Las salas exteriores e interiores de la primera planta de a Sede Afundación se quedan pequeñas ante el goteo incesante de personas –más de 140 a la hora, unas 1.500 al día–, que previa reserva de entrada gratuita, van llenado los pasillos vestidos con los burros de chaquetas, blusas, abrigos y complementos perfectamente colocados al alcance de la mano. No es una feria de ropa cualquiera. Aquí se vende al peso, al kilo. “Aunque puedes llevarte una sola prenda, se halla el porcentaje del precio por kilo, y pagas lo que te llevas”, matiza Clara Drost, manager de VinoKilo, el mayor mercado de ropa vintage de Europa.
“Vestimos casi exclusivamente con ropa ‘vintage’. Hoy buscamos cazadoras”
Su CEO y fundador, Robin Balser, nunca pensó que esta pequeña aventura fraguada en un modesto almacén de su Alemania natal llegaría tan lejos. La idea original parte de un compromiso con el reciclaje y la sostenibilidad, donde “pudiese existir una alternativa de compra al consumismo tradicional de moda”, y con ello, darle una segunda o tercera vida a la ropa. “Mucha procede de donaciones o de los contenedores de las grandes firmas que desechan los excedentes de stock. De esa manera, tenemos prendas de grandes firmas totalmente nuevas, y la que ya ha sido utilizada está en unas condiciones excepcionales”, abunda.
“Nos gusta esta ropa. Hay cosas muy chulas y comprar al kilo nos parece genial”
La mayoría de asistentes venían a comprar, y hacerlo de una forma diferente: al peso. Ayer, en el primer día de apertura, el kilo de ropa se pagó a 50 euros, mientras que hoy será a 45 euros, y durante el fin de semana oscilará entre los 35 a 40 euros. “Los dos primeros días son siempre los mejores porque hay mas variedad, pero iremos reponiendo cosas nuevas”. Decenas de manos recorrían los burros descolgando camisas o abrigos que depositaban en las balanzas para “saber cuánto peso llevo, y así voy calculando a la hora de pagar”.
“Soy supersostenible. Yo ‘customizo’ mi propia ropa. Me encanta”
En el caso de Pedro Domatos y Vera Jiménez, estudiantes de diseño de moda, han encontrado en VinoKilo uno de sus sitios favoritos. “No hay casi tiendas de segunda mano en Vigo, y nosotros vestimos casi exclusivamente con ropa vintage. Hoy venimos buscando cazadoras de cuero”, subrayan. Quien piense que este tipo de ferias alternativas son más propias de jóvenes, se equivocan. Los perfiles de personas que ayer abarrotaban los espacios de a Sede Afundación eran de lo más variado. Mujeres y hombres de mediana edad también se interesan por las prendas recicladas. “A mí me encanta. Soy súper sostenible en todo lo que me rodea, incluida la ropa. Customizo mis propias prendas”, destaca Gloria Pérez, ama de casa.
Desde 20 a 120 euros es lo que se gastarán de media los vigueses que quieran aprovechar la ocasión de comprar ropa de gran calidad a precio de saldo.
“Oversize”, ¿dónde?
Sin duda, son las más buscadas. Los abrigos y jerseys oversize. En estos casos el “precio del kilo el más bajo”. Un sistema, al peso, que ha encandilado a los primeros clientes. “Nos parece genial, la verdad, hay ropa muy chula”, apuntan Leire Villar y Claudia González, que no han querido dejar pasar la oportunidad de renovar su armario con ropa diferente, “saliendo de la misma oferta de las tiendas convencionales”.