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Las mujeres copan los premios extraordinarios de doctorado

Veintidós de los treinta estudiantes distinguidos por la UVigo son jóvenes investigadoras

De izquierda a derecha: Beatriz Míguez, Iria Souto, Silvia García y Antón Kalén FdV

Los expedientes más brillantes de la Universidad de Vigo tienen nombre de mujer. Un año más, ellas copan los premios extraordinarios de doctorado, cuya resolución acaba de ser aprobada por asentimiento en el Consello de Goberno de la institución. Treinta estudiantes serán distinguidos con los galardones correspondientes al curso 2020/21 y veintidós de ellos son jóvenes investigadoras.

Ellas son mayoría en los cuatro ámbitos

La hegemonía femenina es incluso superior a la del año pasado, un 73% frente al 60%, y se extiende a los cuatro ámbitos de conocimiento, incluso en el de las ingenierías, donde las estudiantes, tal y como publicó FARO en su edición de ayer, apenas suponen el 20% de la matrícula total en esas carreras durante este curso.

El campo científico acapara el mayor número de expedientes extraordinarios, un total de doce. Y nueve pertenecen a investigadoras cuyos estudios están relacionados con las Ciencias de la Naturaleza, las Ciencias Biomédicas y la Química.

La UVigo también entregará siete premios en el campo tecnológico, cinco de ellos a doctoras formadas en las escuelas de Telecomunicación, Minas y Energía e Industriales.

El ámbito jurídico-social suma igual número de distinciones y cuatro de ellas recaen en mujeres que llevaron a cabo sus tesis dentro de los programas de Derecho y Jurisprudencia, Ciencias Sociales, Políticas y del Comportamiento, y Ciencias de la Educación.

  • Las alumnas solo suman el 23,5% de la matrícula en las ingenierías este curso

Por último, en el ámbito de artes y humanidades los premios extraordinarios recaen en exclusiva en cuatro investigadoras formadas en las facultades de Bellas Artes, Historia y Filología y Traducción.

La pandemia obligó a cancelar en 2021 el acto de San Tomé durante el que tradicionalmente se entregan los premios extraordinarios de doctorado y fin de grado. Y este año la Universidad está ultimando cómo será la celebración teniendo en cuenta la evolución de la situación sanitaria, tal y como informaba esta semana a través de su diario digital.  

“Me gustaría volver a Galicia para hacer valer todo lo aprendido fuera”

Silvia García Méndez - Instituto Superior de Ingeniería de Oporto

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La ingeniera de telecomunicaciones Silvia García, ya obtuvo en 2017 un premio nacional de la Fundación Vodafone por su trabajo fin de máster para facilitar la comunicación de niños con trastornos del espectro autista y otros problemas. “Desde entonces todo me ha salido bien, he tenido mucha suerte y ojalá que todo siga así. El premio extraordinario me hace mucha ilusión, sobre todo, cuando hay tan buena competencia en la UVigo.”, celebraba ayer desde el Instituto Superior de Ingeniería de Oporto (ISEP), donde inició una etapa postdoctoral en verano con una beca de la Xunta.

Silvia García Méndez - Instituto Superior de Ingeniería de Oporto

“Hice mi tesis en el Grupo de Tecnologías de la Información (GTI) y se basaba en la generación de lenguaje natural para obtener de forma automática textos coherentes a partir de palabras de usuarios. Y aquí en Portugal sigo trabajando en este ámbito y en la comunicación aumentativa y alternativa. He tenido mucha suerte con mi grupo, ya hemos enviado un artículo y estamos empezando el segundo. Y sigo colaborando con el de Vigo”, explica la joven baionesa.

Para Silvia, el premio extraordinario supone “un reconocimiento personal muy importante” y también un mérito para su carrera como investigadora: “Mi idea es conseguir la beca de continuación de la Xunta dentro de tres años. Siempre me ha gustado colaborar con centros de otros países, de hecho, estuve en Escocia durante la etapa predoctoral, porque te empapas de su conocimiento. Y la idea es volver después para hacer valer todo lo aprendido, ya que Galicia me ha financiado para salir y mejorar”.

Muy consciente de la brecha de género en su ámbito, ha colaborado con diversas iniciativas de su la escuela viguesa: “Es muy importante todo el trabajo a favor de la igualdad y la actual directora está muy implicada. Conozco a varias de las premiadas, una de ellas hizo el mismo doctorado, y estoy muy contenta de que también lo reciban”.

“Quiero estudiar cómo Egipto se situaba en el contexto grecorromano”

Iria Souto Castro - Universidad de Tréveris (Alemania)

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Graduada en Geografía e Historia en Ourense, su tesis fue la primera desarrollada en Galicia en el ámbito de la egiptología y demostró que los cultos personales en los ámbitos domésticos procedían de etapas anteriores a la revolución religiosa emprendida por Akhenatón. El año pasado finalizó su contrato en el Middle Kingdom Theban Project de la Universidad de Alcalá y consiguió una beca postdoctoral Margarita Salas para continuar con sus estudios en Tréveris, Alemania, adonde se trasladará en cuanto se recupere de un problema salud. “Estoy muy agradecida y contenta, pero el premio también se lo debo a toda la gente que me ayudó. Desde mis directores de tesis, Susana Reboreda y Tony Leahy, de la Universidad de Birminghan, quien me decía que no me desanimase, a todos los académicos e investigadores con los que tuve relación. La tesis es una etapa muy incierta e intensa”, reconoce.

Iria Souto Castro - Universidad de Tréveris (Alemania)

La Universidad de Tréveris cuenta con una de las mejores bibliotecas de Europa sobre el Egipto grecorromano, así como de papirología y alfabeto demótico. Bajo la supervisión de la catedrática Martina Minas-Nespel, Iria ampliará sus estudios al resto del mundo mediterráneo para comparar lo que ocurría en los ambientes domésticos de otras civilizaciones. “Quiero saber cómo Egipto se situaba en ese contexto, no estaba aislado”, apunta.

Confía en que otros alumnos sigan su camino: “Ojalá más gente se anime. Es verdad que en la UVigo no hay grupo específico, pero desde el área de Historia Antigua es posible contactar con otras universidades y expertos”. Tampoco descarta regresar para formar su propio equipo: “Me gustaría, sí. La UVigo tiene ventaja frente a otras universidades con carreras de Egiptología, porque están muy enfocadas a la lingüística y se pierde el punto de vista del historiador. Y también es muy importante trabajar con expertos de varias disciplinas para completar la perspectiva”.

“Obtuvimos prebióticos que mejoran la salud intestinal de los mayores”

Beatriz Míguez Alonso - Ciencia y Tecnología de los Alimentos

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El premio extraordinario supone para ella “el broche de oro” al trabajo de los últimos seis años. Titulada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, finalizó su contrato con el grupo de Ingeniería Química del campus de Ourense en diciembre y ahora quiere emprender una nueva etapa. “La investigación es mi pasión, pero la situación en España es muy complicada dentro de la universidad. No merece la pena el esfuerzo porque la competencia por las plazas es brutal y he decidido probar suerte en la industria biotecnológica. Y acabar con una noticia así es muy bonito. Es una satisfacción después de todo el esfuerzo”, aplaude.

Beatriz Míguez Alonso - Ciencia y Tecnología de los Alimentos

Su tesis doctoral, que incluyó cinco artículos científicos publicados y dos capítulos de libros, consistió en la obtención de prebióticos a partir de subproductos de la industria alimentaria y de maderas. “Utilizamos cáscaras de limón y astillas de las tres especies de eucalipto y pino más abundantes en Galicia. Y los procesos de obtención eran muy sencillos, basados en la utilización de agua, alta temperatura y presión”, explica.

Uno de los artículos de los que se siente “más orgullosa” esta viguesa está relacionado con su estancia en la Universidad de Maastricht. “Para estudiar el efecto de los prebióticos utilizamos heces humanas, pero allí pude utilizar un modelo de digestión in vitro, una máquina muy compleja que simula el funcionamiento del intestino. Pude testar varios de los prebióticos que habíamos purificado y obtuvimos resultados muy interesantes que apuntan a que mejoran la salud intestinal de las personas mayores”, destaca. Sus avances, por tanto, no solo permitirían la valorización de residuos industriales, sino la obtención de compuestos prebióticos “que favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas para la salud del organismo, incluso la mental”.

“Participo en un proyecto del Comité Olímpico de Suecia”

Anton Kalén - Universidad de Skövde (Suecia)

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Aterrizó en 2013 en Galicia para entrenar al Club de Baloncesto Vilagarcía. Titulado en Ciencias del Deporte y Entrenamiento Deportivo en Suecia, su país natal, decidió compatibilizar su trabajo con un máster y un doctorado en la UVigo dentro del grupo Remoss (Rendimiento y Motricidad del Salvamento y Socorrismo). Y su tesis consistió en el desarrollo de estrategias de selección de talento y evolución del rendimiento de élite en el baloncesto.

Anton Kalén - Universidad de Skövde (Suecia)

“También completé mi formación con un máster de Estadística Aplicada de la Universidad de Granada que me fue muy bien para la tesis porque evaluaba el rendimiento e incluía análisis estadísticos”, detalla Kalén, que actualmente es investigador postdoctoral en la Universidad de Skövde y forma parte de un proyecto del Comité Olímpico de Suecia. “Mis estudios están relacionados con el análisis de datos avanzados en deporte. Ahora mismo estoy participando en un estudio sobre golf, pero la idea es ampliarlo a los deportes olímpicos en los que mi país tiene más posibilidades de conseguir medallas”, explica.

“Estoy contentísimo con la formación que recibí en la Universidad de Vigo y Remoss es muy buen grupo de investigación. Al abarcar dos ámbitos diferentes facilita que unos aprendan de los otros y es muy interesante. Seguimos en contacto y tenemos algún proyecto juntos”, comenta Kalén. Uno de sus antiguos compañeros, Alexis Padrón, también fue premio extraordinario en la anterior convocatoria y su pareja, Álex Pérez, también estuvo a punto de conseguirlo.

“Es una pena que no pueda ir a Galicia a recogerlo porque en navidades estuvimos en Vilagarcía pero tuvimos que volver”, lamenta Anton, que no descarta regresar para trabajar en algún momento. “No tenemos planes a tan largo plazo. En Suecia la situación laboral es mejor, pero si tuviese una buena oportunidad ahí volvería 100%

 

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