Una madre viguesa pide ir de "paquete" en la Papanoelada por su hijo fallecido "que era muy motero"

Luis Miguel Senra Iglesias tenía 47 años cuando falleció. "Fue de forma repentina", recuerda su madre Rosa, aún apesadumbrada un año después de su fallecimiento. Una pérdida muy cercana en el tiempo de la que es casi imposible reponerse, sobre todo tratándose de un hijo. Hace unos días, FARO anunció una cita navideña ya tradicional que se celebra cada año en Vigo: la Papanoelada Motera. En ella, miles de aficionados al motor de las dos ruedas, o simples usuarios participan con su motocicleta, recorriendo las calles de la urbe vestidos de Papá y de Mamá Noel.

Cuando el pasado 25 de octubre, el diario decano compartió en su perfil de Facebook la noticia, Rosa no se lo pensó dos veces y, a través de su cuenta @Rosaamigamia comentó lo siguiente: "Me gustaría ir; mi hijo era motero, pero no tengo quien me lleve. Tengo 70 años pero estoy bien, si hay alguien se lo agradecería".

La propuesta recibió algún que otro 'me gusta', pero ningún ofrecimiento en firme para cumplir ese deseo. "Miguel era un amante de las motos. Tuvo un montón; la primera a los 14 años, una pequeña. Después motos de 1.000, de 600, BMW, de todo...", relata esta madre desde el justo conocimiento que tenía de este mundo gracias a su hijo.

La pasión era tal, que al margen de su trabajo, "durante un tiempo llevó el circuito en Gondomar", destaca su madre, quien, conocedora de esa devoción, la tuvo muy presente el día de su adiós: "A Pereiró vinieron muchos motoristas para honrar su memoria; lloré lo que no está escrito". Aquel 4 de mayo (Miguel murió el 3 de mayo), el tanatorio vigués resonó con rugidos de motor y cláxones durante ensordecedor "minuto de silencio" , propio de este colectivo, que terminó en aplausos.

El adiós motero en Pereiró a Miguel, un vigués apasionado del motor de dos ruedas que murió en mayo de 2022.

Rosa guarda el vídeo de ese momento como oro en paño, y recuerda cómo después, uno de los participantes en esa despedida a su hijo le llevó en moto hasta el cementerio de Bouzas para depositar sus cenizas. Hasta la lápida que encargó lleva tallado ese vehículo bajo la frase "Te quiero hijo".

Así que Rosa no es motera, pero ya sabe lo que es ir de acompañante. "Mi hijo es de Vigo, pero vivía en Tomiño con su familia, y era allí donde se vestía de Papá Noel para sus hijos, así que nunca fue a la Papanoelada de aquí, pero sé que le hubiera gustado. Por eso yo quiero, ir. Lo hago por él", sentencia esta madre que está dispuesta a vestirse de Mamá Noel, recuperar su amplia sonrisa, y lanzar caramelos desde la parte de atrás de una moto.

El que quiera cumplir el deseo de Rosa solo tiene que ponerse en contacto con ella, o bien a través de su perfil de Facebook, o comentando directamente su petición bajo la noticia compartida por FARO en esta red social.