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Las autopsias caen a la mitad al hacerse solo las imprescindibles por la pandemia

Los forenses realizaron el año pasado 154 necropsias con PCR previa, frente a las 280 de 2019 | Solo se efectúan en caso de homicidios, ciertos accidentes y por muertes súbitas

Sala de autopsias de Vigo

Las prevenciones que se deben adoptar para evitar contagios por coronavirus han afectado de lleno a la actividad en la sede viguesa del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga). Por ejemplo, a las autopsias, porque estos exámenes post mortem clave que se realizan en el Hospital Nicolás Peña de Vigo se desplomaron a la mitad durante el pasado año: hubo 154, frente a los 281 de 2019 o los casi 300 de otros ejercicios. Con el objetivo de evitar cualquier riesgo, desde que irrumpió la pandemia la realización de necropsias se limita a los casos de muertes violentas de etiología homicida, a ciertos fallecimientos accidentales y a las muertes naturales súbitas de personas jóvenes o en la mediana edad que carecían de antecedentes clínicos de enfermedades graves. ¿Y qué ocurre con el resto de decesos que acaban en la vía judicial? Pues en los demás fallecimientos se están haciendo reconocimientos externos más pormenorizados y extracción de muestras –como humor vítreo, sangre u orina– para su análisis en el laboratorio de referencia, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid.

“Solo realizamos autopsias en aquellos casos en los que resulta absolutamente necesario”, afirma José Luis Gómez, jefe de Patología Forense en el Imelga de Vigo, cuyo territorio de competencia, junto al partido judicial vigués, incluye los de Tui, Porriño, Ponteareas y Redondela. Un claro ejemplo son los homicidios o asesinatos, en los que la disección forense del cuerpo es clave para dar respuestas en la investigación judicial. Desde que apareció el COVID en la ciudad olívica no se produjo ningún crimen, pero sí los hubo en otros concellos del entorno, como el de violencia de género de diciembre en Gondomar o el registrado meses antes, en agosto, en Soutomaior, donde un hombre mató supuestamente con un arma de fuego a su hermana y su sobrina.

Simón Espinosa

Accidentes

En el resto de fallecimientos violentos con una causa clara, en el momento actual no se están realizando autopsias. Eso sí, salvo excepciones, como alguna muerte accidental –por siniestros de tráfico o laborales por ejemplo– en la que es necesario aclarar alguna circunstancia. Y en las muertes naturales la autopsia se sigue haciendo siempre en aquellas que ocurren de forma inesperada, sin razón aparente. El supuesto más habitual es el fallecimiento súbito de una persona joven sin antecedentes de patologías graves en su historial médico. Generalmente, detrás suele haber alguna enfermedad cardiovascular. La necropsia es fundamental para comprobar si hay algún factor genético que aconseje hacer un seguimiento médico a sus familiares.

Los datos demuestran por tanto que se hacen menos autopsias. Y en las que se llevan a cabo se adoptan medidas adicionales para eliminar cualquier tipo de riesgo. Porque en colaboración con el Hospital Álvaro Cunqueiro, los forenses están realizando PCR a todos los cadáveres antes de la necropsia. Por ahora, todas las pruebas dieron negativo. En caso de que hubiese algún positivo la sala de referencia en Galicia para autopsias, con bioseguridad nivel III, está en Ourense.

Este bajón en las autopsias no significa que haya menos muertes judiciales. Todo lo contrario. El número de fallecimientos que necesitaron de la intervención de los forenses fue en 2020 de 348, muy similar a los 342 de un año antes. Y en ejercicios anteriores esta cifra tampoco varió demasiado. Dada la reducción de necropsias, aumentaron los reconocimientos externos de los cadáveres, que se complementan con la toma de muestras para su posterior análisis en el instituto de referencia de Madrid. El año pasado se hicieron 194 de estos reconocimientos, muy por encima de los 60 de media que arrojan otros balances anuales.

Levantamientos de cadáveres de fallecidos que eran positivo en coronavirus

El Imelga de Vigo tiene en marcha un convenio de colaboración con el Hospital Álvaro Cunqueiro para efectuar pruebas PCR a todos los cadáveres antes de las autopsias. Se asegura así que no haya riesgos para quienes lleven a cabo la disección post mortem de un cuerpo. Desde que se comenzaron a realizar los tests y hasta el momento actual ninguno de estos fallecidos dio positivo en coronavirus. Si así fuese y resultase imprescindible la necropsia, no se podría hacer en la ciudad olívica. La sala con el nivel de seguridad adecuado está en el CHUO de Ourense. En lo que sí intervinieron los forenses vigueses fue en varios levantamientos de cadáveres en los que los fallecidos sí estaban infectados por el COVID-19. En estos casos, según explican las fuentes consultadas, las medidas de seguridad se extreman con el uso de equipos de protección individual, igual que hacen en los reconocimientos externos de los cuerpos.

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