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Fotos que pueden emocionar a un papa

Emocionado e impresionado. Así confesó sentirse el Papa Francisco ante la contemplación de la fotografía titulada “O pai e o fillo” , cuya copia, enmarcada, le regaló Patricia, la hija del autor, Manuel Ferrol. Se trata de una de las imágenes-icono de los tiempos más duros de la emigración gallega a América, pero hay muchas más, y en estas páginas mostramos algunas de ellas.

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En grande, “O pai e o fillo” de Manuel Ferrol, junto a otras imágenes-icono de los tiempos más duros de la emigración gallega Manuel Ferrol / Alberto Martí / Archivo Pacheco

“Vi cómo con su mirada iba echando un ojo a la foto. Sucedió unas cuatro o cinco veces y me sentí muy feliz porque pensé: le está gustando, la está mirando, le está interesando, así que va a ir todo bien. Nos saludamos con un apretón de manos y me dijo que la foto era impresionante”. Así se expresaba Patricia Ferrol tras que, el pasado 10 de noviembre, fuese recibida por el Papa Francisco en El Vaticano. Y es que, desde que a la hija de Manuel le comunicaron que el Sumo Pontífice le haría un hueco en sus habituales recepciones generales, planeó que la mejor manera de agradecerle el gesto sería llevarle una copia de esta foto, convertida en uno de los iconos de la emigración gallega al Nuevo Continente, una emigración que, para el propio Francisco, no resulta ajena, pues su país, Argentina, ha sido históricamente uno de los principales destinos de cientos de miles de gallegos desde mediados del siglo XIX hasta casi finales del XX.

“O pai e o fillo”forma parte de un reportaje que Manuel Ferrol (Cabo Vilán, 1923- A Coruña, 2003) realizó en el puerto coruñés el 27 de noviembre de 1957, cuando cientos de emigrantes embarcaban rumbo a América. “Ese día -contaba el propio Ferrol- en lugar de llevar la cámara de reportero de siempre (tipo Leica) que tenía que levantarla a la altura del ojo y la gente se podía espantar, utilicé una Rolleiflex porque se miraba por arriba y se ve en ángulo recto con la cámara escondida. De esta forma, la gente no se espantaba del fotógrafo y así pude coger todo el dramatismo y todo lo que allí aconteció, que fue mucho”.

La foto que impresionó al Papa Francisco. MANUEL FERROL

Esta fotografía estuvo varios años censurada en España. Se publicó durante la década de los 50 pero sin citar al autor, apareciendo por primera vez en la revista “Galicia Hoxe” de Argentina, en 1961, aunque no sería hasta la llegada de la democracia en España, cuando la revista “Foto” dio a conocer su verdadera autoría (en “Galicia Hoxe” salió firmada, no sabemos si por voluntad propia o del editor, por el escritor ourensano y aficionado a la fotografía, Eduardo Banco Amor). Paradójicamente, la imagen, y otras que formaron parte del reportaje, hicieron que a Manuel Ferrol se le considerase el “fotógrafo de la emigración”, pero la verdad es que ese fue el único trabajo profesional que realizó sobre el tema.

Niña entre el equipaje Alberto Martí

Aguardando el embarque. Alberto Martí

Más dedicación a la temática emigrante fue la que mantuvo otro gran fotógrafo gallego, Alberto Martí (Santiago de Compostela, 1922-A Coruña, 2017) quien, además de destacar por las estampas realizadas de la ciudad herculina y sus gentes (al igual que Ferrol), acudió en varias ocasiones a aquellas partidas de emigrantes desde el puerto de A Coruña. Es la suya, en este sentido, una labor más “especializada” y tal vez por eso sus “retratos” semejan más trabajados, menos fruto de la espontaneidad. Una de sus fotos más famosas es la de dos niños que, junto a un baúl y una maleta, parecen aguardar la hora de embarque. Pero, como ocurre en tantas ocasiones, esta no es la historia exacta. En realidad, lo que había ocurrido es que, el día en que se les hizo esa foto (5 de marzo de 1960), aquellos dos niños, los hermanos Antonio y Jesús Mallón Otero, llegaron una hora tarde a la partida del barco en el que iban a viajar, el trasatlántico Begoña, rumbo a Venezuela. ¿Desesperación? ¿Frustración? ¿Resignación? ¿Desolación? Que cada cual juzgue las expresiones en los rostros de los chavales captadas por Alberto Martí ante aquella tesitura. El caso es que, de los dos hermanos, el único que iba a embarcarse era Antonio, que tenía14 años, para a reunirse con su padre, mientras Jesús y su madre, María Otero, se quedaban en Galicia. Pero la historia no acaba aquí: ocurrió que la madre, gracias a un amigo cura, consiguió una lancha que trasladaría a Antonio y su baúl a Vigo, la siguiente escala del Begoña, donde, ahí si, pudo por fin subirse al barco con su voluminoso equipaje a bordo. El buque llegó, finalmente, el 18 de marzo de 1960, al puerto de La Guaira, donde, por supuesto, le aguardaba su padre. Antonio Mallón Otero residió, y trabajó, durante 45 años en Venezuela. Regresó definitivamente a Galicia en 2005.

VIGO Y LOS PACHECO

En el puerto de Vigo, el otro gran punto de embarque de la emigración gallega a América, los fotógrafos encargados de “cubrir” las partidas de los emigrantes eran los autores de las fotografías de una gran cantidad de eventos que hogaño se conservan en el Archivo Pacheco. Lamentablemente, la mayoría de ellos pasaron al anonimato. Esta colección fotográfica fue recopilada en su mayor parte por Jaime de Sousa Guedes Pacheco entre 1915 y 1981, y sus orígenes se remontan a 1870 con el trabajo del italiano Filippo Prosperi y su esposa, Cándida Otero, quien se asoció en 1906 con el citado Guedes Pacheco.

Embarque de emigrantes desde el puerto de Vigo (principios de los 60) Archivo Pachecho

Frente a los retratos y primeros planos de las de Ferrol y Martín, la caracterítisca de las fotos de los Pacheco son las panorámicas generales de los embarques y partidas, que no por ello están exentas de ese dramatismo que tantó emocionó, e impresionó, al Papa.

“Los adioses”. ALBERTO MARTÍ

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