El Pazo de Lourizán, del esplendor a la ruina
Patricia Pedrido
Ver galería >
A finales del siglo XIX el político y abogado Eugenio Montero Ríos convirtió el Pazo de Lourizán en una de las fincas más majestuosas y singulares de Europa. Fue una residencia de verano y también oficial, ya que desde Pontevedra despachaba asuntos de Estado. Más de un siglo después, la esplendorosa finca sucumbe a la ruina mientras espera su rescate.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Museo de Pontevedra
Vista del Pazo de Lourizán sobre 1914.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Museo de Pontevedra
Avelina Villegas Rubinos y Eugenio Montero Ríos en un anexo del pazo en 1912.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Museo de Pontevedra / Zagala
Primera imagen del Pazo de Lourizán, en plena construcción. Fotografía tomada entre 1891 y 1896.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Multitud en la escalinata central del Pazo de Lourizán.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Zagala
Galería del Pazo de Lourizán, en 1908.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Museo de Pontevedra
La familia Montero Ríos, que veraneaba en Lourizán.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Noé Parga
Estado del Pazo de Lourizán en 2011.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Noé Parga
Estado del Pazo de Lourizán en 2011.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Noé Parga
Estado del Pazo de Lourizán en 2011.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Noé Parga
Estado del Pazo de Lourizán en 2011.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Noé Parga
Estado del Pazo de Lourizán en 2011.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Noé Parga
Estado del Pazo de Lourizán en 2011.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Noé Parga
Estado del Pazo de Lourizán en 2011.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Noé Parga
Estado del Pazo de Lourizán en 2011.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Noé Parga
Estado del Pazo de Lourizán en 2011.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Estado del Pazo de Lourizán en 2012.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Estado del Pazo de Lourizán en 2012.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Estado del Pazo de Lourizán en 2012.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Estado del Pazo de Lourizán en 2013.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Estado del invernadero del Pazo de Lourizán en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Interior del invernadero del Pazo de Lourizán en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Escalinata central de entrada al Pazo de Lourizán, en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Una de las esculturas que decoran la escalinata central del Pazo de Lourizán, en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Estado de las carpinterías del Pazo de Lourizán, en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Interior del Pazo de Lourizán en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Interior del Pazo de Lourizán en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Interior del Pazo de Lourizán en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Desprendimientos en el techo del interior de Pazo de Lourizán, en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Una de las esculturas de la escalinata del Pazo de Lourizán, en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Doble escalera en el interior del Pazo de Lourizán, en 2016.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Interior de las estancias del Pazo de Lourizán, en 2017.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Interior de las estancias del Pazo de Lourizán, en 2017.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Interior de las estancias del Pazo de Lourizán, en 2017.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Fachada trasera del edificio central del Pazo de Lourizán, en 2017.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Interior de las estancias del Pazo de Lourizán, en 2017.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Interior de las estancias del Pazo de Lourizán, en 2017.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Deterioro de los ventanales en una de las fachadas del Pazo de Lourizán, en 2017.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Vista del cuerpo central del Pazo de Lourizán, en 2017.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Estado de la gruta del Pazo de Lourizán en 2018.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
La fuente del Pazo de Lourizán en una imagen tomada el siglo pasado.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Estado de la fuente del Pazo de Lourizán en 2018.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Estado del jardín del Pazo de Lourizán en 2018.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Deterioro del interior del Pazo de Lourizán, en 2019.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Rafa Vázquez
Mal estado de las carpinterías del Pazo de Lourizán, en 2019.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Aspecto de la escalinata central del Pazo de Lourizán, con vegetación y ennegrecida por la humedad, en febrero de 2021.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Una de las esculturas de la escalinata central de Lourizán, ennegrecida, en febrero de 2021.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Vegetación que afecta al cuerpo central de la escalinata del Pazo de Lourizán, en febrero de 2021.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Grado de deterioro de las carpinterías del Pazo de Lourizán, en febrero de 2021.
El pazo de Lourizán, del esplendor al olvido
Gustavo Santos
Deterioro de la escalera de caracol del interior del Pazo de Lourizán, en febrero de 2021.