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Marías nos devuelve un Tomás Nevinson con justicia poética

Con “Tomás Nevinson”, Javier Marías se despliega con todo su universo narrativo para ofrecernos una novela grandiosa y ambiciosa con profundas reflexiones sobre las implicaciones de matar a otros que han matado antes

El escritor Javier Marías.

En Los enamoramientos, Javier Marías desarrollaba su historia literaria en torno a la pregunta ¿De qué es capaz una persona enamorada? En su última novela, Tomás Nevinson -grandiosa novela- la reflexión adquiere mayor profundidad. ¿Es justo matar a alguien con un pasado criminal si con ello se evitan nuevos crímenes? Matar no es tan injusto -reflexiona el espía Tomás Nevinson- si se tiene pleno conocimiento de a quién se mata y a cuantos se salva, “y después ya está, se acabó. Se sigue adelante”. Pero aún así, no es tan fácil, “lo que más cuesta es matar”. Porque en estos casos matar se impone como un castigo, y así obra la mafia y también así actúan los estados y su justicia

En esta novela monumental, Marías nos devuelve al Tomás Nevinson de Berta Isla, ese espía medio inglés, medio español, que se encuentra ya retirado después de veinte años de servicios ejemplares al espionaje británico. Los años de servicio, los sapos que se ha debido tragar, los años de espía durmiente, le han ido cambiando su visión del mundo y de otras cosas. Tomas Nevinson es la historia de ese cambio, de su nueva visión que le lleva a cuestionar y a tener los miramientos que antes no tenía.

Su antiguo jefe en el MI5, BertamTupra, “un artista de la calumnia” viaja a Madrid para reclutarlo para una nueva misión. Nevinson duda, pero finalmente acepta porque “resulta insoportable estar fuera una vez que se ha estado dentro” y allí dentro “se ha creído poder despeinarle, de tarde en tarde, una pestaña al universo”.

Debía trasladarse a una ciudad del norte de España a investigar a tres mujeres, Inés Marzán, Celia Bayo y María Viana, y descubrir en breve tiempo quién de ellas era en realidad Magdalena Orúe O’Dea, medio norirlandesa, medio riojana, colaboradora del IRA irlandés, que había prestado apoyo logístico, de recaudación y de información para que ETA cometiese los gravísimos atentados de Hipercor en 1987 (21 muertos y mas de 40 heridos) y contra el cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, el mismo año con 11 muertos, cinco de ellos niñas.

Ahora se trataba de desenmascarar a una asesina y llevarla ante la justicia, o en su caso, matarla. “Nosotros no actuamos por odio, pero nunca olvidamos nada”, le había dicho su jefe Tupra, pero ha medida que, enmascarado como un profesor de inglés, se fue acercando a ellas y conociéndolas -a una de ellas en el mas profundo sentido bíblico- mas dudas le asaltaban y mas certezas tenía de que no quería descubrir quien era Magdalena Orúe.

Su jefe le apremiaba, el trabajo de Nevinson era un favor del espionaje inglés a los servicios secretos españoles. Tanto Tupra como su enlace directo, la joven Pat, le exigían resultados y le recriminaban sus dudas: “hay que dejarse de tontería y de perdones, para eso estamos nosotros, ya que la justicia es tan blanda. Hoy sabemos ya todos que no hay mas justicia que la nuestra”. Había que actuar pues.

Después de la trilogía de Tu rostro mañana y de su último trabajo Berta Isla parecía difícil que Marías subiese el listón narrativo. Pero Marías ha optado por arriesgar y ha salido victorioso de la confrontación al sacar a la luz una novela excelente, un hito en su quehacer literario, un relato monumental que congrega lo mejor de él y supone una puerta abierta al rico universo literario de Marías, un adentrarse en todos los engranajes mentales que ha ido encajando en su amplio escenario narrativo.

Con una capacidad genuina para cautivar y activar la imaginación de los lectores, con ese estilo mundano, elegante y enormemente seductor por su desenvoltura, Javier Marías pone al servicio del lector una de sus mejores piezas narrativas.

Ello porque estamos ante una gran novela que analiza a los seres humanos vistos desde la perspectiva de la venganza o el castigo y su capacidad para hacernos capaces de cualquier cosa y de descender a los abismos de la podredumbre humana.

La novela contiene otros elementos característicos a la acción narrativa de Marías. Así su recurrencia a otros textos con historias similares a las que él narra y que sirven para enriquecer su trabajo, como alguna frase del Macbeth de Shakespeare: “todo se ha gastado, nada se ha obtenido”, según el lamento de Lady Macbeth; o la los poemas de Yeats o T. S. Eliot.

También en esta novela están presentes las largas digresiones, un elemento muy característico y reconocible en la literatura de Javier Marías, digresiones nunca inútiles, no sólo para no perderse, sino para disfrutar de ella, de esta novela imprescindible.

Tomás Nevinson

Tomás Nevinson

Tomás Nevinson

Javier Marías

Alfaguara. 22,90 euros

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