El PXOM a ojos de un arquitecto | Manuel Martínez Carazo

Un Plan Xeral con más dotaciones y atención al Lagares... pero sin tranvía

El presidente de la delegación local del Colegio de Arquitectos de Galicia desgrana las claves del documento

Destaca la necesidad del desarrollo industrial respetuoso

Manuel Martínez, en el entorno del río Lagares.

Manuel Martínez, en el entorno del río Lagares. / Marta G. Brea

A la espera de que se apruebe definitivamente el nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), hito que se prevé, por fin, este año, FARO comienza una serie de publicaciones para desgranar este escrito, llamado a redefinir la urbe de las próximas décadas. Empieza Manuel Martínez Carazo, presidente de la delegación de Vigo del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG). Antes de profundizar, deja claro que es fundamental que vea la luz para que todos los ciudadanos dispongamos “de unas reglas de juego para desarrollar proyectos vitales, como una vivienda, un negocio, una industria, etc.”.

El planeamiento, que pondrá el punto final al Plan Xeral de 1993 –en vigor después de que el Tribunal Supremo tumbase en 2015 el PXOM de 2008–y al Instrumento de Ordenación Provisional (IOP) –validado de forma definitiva por el pleno municipal en julio de 2019–, “traza las líneas maestras del conjunto de la ciudad”, como indica Martínez, y, “por tanto el beneficio es general, dado que nos dotará de una normativa actualizada”. Dicho esto, pone el acento en la mejora de los equipamientos públicos, sobre todo, los deportivos –pabellones y pistas deportivas, pero también parques o bibliotecas–, materia en la que Vigo “está muy justa”.

Martínez también destaca el “interés” que recoge la revisión del Plan Xeral en los ríos Lagares y Eifonso. “Es un elemento, a mi juicio, importantísimo, puesto que es un eje verde que vertebra y atraviesa nuestra ciudad y que tenemos que cuidar, recuperar y poner en valor”, apostilla antes de citar la importancia del “desarrollo industrial”. “Una ciudad como Vigo tiene que hacer convivir de forma adecuada a la industria y el ocio. Necesitamos polígonos bien ordenados y comunicados que fomenten el empleo y la riqueza, pero que no supongan un quebranto a las viviendas ni el paisaje”, argumenta.

Debemos conectar Navia con el resto del tejido urbano; es como una isla

Preguntado por posibles mejoras en el documento, indica que el nuevo Plan Xeral no contempla una condición que tiene su “sueño” de “ciudad ideal”. “Creo que el Plan Xeral se deja sin trazar la posibilidad de un tranvía entre Samil, Bouzas y el centro que enlace con Teis e incluso O Calvario. También Navia y Coia. Quizás no es materia estrictamente de un Plan Xeral, pero dejar dibujada esa línea es la semilla para que se pueda desarrollar a futuro. Vigo bien lo merece”, resume sobre una actuación a la que el alcalde, Abel Caballero, le puso la cruz hace tres años: dijo que las ciudades que lo tienen quiebran económicamente.

La recuperación del tranvía por las calles de Vigo, por donde circularon hace décadas –la red fue clausurada el 31 de diciembre de 1968; dio paso al uso exclusivo de los buses urbano de Vitrasa con polémica tras meses de convivencia– fue también una idea de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan) y de las empresas de ingeniería agrupadas en Tecniberia. Plantearon recuperar este medio de transporte para Vigo con financiación europea, a través de los fondos de recuperación Next Generation EU, como una herramienta para reactivar la economía.

Martínez valora la urbanización de la AP-9, pero subraya que el diseño que se aplique debe dar solución a la desconexión de los barrios de Teis y Travesía de Vigo, los cuales, ahora mismo, “están partidos”. “Lo mismo sucede con Navia, que es como una isla. A través de actuaciones arquitectónicas, debemos conectar peatonalmente esos barrios con el resto del tejido urbano y barrios colindantes”, receta el presidente de la delegación viguesa del COAG, a la vez que opina que “el peatón y el coche pueden convivir de forma ordenada sin discriminar a ninguno”. “Vigo es una ciudad increíble, maravillosa y única. El nuevo Plan Xeral tiene que ayudar a ordenarla”, abunda. 

Podría analizarse alternativas al vial de Beade sin impacto negativo

Preguntado por la proyección de casi 51.500 viviendas nuevas, de las que 14.390 se prevé que estén sometidas a algún tipo de protección, considera que es “adecuada”, puesto que “un Plan tiene que prever que pueden suceder muchas posibilidades”. “Recordemos la pandemia, el posible traslado de la Universidad o que alcancemos pronto la capitalidad o el área metropolitana. Esos factores máximos tienen que estar recogidos para estar preparados de cara al futuro”, manifiesta.

Al respecto del vial de Beade y Bembrive, también conocido como PO-010, Martínez reconoce que le faltan “los datos técnicos del flujo de vehículos que desviaría y el supuesto beneficio general que podría tener una intervención tan fuerte para poder valorarla correctamente”. En todo caso, sostiene que “debería analizarse con mucho cuidado y delicadeza” esta intervención porque “atraviesa un barrio y una zona natural muy importantes, donde hay muchas personas viviendo y son lo primero”. “Creo que se podrían analizar alternativas, con otro diseño y sin impacto negativo para las personas y el territorio. Todo se puede perfeccionar y mejorar”, asevera.

“La sociedad va más rápido que el planeamiento, por eso tiene que ser claro, pero también flexible”

Manuel Martínez Carazo explica que “la ciudad es un organismo vivo, en constante movimiento y cambio social y económico”, por lo que el Plan Xeral “es un documento que debe trazar unas líneas maestras que ordenen su futura transformación, pero dejando margen de maniobra y una cierta libertad”. “La sociedad va más rápido que el planeamiento, por eso tiene que ser claro pero flexible para que posibilite las necesidades que todavía no hemos previsto”, resume.

Martínez añade la necesidad de “facilitar el trabajo de interpretación de los técnicos municipales para agilizar los procesos al máximo”. “Tenemos que entender el Plan Xeral como un documento en constante evolución que ir mejorando con el tiempo y ajustando aquellas cosas que detectemos que no funcionan del todo bien. Para ello, hay que dotarse de medios humanos y económicos. Ser conscientes que construimos la ciudad que soñamos y nuestro futuro cada día”, concluye. 

La revisión del Plan Xeral reserva 1,1 millones de metros cuadrados de suelo para actividades productivas y terciarias, permite pasar de 1,5 millones de metros cuadrados de zonas verdes a 3,3 millones e incrementa un 50% aproximadamente los equipamientos.

El nuevo planeamiento posibilitará, además, la transformación de la Praza de España, la integración de la AP-9, la recuperación de las instalaciones industriales, la ampliación del polígono de Balaídos o la reordenación del entorno de la antigua estación de autobuses.

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