La Fiscalía pide 11 años de prisión para cada uno de los seis acusados del "New Polar", detenidos por formar un grupo criminal dedicado al tráfico de drogas, y que introducía cocaína en Galicia a bordo de un buque pesquero de altura, aprovechando que dos de ellos eran cocineros en el barco. Todos ellos serán juzgados la semana del 24 al 28 de enero en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra.

Según el escrito de acusación pública, entre los acusados hay dos tripulantes (Manuel C. y Luis P.S) del buque pesquero, vecinos de Cangas, que aprovechaban las escalas que el barco hacía en Uruguay para cargar paquetes de cocaína que luego escondían en el interior de compartimentos sin que el resto de tripulantes lo supiera. Al llegar a puerto, estos dos cocineros sacaban la droga y la entregaban a otros dos integrantes del grupo criminal que, a su vez, estaban concertados con los otros dos acusados, y que se encargaban de distribuir el estupefaciente.

Se da la circunstancia de que uno de los tripulantes del barco era confidente de la Guardia Civil, y les proporcionaba información sobre el transporte de drogas en otros buques pesqueros que llegaban al puerto de Cangas. Con esta colaboración, el acusado trataba de ocultar que él mismo realizaba esta actividad delictiva.

Sin embargo, ciertas actitudes de este marinero levantaron sospechas de los agentes, que registraron sus pertenencias el 22 de mayo de 2019, precisamente cuando el pesquero en el que trabajaba acababa de arribar a Cangas. En esos momentos, este acusado y su compañero de tripulación, el otro cocinero, tenían ocultos más de 30 kilos de cocaína en un compartimento del pesquero.

Tras ese registro, el acusado contactó con el otro tripulante para urgirle que sacara la droga del barco cuanto antes, y así evitar él acercarse a puerto, ante la sospecha de que lo estaban siguiendo. Sin embargo, su compañero tampoco pudo descargar la cocaína, habida cuenta de que, tras la llegada del buque, el puerto estaba lleno de agentes de Guardia Civil.

Finalmente, viendo que no podría sacar la droga sin ser descubierto, el marinero cangués acabó por confesar a la Guardia Civil dónde ocultaba la cocaína.

Red de distribución

A raíz de las pesquisas llevadas a cabo por los agentes, lograron conectar a estos dos tripulantes con los otro cuatro acusados: dos de ellos son vecinos de Arousa, y otros dos son ciudadanos de origen uruguayo, uno vecino de Poio y otro de Málaga.

Las investigaciones permitieron comprobar que estos cuatro sospechosos habían mantenido contactos y reuniones físicas para concretar los detalles de un traslado de cocaína desde Galicia. Así, en agosto de 2019, la Guardia Civil interceptó en Almendralejo (Badajoz) un vehículo en el que viajaba uno de los acusados con unos 3 kilos de cocaína. Se trataba de droga cuya compra-venta había negociado con los acusados arousanos y el vecino de Poio.

En los registros de los domicilios y camarotes de los acusados, las fuerzas de seguridad localizaron numerosos teléfonos móviles, documentos y anotaciones relacionados con su actividad delictiva, dinero en efectivo, y hachís, entre otros efectos.

Delitos y penas

Por estos hechos, la Fiscalía los considera autores de un delito de tráfico de drogas que atentan gravemente contra la salud y en cantidad de notoria importancia, además de un delito de pertenencia a grupo criminal. Por el primero de los delitos, pide para cada acusado 9 años de cárcel y multa de 2 millones de euros; y por el segundo delito pide para cada uno 2 años de cárcel.