Enclavado en pleno corazón do Salnés, rodeado de belleza natural y forjado por una historia de siglos, el concello de Meaño respira encanto por los cuatro costados. Lo mismo que el hotel rural Quinta de San Amaro, que en ocho años de andadura se ha ganado una merecida reputación dentro y fuera de Galicia. Entre sus diversos reconocimientos luce el premio Traveler´s Choice de TripAdvisor y su restaurante, abierto todo el año, despliega una cocina de mercado comprometida con la tierra que el chef Julio Ouviña interpreta con sabiduría y a fuego lento.

La Quinta de San Amaro es la apuesta de Nacho Crespo y Julio Ouviña, buscadores de sabores con raigambre y de piedras centenarias que encontraron en este lugar de Meaño que mira al valle siempre verde, rodeado de viñedos y con el mar de Arousa latiendo muy próximo. Restauraron la que fue casona de labranza con varios anexos para transformarla en hotel con encanto dotado de restaurante en el que se puede degustar lo más fresco del mar y de la tierra.

Dieron con Meaño, "cerca de todo porque está en el centro de O Salnés", dicen quienes han convertido el establecimiento en lugar especial y en sitio del buen comer al que llega gente de todos los puntos.

Entregarse a saborear los platos del recetario tradicional que recrea Julio Ouviña con una presentación actual va más allá de la degustación gastronómica. "Puede ser algo vivencial -dice Nacho- porque muchas veces la gente ha venido a comer y se ha quedado todo el día". La serenidad que emana de cualquier rincón de este establecimiento que expresa emociones justifica que uno pueda llegar "a las once de la mañana y salir a las once de la noche. No tenemos el esquema de un restaurante habitual. Nos gusta recibir y que las personas disfruten de los muchos rincones que tenemos", prosigue Crespo, devoto, como Julio Ouviña, de los productos locales.

Al chef de la Quinta de San Amaro la cocina le prendó desde muy joven. Perpetúa una saga que ha sabido mantener los valores y sabores de la gastronomía autóctona y de ella le queda un legado de recetas eternas en las que se encuentran los mejores productos y materias primas que ofrece la tierra. En la carta el surtido es amplio, desde pulpo a la parrilla con cachelos a vieiras al albariño, bacalao con patatas o parrillada de verduras, pasando por arroces, mariscos, pescados de temporada (a la plancha, al horno, guisados...) y un interesante apartado de carnes (brochetas, solomillitos, entrecot...), además de postres artesanos que elabora con mano experta Verónica Gómez.

Las creaciones que salen de los fogones de la Quinta de San Amaro se acompañan de una carta de vinos en la que están representadas todas las denominaciones de origen gallegas, con un amplio capítulo dedicado a los albariños de O Salnés y de O Rosal. También tintos de Valdeorras, godellos y mencías, "que poco a poco se han hecho un importante hueco", explica Ouviña.

Además de magníficas panorámicas, la Quinta dispone de diferentes ambientes, tanto para particulares como para celebrar eventos y reuniones. El hotel cuenta con catorce habitaciones distribuidas en seis dobles, cinco dobles superiores, y tres dobles superiores con terraza. Cada uno de los espacios está decorado de forma única y original.