men Gutierres que cruza el río Ave, el románico de la iglesia da Fontarcada, la de Verim o el barroco del santuario de Nossa Senhora de Porto d’Ave, en la parroquia de Taíde. Aparte de la iglesia, incluye un museo de arte sacro, un via crucis y varios edificios, orginalmente dedicados al apoyo de los peregrinos. El interior de la nave alberga una notable azulejería del siglo XVIII con escenas de la Virgen y del Nacimiento.
Duración: 3 h. 20 min.
Dificultad: Fácil
Ruta: Señalizada PR 1
Coordenadas: 41º34,39’’N/ 8º16’25’’O
Desnivel medio: 180 metros
Longitud: 12 kilómetros