El puerto de Vigo acogió durante meses a uno de los mayores megayates del mundo. Pocos podrían haber imaginado que el 'Azzam' llegara algún día a surcar estas aguas. Desde hace años que esta ría recibía la visita esporádica de esta clase de cascos, barcos ultralujosos que parecían reservados en exclusiva a mares cristalinos y cálidos. Pero el gigante propiedad del presidente de los Emiratos Árabes Unidos pulverizó todos los récords. Nunca antes había arribado a muelle vigués un navío de propiedad privada de similares características y tamaño, ni había permanecido tanto tiempo atracado. El 'Azzam' soltó amarras de la Estación Marítima al cabo de cinco meses. Una salida espectacular y con 'regalo' en tierra incluido.

El motivo de la duradera estancia del 'Azzam' en Vigo fue la ejecución de un trabajo en su cubierta. Se habla de que costó del orden de los seis millones de euros, una módica inversión para un jeque, Jalifa bin Zayed Al Nahayany, que pagó por este barco 600 millones de dólares. Llevada a cabo por el astillero Freire, la operación consistió en el cambio de una de sus torretas de comunicaciones originales por otra flexible, plegable. De esta manera ya ningún puente, por bajo que sea, supondrá nunca un obstáculo para este coloso.

El regalo que dejó el jeque en Vigo

La realización de este trabajo estuvo rodeada de un absoluto secretismo. Aunque por más que se empeñaron los oficiales al final no pudieron evitar que trascendiera algo tan evidente como la colocación del nuevo mástil en sustitución del que tenía. Y eso que casi cada día desde el astillero se recalcaba a sus operarios, incluso a los de las subcontratas, la prohibición de hacer fotos con los móviles cuando estaban trabajando tan cerca del buque e incluso a bordo. Tal vez por esta discreción se dio por supuesto que los responsables del barco se harían cargo del la torreta sustituida. Pero parece que no.

Desde antes de que el 'Azzam' zarpara de Vigo a principios del pasado septiembre que la gigantesca pieza de aluminio sigue depositada sobre el muelle de la Estación Marítima. Ahora son muchos en la comunidad portuaria viguesa los que se preguntan quién debería hacerse cargo de esta pieza: si el astillero vigués o el jeque. Sea de quien sea la responsabilidad, por el tiempo transcurrido ya se teme que este regalo que dejó el 'Azzam' languidezca en el terreno portuario, pasando de mástil de lujo a armatoste abocado al desguace. El tiempo dirá.