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Los ancianos salen de sus burbujas

Asunción y Josefa, felices por estar juntas ya en una residencia Marta G. Brea

Asunción García y Josefa Osorio se cogen de las manos y no se sueltan. Son amigas y usuarias de la residencia DomusVi Salesas de Teis. El cariño que se muestran enternece y Josefa, más dicharachera ya que su compañera apenas puede hablar y tiene problemas de dependencia, le dice todo tipo de piropos cariñosos y le recuerda a Asun que tienen pendiente un viaje a Madrid, a la fiesta de la Paloma.

Miradas en la distancia

Llevaban meses sin poder tocarse porque estaban en burbujas diferentes. “Nos cruzábamos por el pasillo y Asun me levantaba las cejas y sonreía bajo la mascarilla y yo también. Tengo 87 años, creo, y ella 107, así que se encuentra peor que yo. Por eso estábamos en plantas distintas y al no ser del mismo grupo no podíamos vernos tanto, como nos habría gustado. Aunque aquí, en la residencia, son muy majas y alguna visita nos prepararon en una salita para que pudiéramos vernos, aunque con distancia”, explica Josefa.

Asunción y Josefa, felices al fin por poder estar juntas en la residencia Marta G. Brea

Normalidad sin restricciones pero con mascarilla

Desde ayer, en el interior de las residencias de la tercera edad y los centros de día de Galicia se ha recuperado la ‘normalidad’ y se eliminan las restricciones, excepto el uso de mascarillas en el interior de las instalaciones. Ya no hay ni circuitos ni ascensores distintos para cada planta y con gran prudencia regresan al fin las actividades en grupo –sin pertenecer a la misma burbuja–, también las comidas y encuentros sin necesidad de hacer turnos y, pudiendo elegir compañeros de mesa y actividades pero, sobre todo, se recuperan las salidas de los centros sin límite de horarios y se amplían las visitas a dos familiares, siempre previa cita, de acuerdo con el reglamento de cada centro.

Las manos entrelazadas de Asunción y Josefa Marta G. Brea

Salidas sin horario

En la residencia DomusVi Salesas, con 108 usuarios, se palpaba la alegría de la nueva situación desde muy temprano. Marisol López, la directora, explica que han procurado mostrarse siempre flexibles en función de cada situación para facilitar contactos entre los usuarios y también con sus familias : “Las personas autónomas tenían hasta ahora permiso para cuatro salidas a la semana aunque si hacían falta más... Pero ahora ya pueden salir sin límites y es importante para ellos. También para las familias que vienen de visita, en ocasiones desde lejos, pues hasta ahora solo podía pasar al centro una persona” .

Primera misa sin necesidad de turnos

Ayer celebraron la primera misa en la que pudieron participar todos los ancianos, sin hacer turnos como ocurría hasta ahora todos los sábados, y en el exterior de las instalaciones esperaban varios vehículos para llevarse a sus familiares de excursión. También algunos usuarios aprovechaban para salir y se despedían con un “hoy como fuera”.

Residentes de DomusVi Salesas en Teis Marta G. Brea

Josefa y Asun, la centenaria de 107 años que superó el COVID

Una vez concluida la eucaristía tuvo lugar el encuentro entre Josefa y Asun, la centenaria gallega de más edad que superó el COVID sin apenas síntomas y a la que su amiga se esforzaba en visitar: “Yo quiero verla”, repetía al personal del centro. Ambas son viudas sin hijos y se conocieron en la residencia.

Armando y Amelia, toda una vida de amor

Armando Vázquez, antiguo trabajador de Factorías Vulcano “empecé de chico de recados y acabé de jefe de la secretaría general”, relata con orgullo, espera a su mujer Amelia de la Iglesia, en el pasillo. Llegaron hace tres años a la residencia.

Armando y Amelia, más de 70 años casados Marta G. Brea

“Me casé una vez, me engancharon y no me soltaron ya”, apunta entre risas. Tiene casi 97 años y su mujer 94, aunque no los aparentan. Son completamente autónomos y esperan con ilusión el próximo 4 de julio para una doble celebración, el cumpleaños de Armando y los 73 años de matrimonio. “La fecha la puso él, me dijo ‘para mi cumpleaños nos casamos’ y así fue”, recuerda Amelia al salir del oficio religioso. El matrimonio ha podido pasar juntos el confinamiento y ahora esperan celebrar cumpleaños y aniversario de bodas con sus dos hijos, seis nietos y tres bisnietos.” “Hemos vivido siempre con optimismo”, asevera Armando.

Armando y Amelia, se besan tras más de 70 años casados Marta G. Brea

Celebración el 4 de julio

También celebrarán ambos aniversarios en la residencia. “A ver si podemos poner un par de globos con las fechas, más que nada por el aniversario de boda, y traer unas cajitas de bombones y alguna actuación musical. El último viernes de cada mes se festeja a todos los residentes que han cumplido años y también viene la familia”, dice Armando. Amelia añade que uno de sus nietos lleva tiempo preguntándole cuándo puede ir a visitarla a “esa casa grande como un hotel en la que vives”.

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