Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Una bendición canina por San Antón
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.
Era una cita casi obligada para todos los amantes y dueños de los animales. El escenario, la parroquia de La Soledad, que año tras año recibía a un mayor número de vigueses para celebrar San Antón, el patrón de las mascotas. Pero este año el COVID ha vuelto a quitarle a la Diócesis un nuevo acto. Para evitar contagios y en cumplimiento de la normativa de distancia de seguridad, su párroco, monseñor Alberto Cuevas optó por la cancelación del evento, pero no dejó a perros, gatos y demás animales sin rendir tributo al Santo.