Regular la actividad de los "furanchos" recuperando su espíritu original, atajar el furtivismo en el sector y evitar la competencia desleal a la hostelería establecida. Con este horizonte, Pontevedra ultima la ordenanza municipal de "furanchos" que la convertirá en la primera ciudad gallega que desarrolle el decreto regulador de la Xunta de estos negocios de temporada, aprobado el pasado mes de octubre.

El concejal de Urbanismo, Antón Louro, explicaba ayer que la normativa que se está redactando "recoge sugerencias y tiene el apoyo y el consenso de los furancheiros" con los que se reunió previamente para conocer sus demandas.

Los "furanchos" o "loureiros" del municipio podrán abrir sus puertas un máximo de tres meses al año, entre el 1 de marzo y el 30 de junio; tiempo durante el que podrán poner a la venta vino de temporada de cepas declaradas en Pontevedra o alrededores y con una oferta gastronómica de cinco tapas, elegida de entre un abanico de once y que, al menos en este año 2013, serán las siguientes: tabla de embutidos y/o quesos; oreja-chorizo; zorza-raxo, tortilla y empanada-empanadilla.

En la normativa en elaboración se recoge el horario de atención al público de estos establecimientos que será: de lunes a viernes, de 17.00 a 24 horas y los fines de semana y festivos, de 12.00 a 00.30 horas.

"El objetivo es dar cobertura legal a una tradición" recalcaba ayer el edil socialista Antón Louro, quien insistía en que la ordenanza solo regula cuestiones básicas aunque establece también un marco urbanístico acotado y que está necesariamente vinculado a una vivienda, a la del furancheiro.

De este manera, relataba Antón Louro, se podrá abrir un "loureiro" en cualquier local de una vivienda o anexo de ente 10 y 200 metros cuadrados y una altura mínima de 2,50 metros, que deberá contar con un preceptivo plan de seguridad y una póliza de responsabilidad civil de 90.000 euros para afrontar cualquier tipo de incidencia que se pueda producir.

De acuerdo con los datos que maneja el Concello, en Pontevedra existe una treintena de "furanchos" susceptibles de acatar la futura normativa municipal y, previamente a su aprobación, las exigencias del decreto marco de la Xunta.

La ordenanza de furanchos cuenta, de entrada, con el beneplácito de los tres partidos del arco municipal aunque desde el PP se pretende introducir alguna matización pues tal como explicó ayer, al finalizar la Comisión de Urbanismo, el edil popular Pablo Fernández, "echamos de menos, por ejemplo, que no se mencione la obligatoriedad de tener aseos" . Un déficit que para Louro Goyanes no es real ya que el "furancho" está necesariamente unido a una vivienda particular y como mínimo tendrá el baño de la casa del propietario.