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"No movía ni piernas ni brazos"

Povisa reabre su gimnasio para curados a los que el Covid-19 les ha provocado debilidad muscular severa

Una fisioterapeuta trabaja con Clotilde la recuperación de la movilidad en el gimnasio de Povisa // J. Lores

Poco a poco se va conociendo más sobre el nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, y los efectos de la infección que provoca. Además de problemas respiratorios, ya se sabe que también puede provocar lesiones en la piel, el cerebro, los riñones... Y hay un pequeño porcentaje de los contagiados que pierden de golpe una tremenda capacidad muscular. Tanto, que no pueden mover brazos ni piernas. Entre los más de 150 positivos que han ingresado en Povisa, el Servicio de Rehabilitación ha detectado cuatro o cinco de estos casos severos. Una de ellas es Clotilde Costas, de 87 años. Antes de enfermar, vivía sola en su casa de Moaña, trabajaba en su parcela y cuidaba a sus gallinas. El Covid-19 se ensañó con sus músculos y no es capaz de levantarse sola. El hospital de la calle Salamanca reabrió ayer su gimnasio con ella con el objetivo de que vuelva a caminar.

Clotilde no podía ni sospechar que tenía el nuevo virus del que hablaban en la tele cuando, hace ya más de un mes, la tensión le empezó a bajar. La llevaron al hospital al subirle la fiebre y confirmaron el diagnóstico. Estuvo ingresada desde el 19 de marzo al 16 de abril y 13 de esos días los pasó en UCI. Al salir, la lengua le "ardía". "Tenía fuego", cuenta y no podía beber al estar con una sonda. Lo pasó mal. Tenía unos dolores tan fuertes que confiesa que le pidió a Dios que la llevara, como hizo con su compañera de habitación.

Se emociona al recordar las videollamadas con sus hijos y el día en que, por fin, abandonó el hospital, entre los aplausos de las enfermeras a las que tanto cariño cogió: "Me parecía que era un sueño, fue maravilloso". "Vamos a ver si va para adelante", comenta, aún sin tenerlas todas consigo. "A veces no nos lo creemos", señala Ana, una de sus cinco hijos.

Superada la enfermedad, Clotilde se conforma con recuperar algo de autonomía, aunque tenga que quedarse en silla de ruedas. Hubo un momento en el que "no movía brazos ni piernas". En la UCI, como todos los pacientes Covid, recibió fisioterapia respiratoria y movilización precoz de un fisioterapeuta. Y en planta trabajó con otro y con una terapeuta ocupacional. Ha avanzado. "Me duele todo, pero estoy más animada", asegura. Ya mueve los brazos, aunque le duelen mucho, pero no se levanta. "Me tiene que coger mi hijo", explica. Renuncia a volver a sus labores. "De trabajar nada, que ya lo hice toda la vida, ahora viviendo del cariño de mis hijos, que me dan mucho", resalta.

Sin embargo, Miguel Ángel López, jefe de Medicina Física y Rehabilitación de Povisa no descarta que Clotilde pueda recuperar su movilidad anterior. "Sabemos que nos va a costar, pero a ver si podemos estimular el músculo para que pueda levantarse y asentar la marcha", detalla. Harán sesiones todos los días si ella lo aguanta.

López explica que creen que "el virus ataca directamente al músculo" porque muchos pacientes refieren estos dolores. Pero hay algunos, muy pocos, con los que se ceba y provoca miopatías severas. Mucho más de lo que se puede esperar tras una sedación de UCI. No saben por qué. No han encontrado nexos. De hecho, tienen otro caso similar de un varón de 38 años.

Rehabilitación de Povisa trata a los pacientes Covid desde el inicio del ingreso, tanto en UCI como en planta. Analizan sus situaciones de pendencia física y la movilidad para prescribir ejercicios y estimularlos, incluso con actividades como calceta. Ahora, al alta, también atienden a estos casos severos en el gimnasio.

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