Lo que empezó como una maniobra de las más común, un adelantamiento en la autopista AP-9 en Vigo, acabó con uno de los conductores implicados en el Hospital Álvaro Cunqueiro. Pero no por haber sufrido un accidente, sino por los puñetazos que le propinó, después de kilómetros de persecución, el hombre que manejaba el otro vehículo.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 9:00 del pasado martes, cuando la Policía Local de Vigo fue avisada de una pelea en la zona de Beiramar por dos testigos. Al llegar al lugar se encontraron un turismo estacionado en margen derecho de la vía y en el exterior un varón que tenía la casa de ensangrentada, y que estaba siendo asistido por otras personas.

El joven, de 22 años, relató a los agentes que circulaba por la autopista AP-9, dirección Vigo, cuando observó otro turismo que iba con las luces apagadas en un túnel. El chico decidió indicar mediante las señales ópticas su intención de adelantarle, dando breves destellos, para resaltar su presencia durante la maniobra y evitar riesgos.

Continuó la marcha hasta abandonar la autopista, y al llegar al túnel de Beiramar pudo observar como el vehículo mencionado, todavía sin luces, le seguía. El perseguidor realizaba cambios repentinos de carril, sin señalizar y a una velocidad elevada, hasta que finalmente lo rebasó y se situó delante. A la salida del túnel, frenó hasta detener totalmente el vehículo, se apeó y se dirigió la víctima.

"Sin mediar palabra comenzó a propinarle varios puñetazos en el rostro, e introdujo el cuerpo en el interior del vehículo para tratar de arrebatarle las llaves del contacto", explica la Policía Local. Varios viandantes se dirigieron al lugar para prestar auxilio a la víctima, momento en que el individuo se subió a su vehículo y abandonó apresuradamente el lugar, si bien pudieron tomarle la placa de matrícula. El joven fue finalmente trasladado en ambulancia al Hospital Álvaro Cunqueiro, donde le dieron puntos de sutura en la ceja, párpado derecho, y en la parte interna del labio; a mayores presentaba el ojo derecho contusionado con un pequeño hematoma.

Los agentes acabaron por localizar al presunto agresor, de 37 años, en su domicilio. Negó los hechos y alegó que se encontraba en el médico cuando sucedieron, aunque se comprobó que la consulta había transcurrido a las 10:30, más de una hora después. Además, tenía heridas leves en los nudillos y su descripción coincidía con la recabada por los agentes. Asimismo, las cámaras de tráfico captaron las maniobras descritas por el agredido.

Los agentes informaron a la víctima de los pasos a seguir para formalizar la correspondiente denuncia, para la resolución del conflicto en el ámbito judicial.