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Los hoteles gallegos, sin fe en la Semana Santa

Turistas en el pasado puente de El Pilar en Sanxenxo. Gustavo Santos

Hasta que apareció el coronavirus, la lluvia era la principal amenaza en el horizonte de los hoteleros gallegos cuando empezaban a echar cuentas para Semana Santa. Pero la irrupción de la pandemia dejó las previsiones registradas en las peores condiciones climatológicas en optimistas: por ahora, a este tipo de alojamientos no les constan reservas para Semana Santa. Lo proclama el presidente de la el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hospedaje de Pontevedra, César Sánchez Ballesteros, quien lo resume con un sucinto “cero reservas”. En el ámbito autonómico, desde el Clúster Turismo Galicia, su presidente, Cesáreo Pardal, realiza una estimación similar y apunta que “no llegan ni al 1%”.

Sánchez Ballesteros proclama que el sector vive una situación de “incertidumbre total” y esa sensación se contagia a cómo percibe la Semana Santa. En esa línea, relaciona la ausencia de reservas con que la gente “no sabe si puede viajar o no” y el sector acusa también los efectos de “no saber a qué atenerse”. Por ahora, Gobierno y comunidades pactaron endurecer las restricciones con cierres perimetrales autonómicos, aunque está previsto un Consejo Interterritorial de Sanidad para pactar un acuerdo.

En todo caso, este empresario vigués advierte de que a los alojamientos no les llegaría tampoco con esa inyección extra de visitantes, tal y como están sus números. “Vivimos y necesitamos ocupaciones todas las semanas”, alega, y “el problema es que seguimos vacíos, todo el sector hotelero en Galicia sigue vacío, porque los cierres perimetrales hacen que la gente no viaje”. Añade que las ocupaciones están “por debajo del diez por ciento” –concede que “depende” del establecimiento, pero apunta, la media se movería en la horquilla de “10-15 por ciento”, dado que los desplazamientos “son por motivos profesionales”, y que llevan “meses así”. Eso los que no están cerrados. El sector, recalca, “lo está pasando mal y la Semana Santa, aunque tuviéramos un poco más de ocupación, no se espera que tenga relevancia en las cuentas de las empresas”. Solo desde junio a noviembre, estos negocios dejaron de ingresar 223 millones de euros el pasado año, en comparación con el año anterior.

Pendientes hasta última hora

Sánchez Ballesteros avisa, no obstante, de que la fotografía “real” de la situación no se conocerá hasta “el último momento”, hasta tres días antes de Semana Santa. Pero, por ahora, “no hay vuelos, no hay avisos, no hay movimiento y no se espera un volumen importante de gente”. Con este panorama, el hotelero vigués define la situación como “complicada” porque “el cierre perimetral es un cierre encubierto del sector porque si no puedes viajar realmente no puedes ocupar los hoteles”. Y mientras, añade, los hoteles están “sin ayudas directas de ningún tipo”, pero pagan impuestos cuando están “prácticamente vacíos” e imperan los números rojos.

Cesáreo Pardal también reconoce la situación de “incertidumbre” y, pese a que se resiste a dar “por perdida” la Semana Santa, que solía marcar el inicio oficial de la nueva temporada y el “engrasamiento” de los establecimientos de cara a llegar al cien por cien de operatividad para el verano, admite que “muy pocos hoteles van a abrir” en esas fechas. “Porque”, argumenta, “poner en marcha la locomotora de un hotel no es nada fácil” y además la previsión, con el cierre perimetral, es que solo los gallegos se desplacen, no los foráneos que son quienes les daban “pulo”. Eso sí, los que abran, si el tiempo acompaña, podrían tener cierta ocupación.

Con la vista en el verano

En la actualidad, calcula que siete de cada diez hoteles están cerrados y que para abrir tienen que sacar personal de ERTEs y puede que la ocupación que lleguen a tener en Semana Santa “a lo mejor no llegue al 50%”, siendo “optimistas”, y podría obligarles a poner dinero de su bolsillo. En esa línea, dice, podría ser una solución que “los 11.000 millones que prometió Pedro Sánchez llegaran a las cuentas corrientes del sector turístico gallego antes de Semana Santa”. Vistas las circunstancias, reconoce que “el sector”, que está haciendo “un esfuerzo sobrehumano”, “está pensando en el verano”. El año pasado, explica, hubo trabajo entonces y si se da una coyuntura similar y a eso se le suma las vacunas, la situación es “mejorable”. “Entendemos que a partir de julio empieza la normalidad, pero quedan tres meses muy fastidiados”, sostiene.

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