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El Gobierno mejorará la conexión eléctrica de Vigo pero aparca el enganche a la alta tensión

Torres de electricidad en la inmediaciones del polígono de Balaídos Ricardo Grobas

Una solución a medias para un problema crónico que lastra la competitividad de la mayor industria del sur de Galicia: Stellantis. No habrá enganche de Vigo a la red de Muy Alta Tensión (MAT) que surca Porriño, una infraestructura que la factoría de la multinacional automovilística lleva reclamando desde 2013 y que ya figuró en el plan de inversiones de Red Eléctrica de España (REE) para el periodo 2015-2021.

Transición Ecológica traslada a la Xunta que actuará sobre la red para reducir los huecos de tensión que lastran la producción de Stellantis y que descarta el proyecto de una nueva subestación en Balaídos para abaratar la factura

Lo que sí habrá, según trasladó la semana pasada la ministra Teresa Ribera al presidente de la Xunta, Alberto Núñez, en la reunión que ambos mantuvieron en Madrid, es una actuación de mejora sobre la red actual de 132 kilovoltios (kV) para reducir lo máximo posible los huecos de tensión (microcortes en el suministro) que de forma periódica fuerzan a Stellantis a detener su producción y generan averías. Quedan descartados, así, la conexión a la red de 220 kV y el proyecto de una nueva subestación eléctrica en Balaídos que, además de reducir al mínimo los microcortes, permitiría al centro abaratar su factura eléctrica en un contexto competitivo cada vez más complicado.

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El enganche de Vigo a la línea Atios-Pazos se solicitó por primera vez al Gobierno en 2013. La entonces planta del Grupo PSA esgrimía razones de peso operativas y económicas.

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Operativas por la falta de fiabilidad en el servicio que ofrece la red de 132 kV que abastece a Vigo, que en épocas de tormenta no resiste la caída de rayos en el tendido, generando huecos de tensión que pese a durar microsegundos provocan averías de software y hardware, obligando a parar la producción durante horas y a reprogramar autómatas en unos talleres cada vez más digitalizados. Y económicas, porque la gran mayoría de factorías de coches del país, incluidas las otras dos de Stellantis en España (Zaragoza y Madrid), pagan menos por la electricidad que Vigo (el grupo estima que podría ahorrar 1 millón de euros al año enganchada a una red de 220 o 400 kV).

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El proyecto, que el pasado febrero se cayó de la nueva planificación hasta 2026, había pasado una primera criba y REE lo incluyó en su programa de inversiones para el periodo 2015-2020 con el nombre de Novo Vigo 2020, incluyendo la conexión –que debería ir soterrada en la entrada al municipio al ser una zona urbana– y la construcción de una nueva subestación en Balaídos, obra para la que incluso Zona Franca había comprometido su apoyo financiero como dueña del parque.

La inversión superaba los 70 millones de euros y recibió, al menos públicamente, el respaldo de todos los ejecutivos que han gobernado en Moncloa desde 2015, aunque ninguno dio el paso definitivo para desbloquearla: la declaración de “excepcionalidad” del proyecto. La puesta en marcha de una conexión de estas características exige un consumo intensivo de electricidad que el polígono vigués no alcanza, por lo que sin el ok del Gobierno, el proyecto no llegó a ver la luz.

La infraestructura, como han reconocido expertos en redes eléctricas de la Universidad de Vigo, beneficiaría no solo a la planta de Balaídos, sino a toda la ciudad, ya que una red de 220 o 400 kV es mucho más fiable y sufre menos apagones y caídas de tensión. De hecho, Vigo es la única gran ciudad española que sigue conectada a la red de 132 kV. El resto opera a 220 o 400 kilovoltios.

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Tanto Stellantis como la propia Xunta han presentado alegaciones ante Transición Ecológica para recuperar Novo Vigo 2020 en la planificación de REE hasta 2026, y de hecho, oficialmente desde el Ministerio aseguran que aún no concluyó el periodo de evaluación de dichas alegaciones. Pero en la reunión que Feijóo y Ribera mantuvieron la semana pasada en Madrid, la ministra le trasladó esta solución parcial al presidente gallego: una mejora sobre el actual tendido de 132 kV para evitar en lo posible los huecos de tensión que perjudican a Stellantis, pero nada de enganche a la línea de Porriño ni de nueva subestación eléctrica en Balaídos.

1.El problema: la red de 132 kV
El polígono de Balaídos está conectado a la red de 132 kV, mucho menos estable a caídas de rayos en el tendido, lo que genera huecos de tensión.
2.Pérdida de coches, tiempo y averías
Estos microcortes provocan averías en la planta viguesa y pérdidas de producción.
3.Del enganche a 220 kV a mejoras en la red
Stellantis pedía enganchar Balaídos a la red de Muy Alta Tensión de 220 kV, pero el Gobierno solo ofrece mejoras sobre el tendido actual.

Se solucionaría así, según el Ministerio, la reclamación principal de la factoría gallega: una mayor fiabilidad en el suministro eléctrico. Pero se cierra la puerta a una mejora global de la conexión de la ciudad (el consumo eléctrico de Vigo crecerá en los próximos años, en parte por el despegue del coche eléctrico), y a que Stellantis pueda competir en igualdad de condiciones en precio con otras plantas del entorno (a mayor potencia, menos peajes), algo muy difícil de explicar en la cúpula de la multinacional que preside Carlos Tavares.

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Sobre esto, Stellantis ya fue muy claro en su día, asegurando que la alta tensión era un proyecto prioritario para el centro vigués y por extensión, para todo el sector de la automoción de Galicia por la “influencia que tiene en nuestra competitividad y, en definitiva, en la permanencia de este sector industrial” en la comunidad.

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