“Quiero ver los estudios que hay detrás de la mudanza a la ciudad”

–¿Conocían desde la oposición los planes del rector?

–Desde que es rector, tuve dos reuniones con él en las que me comentó su intención, pero sin concretar detalles. Nunca llegó a hablar de titulaciones. Me preguntó mi opinión y le dije que no estaba de acuerdo. Es un cambio total de modelo y yo creo en una universidad donde los ámbitos interaccionen. Es cierto que en el campus lo hacen muy poco, pero si nos separamos en el espacio será muchísimo peor. El rector me dijo que se debatiría ampliamente y me pidió máxima prudencia y contención. Y así lo hice porque era mi obligación. Hasta que él lo ha destapado en la reunión con los directores y decanos. Todo debate sosegado es sano, pero éste ya no lo es. Nace crispado porque los detalles los conocemos por la prensa. El rector hizo una alusión en el Consello de Goberno del día 12 gracias a una intervención de un miembro, pero no tenía intención de explicar nada. No estaba en el orden del día ni en su informe, a pesar de que ya se había reunido con directores y decanos. Yo respeto perfectamente que el equipo rectoral tenga una idea, aunque sí me llama la atención que sus palabras durante toda la campaña electoral eran que no creía en edificios. Quería personas y no ladrillos. Y ahora resulta que las cosas han mudado de manera radical. En ningún punto de su programa figuraban estas propuestas. Lo que quiere decir a su vez que aún debe activarse mucho más el debate, porque es algo que no se ha discutido nunca.

–Reigosa defiende que el traslado está incluido en el plan estratégico aprobado a finales de 2020.

–Fuimos tremendamente críticos porque no hubo participación. Y un plan estratégico no es un programa de gobierno, sino que debe ser compartido por toda la universidad. Y la muestra más clara de que no lo ha sido es lo que está ocurriendo.Si ese debate sobre el acercamiento de centros a la ciudad se hubiera activado con el plan estratégico no pasaría esto ahora. Ellos dicen que participó todo el mundo que quiso, pero realmente el 70% son cargos del equipo de gobierno. No es el argumento.

–Reigosa se decanta por iniciar la mudanza con Filología.

–Todos estamos de acuerdo en que esta universidad tiene que imbricarse mucho más en la ciudad, pero hay muchísimas fórmulas. No entra en la ciudad solo con ladrillo, lo hace con conocimiento, ligándose a sus actividades, al Puerto, a Citroën, con agenda cultural... No descarto que haya nuevos edificios en Vigo, no me parece mal en absoluto, pero bien estudiado. No digo que no se debata que para algún grado o máster por alguna circunstancia sea mejor estar en la ciudad. Hay que estudiarlo todo, pero la clave es el rigor. Lo que no es de recibo es negociar la compra de un edificio diciendo que luego se verá qué es lo que se hace en él. No tiene nada que ver una biblioteca con aulas. En la lógica de la toma de decisiones, primero identificamos los problemas y después buscamos las soluciones. Pero no al revés. Si queremos un debate sosegado y serio, que puede llevar mucho tiempo, lo primero es compartir los estudios. Yo no quiero una ronda de sermones por los centros, quiero los documentos sobre los que se sustenta esta decisión. Confío en que haya estudios de oportunidad y viabilidad bien sesudos y bien rigurosos detrás. Muchos y muy buenos. Y los tiene que compartir, si no el debate está trucado. Ahora mismo, toda la información que tenemos en la universidad con respecto a las ideas concretas que tiene son las que hemos leído en prensa.

–El rector comunicó a los responsables de centros que en septiembre ya se trasladarían grados a López Mora. Pero en rueda de prensa retrasó la mudanza al curso 2022/23.

–Efectivamente, es lo que sostiene la gente que estuvo en esa reunión. También dice el rector que baja el que quiere. ¿Qué estrategia hay detrás? Tenemos preguntas de muchísimo calado por resolver, por ejemplo, ¿qué ocurre con toda la parte práctica y la investigación? Gran parte de lo que digo lo hago a título personal, como ciudadano y profesor de esta universidad. Se ha gastado muchísimo dinero público, creo que bien empleado, para hacer un campus donde no lo había. Cuando yo llegué, los estudiantes subían por cortafuegos a coger el autobús. ¿No ha valido para nada? Con la crisis económica que tenemos por delante, ¿es ahora el momento de invertir en esto? Quiero ver estudios al respecto. Y creo que no es oportuno porque estamos muy concentrados en sacar este curso adelante. No es el momento de perder horas de trabajo en esta crispación. El departamento de Economía Aplicada ha hecho un comunicado oponiéndose por unanimidad. Los centros se tensionan, empieza a generarse algo que no era necesario. ¿Nos da miedo la competencia con otra potencial universidad privada? Pues estudiemos muy buen nuestras fortalezas y debilidades. Llevo dos años pidiendo un Claustro extraordinario y no ha ocurrido. Tenemos mucha capacidad de competencia y no pasa todo por movernos de un sitio a otro. Las mejores universidades del mundo no compiten por los edificios, sino por la calidad docente e investigadora. Y si el problema es el descenso demográfico, tendremos que ver los estudios que dicen que se van a matricular más alumnos si las titulaciones están abajo y contraponer otras alternativas. ¿O esta universidad va a ser solo para los alumnos de Vigo?

–¿Está la Universidad en situación de afrontar la compra y alquiler de más edificios?

–No tengo respuesta porque no sé en qué consiste la operación. La comunidad universitaria no tiene información sobre qué vendrá al campus si se desmantela. ¿Es una permuta, una compraventa? Me han llegado muchos rumores, pero no voy a dar crédito a ninguno. Quiero los datos y debatir cuáles son los problemas y la batería de soluciones que podemos pensar. Y además no es un problema del campus de Vigo, sino de la Universidad de Vigo. Un movimiento de tales dimensiones tiene efectos colaterales en Ourense y Pontevedra. No puede ser una decisión particular de un campus o de una facultad, sino de la institución su conjunto. Estamos hablando de adónde vamos como universidad. Me entristece porque creo que no deberíamos haber llegado hasta aquí y no nos beneficia dar esta imagen. Nos hemos enfrentando a la pandemia con una unidad absoluta, no podía ser de otra manera, y es inexplicable que en las circunstancias actuales no vayamos a una.

–Una vez que el campus está donde está, ¿cree que sería mejor buscar otras soluciones como mejorar el transporte y potenciar la vida universitaria?

–No es el único campus alejado de la ciudad en el mundo, hay muchos. ¿Qué es lo que han hecho en otros sitios? Pues articular un sistema de transporte muy ágil. Efectivamente, la ubicación no es la ideal. Incluso se puede valorar y debatir un buen espacio para que se pueda trasladar el campus a largo plazo, pero todos juntos. No un rosario de unidades docentes esparcidas por la ciudad. Eso no es una universidad. En el futuro, gran parte del nuevo conocimiento va a generarse en la frontera de ámbitos, donde existe interacción. Y nosotros teníamos muy bien desarrollado este concepto y queríamos fomentar el contacto. Yo voy a defender este modelo y las soluciones que vayan en esa dirección.

–Reigosa también ha dicho que se plantea docencia en la ETEA.

–En la reunión con los responsables de centros se habló de trasvasar todo el edificio de Ciencias a la ETEA. Este ámbito estaría en una esquina de la ciudad, los de humanidades en otro y los de tecnología en otro distinto. En el campus debería haber más conexión, pero no estamos separados, que es distinto. Esto no consiste en estar a favor o en contra, sino en debatir partiendo todos de la misma base y para eso todos debemos contar con la misma documentación. Una decisión tan grande y poco reversible requiere de sosiego, no puede hacerse con crispación.